Ocupación de la palabra


El libro de los misterios, 1997.
Óleo sobre tela

En el corazón de los distintos lenguajes del arte y de los pueblos reside la palabra, y cada palabra, si verdadera, regala un despliegue único de símbolos y significados. También los colores de la música y los de la representación gráfica expresan lo que se es. Maya peninsular, binigula’sa de Oaxaca, ñahñú de Hidalgo, sonero de los Tuxtlas veracruzanos. El mosaico en estas páginas centrales de Ojarasca ilustra la perspectiva de tales riquezas, que resisten y viven donde se supone que ya no deberían existir siquiera, mucho menos florecer. Mas ni huracanes, ni represión, ni despojo, ni abandono, ni la insondable corrupción institucional son daño suficiente para doblegar la incansable apropiación del espacio vital y su revelación creadora en nuestras tierras. Cuatro nombres: Pedro Uc, Melquiades Cruz, Patricio Hidalgo Belli, José Luis Romo Martín.

MUNYAL
TIERNA HIJA DE LA LLUVIA

Pedro Uc

Así le llamaban nuestros abuelos a la nube; quizá porque habían observado por mucho tiempo su origen, juntaron dos vocablos para conceptualizar un proceso empírico que guarda conocimientos filosóficos y físicos abrazados al tiempo y al espacio que dan origen sin ser origen.

De Mun= tierna y Yal= hija. ¿Hija tierna de quién? No es difícil ubicar la lógica respecto a su madre y a su padre; la nube es al parecer una hija tierna que viaja tomada de las manos de su padre viento que la protege durante su crecimiento hasta su madurez de mujer, al condensarse en el cielo y convertirse en madre que cae en la tierra para dar a luz una nueva mun-yal para dar vida a un nuevo ciclo o generación en la creación de la vida tejida por nuestros dioses más primeros, que son el viento, la tierra, el agua y el sol.

Mun-yal, tierna hija de la lluvia, juega en el cielo vacío dibujando los rostros de nuestra esperanza, sonríe con su carita limpia y morena convertida en montañas, en aves, en venados, en ríos, en jaguares y hasta nos muestra el rostro de Dios cuando le ofrecemos el sakab y el balche’ que bebe con reverencia de la mesa de nuestra ofrenda.

Mun-yal, tierna hija de la lluvia, sube de los cenotes sagrados donde la madre lluvia guarda sus secretos. Sube de los ríos que recorren nuestro destino, sube de los lagos que anuncian la paz, sube del jaltun que se preocupa de los que forjan caminos, sube del mar que nos enseña la rebeldía cuando el tiempo es del viento, sube de nuestro sudor cuando le rezamos.

Mun-yal, tierna hija de la lluvia, es virgen caminante en caminos sin caminar, pinta de verde a los árboles, adorna con flores a los bejucos, pone espiga en el maíz, acaricia las montañas, hace del arco iris un mural, es techo del pescador, es “mojada” en países de primer mundo, es rebeldía frente a los muros fronterizos, es cuaderno para colorear de niños y niñas.

Mun-yal, tierna hija de la lluvia, puso su nombre en boca de nuestros abuelos y abuelas, quienes la observaron cada día, cada temporada, cada año, cada ja’ab, cada tsolk’iin, cada cuenta larga, por eso le rezaban, por eso le preparaban la mesa, por eso se hacía comunidad, por eso aparecía de la mano del viento del sur.

Mun-yal, tierna hija de la lluvia, es virgen maya, su lenguaje está en sus colores, en sus cuerpos, en sus miradas, en su caminar, en sus manos creadoras, en su voz, en su rebeldía, en su fuerza, en su debilidad, en su grandeza, en su levedad, pero sobre todo en su sueño, el de ser una madre que nace nacimientos en la tierra que guarda sus huellas para nuestra historia.

Mun-yal, tierna hija de la lluvia, eres hija de Dioses, eres hija de Yum Cháak, de Yum K’áax, de Yum iik’, de Yum K’áak’, de Yum K’iin, de x-Ma Uj, de x-Ch’eel, por eso eres fuerte, naces en cada momento, caminas sin parar, haces nuevo nuestro mundo cada momento, por eso eres origen, eres principio, eres nacimiento y muerte, eres calor y frío, eres río y mar, eres lago y cenote, eres sudor y lágrima, eres diosa y dios, eres nuestro cuerpo porque eres maíz. 

MÚUNYAL

U x-ki’ichpan chak ko’olebilech Lak’iin,
U x-t’óot’och ek’k’áak’ilech Chik’iin,
U x-sujuy sakche’ejilech Xamaan,
U x-wóowóol k’anloolilech Nojol
Le o’olal a jéekmaj u kan ti’itsil ka’an 

Pedro Uc, escritor y activista maya peninsular.

REO NII
LOS BËNE XHIDZA
Y SU LENGUA,
“PALABRA DEL DÍA PROFUNDO”

Melquiades Cruz, Kiado

Reo nii es una palabra compuesta que quiere decir nosotros-ustedes. Engloba todo lo que nos rodea y de lo que somos parte (la naturaleza viva, didzalyuu ni navan). Cuando nosotros utilizamos esta palabra nos permite, y nos compromete, a respetar a nuestros hermanos y a nuestro espacio. También nos afirma en nuestro vivir en el presente, nos arraiga cada día más en nuestro suelo. A través de la palabra vemos, conocemos y dominamos hasta el último rincón del espacio que habitamos dentro de nuestra realidad cósmica.

Reonii somos nosotros, somos ustedes, somos aquí y ahora, somos momento: somos presente, pero no pasado ni futuro. Reonii también quiere decir nosotros-nosotros.

Explicaré enseguida lo que acabo de decir desmenuzando la palabra: reo-nosotros ustedes, nii-aquí y ahora.  nii viene de naa’a, que quiere decir hoy, en el  presente o en este momento.

Al afirmar lo que somos utilizamos la frase reonii bëne xhidza, que quiere decir nosotros la gente zapoteca. Reonii bëne xhidza: creo que la traducción al español no resume totalmente lo que somos.

Reonii nosotros nosotros. Bëne, gente,persona, hombre (se refiere al género masculino). Xhidza reclama por una realidad vivida con el hermano guajolote, bëraj xhidza, y es de ahí que estructuramos nuestro lenguaje. Xhidza tiene varias raíces representativas para nosotros: viene de xhiga que nombra a una jícara, xhi’na mi hijo, xhina mi nariz, xhi’a mi milpa, xhua’a maíz, xhù’a mi maíz, xha’a mi vestido (lo que me cobija)

Dza cuando usamos esta palabra nos referimos al día, la luz del día, la luz del sol. La conjugación de estas palabras nos hace decir que somos hermanos del guajolote, que vivimos día  a día en estrecha relación con lo nuestro. Cuando decimos didza xhidza nos referimos a nuestro lenguaje, no solamente a nuestra palabra. Para nosotros didza xhidza es la lengua o la palabra del día profundo, o bien la lengua profunda.

Después de este análisis, afirmo que nosotros los bëne xhidza según percibimos nombramos, según nombramos hablamos, y así también construimos nuestro lenguaje. Siempre estamos cara a cara con la vida. Estamos en constante convivencia con la vida en todo lo que nos rodea, la convivencia con tantos hermanos vivos nos hace responsables los unos de los otros. Al no actuar con responsabilidad y respeto, dañamos la comunidad en su dimensión cósmica. Todos tenemos corazón, todos somos sujetos (yugutero yu’u laxhido’oro), todos somos responsables los unos de los otros, y los otros a su vez de otros. No hay nada que no tenga corazón. Por ello, todos nosotros y todas las cosas vivimos y formamos una comunidad cósmica de todos los vivos. Somos iguales, pero distintos (tuz nakaro, tulapaz nakaro

Melquiades Cruz, autor y pensador zapoteca, originario de Santa Cruz Yagavila, Oaxaca.

VERSOS DEL SON/ Patricio Hidalgo Belli

ÍMPETU BESTIAL

Cuando el agua se desprende
de su líquido potrero
se suelta un potro cerrero
que a rajatabla desciende.
Cuando las crines extiende
con su ímpetu bestial
se alborota el temporal
desde el cielo relinchando,
mientras pasan galopando
mil caballos de cristal
 

UN MÉXICO VERDADERO

Quinientos años de asombros,
quinientas jornadas largas,
quinientas lunas amargas
en la llaga de los hombros.
Hasta que de los escombros
se alzó por el mes de enero
un pensamiento certero
con la verdad del paisaje,
mostrando el hermoso traje
de un México verdadero.

La profunda serranía
entre coraje y clamor
encendió con gran valor
pólvora, canto y poesía.
Porque tanta tiranía
hizo del hombre un guerrero,
cuando el águila campero
quiso por fin renacer
para volver a tener
¡un México verdadero!
 

VIOLENTO SOL

Culebra ingrata, vira virón,
víbora mala, vara maldita,
palo escamoso, violenta pita,
palo de muerte malabarón.
Zumba que zumba rezumbadora
tumba el aroma de tierna flor,
zumba carrizo, zumba la cola,
hilo rastrero, ¡cuánto rencor!
Lleva en la noche violenta luna,
lleva en el día violento sol,
lleva la muerte como ninguna
zumba en la tumba su caracol.
Caña rastrera de la amargura,
caña rastrera del desamor,
sobre la tierra se va arrastrando,
ve rezumbando con su dolor 

Patricio Hidalgo Belli (Apixita, San Andrés Tuxtla, 1966), versador y músico de son jarocho, ha pasado por los grupos Mono Blanco (con su abuelo don Arcadio Hidalgo), Chuchumbé, Quemayana, Tembembe Ensamble Contínuo y su proyecto Afrojarocho. En el poemario Rebeldía del alma (Palabra de Son, Amecameca, 2013), al que, según su editora, “le crecieron antes los lectores que la tinta”, se explica: “La música y el verso han estado en la sangre de mi familia a través de varias generaciones. En estos tiempos puedo contemplar y disfrutar la quinta generación”.


Alimento otomí, 2002. Óleo sobre tela

Amenaza, 1980. Óleo sobre masonite
de José Luis Romo Martín