MUNYAL
TIERNA HIJA DE LA LLUVIA
Pedro Uc
Así le llamaban nuestros abuelos a la nube; quizá porque habían observado por mucho tiempo su origen, juntaron dos vocablos para conceptualizar un proceso empírico que guarda conocimientos filosóficos y físicos abrazados al tiempo y al espacio que dan origen sin ser origen.
De Mun= tierna y Yal= hija. ¿Hija tierna de quién? No es difícil ubicar la lógica respecto a su madre y a su padre; la nube es al parecer una hija tierna que viaja tomada de las manos de su padre viento que la protege durante su crecimiento hasta su madurez de mujer, al condensarse en el cielo y convertirse en madre que cae en la tierra para dar a luz una nueva mun-yal para dar vida a un nuevo ciclo o generación en la creación de la vida tejida por nuestros dioses más primeros, que son el viento, la tierra, el agua y el sol.
Mun-yal, tierna hija de la lluvia, juega en el cielo vacío dibujando los rostros de nuestra esperanza, sonríe con su carita limpia y morena convertida en montañas, en aves, en venados, en ríos, en jaguares y hasta nos muestra el rostro de Dios cuando le ofrecemos el sakab y el balche’ que bebe con reverencia de la mesa de nuestra ofrenda.
Mun-yal, tierna hija de la lluvia, sube de los cenotes sagrados donde la madre lluvia guarda sus secretos. Sube de los ríos que recorren nuestro destino, sube de los lagos que anuncian la paz, sube del jaltun que se preocupa de los que forjan caminos, sube del mar que nos enseña la rebeldía cuando el tiempo es del viento, sube de nuestro sudor cuando le rezamos.
Mun-yal, tierna hija de la lluvia, es virgen caminante en caminos sin caminar, pinta de verde a los árboles, adorna con flores a los bejucos, pone espiga en el maíz, acaricia las montañas, hace del arco iris un mural, es techo del pescador, es “mojada” en países de primer mundo, es rebeldía frente a los muros fronterizos, es cuaderno para colorear de niños y niñas.
Mun-yal, tierna hija de la lluvia, puso su nombre en boca de nuestros abuelos y abuelas, quienes la observaron cada día, cada temporada, cada año, cada ja’ab, cada tsolk’iin, cada cuenta larga, por eso le rezaban, por eso le preparaban la mesa, por eso se hacía comunidad, por eso aparecía de la mano del viento del sur.
Mun-yal, tierna hija de la lluvia, es virgen maya, su lenguaje está en sus colores, en sus cuerpos, en sus miradas, en su caminar, en sus manos creadoras, en su voz, en su rebeldía, en su fuerza, en su debilidad, en su grandeza, en su levedad, pero sobre todo en su sueño, el de ser una madre que nace nacimientos en la tierra que guarda sus huellas para nuestra historia.
Mun-yal, tierna hija de la lluvia, eres hija de Dioses, eres hija de Yum Cháak, de Yum K’áax, de Yum iik’, de Yum K’áak’, de Yum K’iin, de x-Ma Uj, de x-Ch’eel, por eso eres fuerte, naces en cada momento, caminas sin parar, haces nuevo nuestro mundo cada momento, por eso eres origen, eres principio, eres nacimiento y muerte, eres calor y frío, eres río y mar, eres lago y cenote, eres sudor y lágrima, eres diosa y dios, eres nuestro cuerpo porque eres maíz.
MÚUNYAL
U x-ki’ichpan chak ko’olebilech Lak’iin,
U x-t’óot’och ek’k’áak’ilech Chik’iin,
U x-sujuy sakche’ejilech Xamaan,
U x-wóowóol k’anloolilech Nojol
Le o’olal a jéekmaj u kan ti’itsil ka’an
Pedro Uc, escritor y activista maya peninsular. |
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REO NII
LOS BËNE XHIDZA
Y SU LENGUA,
“PALABRA DEL DÍA PROFUNDO”
Melquiades Cruz, Kiado
Reo nii es una palabra compuesta que quiere decir nosotros-ustedes. Engloba todo lo que nos rodea y de lo que somos parte (la naturaleza viva, didzalyuu ni navan). Cuando nosotros utilizamos esta palabra nos permite, y nos compromete, a respetar a nuestros hermanos y a nuestro espacio. También nos afirma en nuestro vivir en el presente, nos arraiga cada día más en nuestro suelo. A través de la palabra vemos, conocemos y dominamos hasta el último rincón del espacio que habitamos dentro de nuestra realidad cósmica.
Reonii somos nosotros, somos ustedes, somos aquí y ahora, somos momento: somos presente, pero no pasado ni futuro. Reonii también quiere decir nosotros-nosotros.
Explicaré enseguida lo que acabo de decir desmenuzando la palabra: reo-nosotros ustedes, nii-aquí y ahora. nii viene de naa’a, que quiere decir hoy, en el presente o en este momento.
Al afirmar lo que somos utilizamos la frase reonii bëne xhidza, que quiere decir nosotros la gente zapoteca. Reonii bëne xhidza: creo que la traducción al español no resume totalmente lo que somos.
Reonii nosotros nosotros. Bëne, gente,persona, hombre (se refiere al género masculino). Xhidza reclama por una realidad vivida con el hermano guajolote, bëraj xhidza, y es de ahí que estructuramos nuestro lenguaje. Xhidza tiene varias raíces representativas para nosotros: viene de xhiga que nombra a una jícara, xhi’na mi hijo, xhina mi nariz, xhi’a mi milpa, xhua’a maíz, xhù’a mi maíz, xha’a mi vestido (lo que me cobija)
Dza cuando usamos esta palabra nos referimos al día, la luz del día, la luz del sol. La conjugación de estas palabras nos hace decir que somos hermanos del guajolote, que vivimos día a día en estrecha relación con lo nuestro. Cuando decimos didza xhidza nos referimos a nuestro lenguaje, no solamente a nuestra palabra. Para nosotros didza xhidza es la lengua o la palabra del día profundo, o bien la lengua profunda.
Después de este análisis, afirmo que nosotros los bëne xhidza según percibimos nombramos, según nombramos hablamos, y así también construimos nuestro lenguaje. Siempre estamos cara a cara con la vida. Estamos en constante convivencia con la vida en todo lo que nos rodea, la convivencia con tantos hermanos vivos nos hace responsables los unos de los otros. Al no actuar con responsabilidad y respeto, dañamos la comunidad en su dimensión cósmica. Todos tenemos corazón, todos somos sujetos (yugutero yu’u laxhido’oro), todos somos responsables los unos de los otros, y los otros a su vez de otros. No hay nada que no tenga corazón. Por ello, todos nosotros y todas las cosas vivimos y formamos una comunidad cósmica de todos los vivos. Somos iguales, pero distintos (tuz nakaro, tulapaz nakaro)
Melquiades Cruz, autor y pensador zapoteca, originario de Santa Cruz Yagavila, Oaxaca. |