Sociedad y Justicia
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El programa es un fracaso, advierten diputados y piden remoción de Robles

Exigen al gobierno transparentar la cruzada contra el hambre

Fue establecido en municipios que podrían redituar beneficios electorales

Piden legisladores de PRD y PAN un informe sobre su desempeño

Si no funciona, debe desaparecer, advierten

 
Periódico La Jornada
Jueves 3 de octubre de 2013, p. 39

La Cruzada Nacional contra el Hambre es un diseño de control político-electoral que no contiene la estrategia requerida para abatir la desigualdad, y la miseria en que viven millones de mexicanos. Tanto diputados perredistas como integrantes de la dirigencia nacional del PAN coincidieron, por separado, en señalar que el gobierno debe dar transparencia al programa para eliminar el sesgo electoral.

Diputados del PRD acusaron que el programa estelar de la administración federal es un fracaso, y si se pretende mantenerlo tendrá que replantearse removiendo a su artífice, Rosario Robles Berlanga.

José Luis Muñoz Soria, presidente de la comisión de vigilancia en San Lázaro, calificó la citada cruzada como un paliativo que no tiene capacidad de modificar la grave descomposición social que se ha generado en los años recientes, marcados por la escandalosa concentración de la riqueza y la rampante desigualdad que coloca a millones de mexicanos en una posición de miseria extrema.

Un adefesio político-asistencialista que no eliminará la pobreza

El gobierno de Enrique Peña Nieto debe resolver el adefesio político-asistencial que creó, señaló Muñoz Soria, porque el hambre, dijo, no se resuelve con políticas asistencialistas: se resuelve con la creación de fuentes de empleo, con una mejor y educación, con la garantía a los ciudadanos de que se mantendrán sus derechos a la salud y a la vivienda, con el único propósito de resolver necesidades básicas y no de medrar electoralmente.

“Es una paradoja que Rosario Robles en su época de activista, y de política que vivió de la izquierda, se haya inclinado por seguir los programas que se aplicaban en Brasil, pero nunca ubicó en la realidad que éstos no son modelos, y ahora vemos con preocupación que con alimentos chatarra se pretende resolver el grave problema de la desnutrición, del hambre y de la desigualdad. En qué cabeza cabe haber llevado a la Pepsicola y a la Sabritas a las escuelas y comunidades más pobres del país.

¿No se da cuenta la secretaria de Desarrollo Social que los productos endulzados que se distribuyen en las áreas de marginación se endulzan con fructosa, ya ni siquiera con azúcar?

Miguel Alonso Raya, vicecoordinador de los perredistas, consideró que la Cruzada Nacional contra el Hambre “nació destinada al fracaso, pues se diseñó como un mecanismo de control político. No se han instrumentado acciones definitivas para resolver el hambre y la desnutrición, y mucho menos estrategias para alcanzar el crecimiento y revertir la miseria.

En tanto, Carlos Alberto Pérez Cuevas, integrante del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, consideró que si no se demuestra que el programa funciona, dando buenos resultados, debe desaparecer.

Resaltó que al inicio del sexenio, el gobierno quiso aparentar que había una nueva definición en lo que hace a la política de seguridad social, con el lanzamiento de la cruzada contra el hambre; sin embargo, fue una acción mediática, pues en dicha estrategia no hay nada nuevo.

Agregó que el programa se estableció en municipios que podían redituar beneficios electorales, por tener un alto padrón, mientras de manera paralela se frenaron otros mecanismos contra la pobreza, como el de Oportunidades.

Nadie sabe qué sucede con la estrategia contra el hambre. Se han hecho peticiones de información que no han sido entregadas. De ahí que deba haber cuentas claras y un informe de cómo se está implementando, para saber si es eficaz.