Se requiere también identificar áreas de riesgo e índices de agresión contra el género
Las migrantes indocumentadas enfrentan situación de alta vulnerabilidad en ambas fronteras
Miércoles 2 de octubre de 2013, p. 38
En México se requiere elaborar un diagnóstico nacional de refugios de mujeres y niñas víctimas de violencia, así como un mapa georreferenciado que permita identificar las áreas de riesgo y los índices de violencia en contra del género, afirmó la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Lorena Cruz Sánchez, ante activistas en derechos humanos y de género.
Al abordar los riesgos que mujeres y niñas migrantes enfrentan en las fronteras norte y sur del país, admitió que existe muy poca protección para las mujeres indocumentadas que transitan por ambas regiones en busca de una mejoría en sus condiciones de vida, para reunirse con sus familiares o porque son expulsadas de los países donde viven.
“Se estima que actualmente existen 214 millones de personas migrantes internacionales, de las cuales 49 por ciento son mujeres; un considerable número de ellas emprende el camino en condiciones de gran riesgo e indefensión
, enfatizó.
En reunión con diversas organizaciones sociales, en el denominado Conversatorio sobre nuevas violencias contra las mujeres y las niñas en las fronteras y los sistemas de protección de derechos humanos
, la funcionaria refirió que es necesario también estandarizar los servicios especializados que brindan los refugios, y establecer lineamientos para regular la creación de más centros de refugio, tal como lo prevé la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LAMVLV).
Desde una perspectiva regional –detalló–, el Inmujeres tiene el compromiso de sumarse al Plan Estratégico 2011-2016 de la Convención Interamericana de Mujeres para erradicar la violencia contra el género femenino en cualquier parte del continente; generar más servicios de atención para las víctimas de violencia en cualquiera de sus formas, y estandarizar modelos de refugios y albergues en el continente.
Recordó que el cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres remite obligatoriamente a la Convención de Belém do Pará, lo cual incluye la creación en el país de programas de capacitación y sensibilización de funcionarios y funcionarias sobre violencia contra las mujeres.
Además de fortalecer la respuesta legal y jurídica para los diferentes tipos de violencia; mejorar la provisión, calidad y cobertura de los servicios para las mujeres que viven o han sufrido de violencia; incrementar la cobertura de los albergues, y crear programas de vivienda para las víctimas de violencia y para sus hijas e hijos.
“La violencia de género –dijo– tiene un origen multifactorial y se expresa de diversas maneras, desde las más sutiles, aunque no menos severas, como el maltrato sicológico, hasta las más terribles, como el feminicidio.”
Cruz Sánchez hizo notar que las mujeres enfrentan violencia extrema en diferentes contextos; uno de ellos, particularmente complejo por los muchos factores que en él inciden, es el de la migración.