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Los del 68, sólo jóvenes que queríamos más libertades: Luis Mangino
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de octubre de 2013, p. 17

El 2 de octubre de 1968, Fernando Luis Mangino Lajous, entonces estudiante de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, del Instituto Politécnico Nacional, se encargó de colocar “el sistema de sonido para los líderes del Consejo Nacional de Huelga, en el tercer piso del edificio Chihuahua, en Tlatelolco. A mi lado estaba una güera bien linda y cuando me acercaba a ella cayeron las dos bengalas y comenzó la balacera. Luego me enteraría que era Oriana Fallaci, periodista italiana.

“Corrí hacia el quinto piso del edificio. ¡Estábamos a cinco minutos, a cinco, de que terminara el mitin! Había gente extraña en el tercer piso y cuando comenzaron los disparos, sacaron un guante blanco y abrieron fuego hacia la plaza (la contraseña de los integrantes del grupo paramilitar conocido como Batallón Olimpia).

“Tras varias horas, los militares nos sacaron de un departamento apuntándonos con sus armas. Parecía que algunos habían visto dónde se escondieron los compañeros. Estaban apostados en las puertas. Gritaban.

“A los que detuvieron en la plaza (de las Tres Culturas) los dejaron en calzoncillos y camiseta, si traían. A todos nos trasladaron al Campo Militar número uno. Allí estuve nueve días y luego me enviaron a Lecumberri. Me acusaron de 13 cargos, homicidio, resistencia a la autoridad, motín y disparo de armas de fuego, entre otros.

“En la crujía C estuve con Eduardo Valle, El Búho; Pablo Gómez y Enrique Ávila. Salí bajo fianza en noviembre de 1968. Cada lunes, durante dos años, fui a firmar la lista de procesados. Pero dejé de hacerlo y en 1978, 10 años después de lo ocurrido en Tlatelolco, me citaron en el juzgado; pensé que me detendrían otra vez. No, me entregaron mi boleta de libertad, porque el juzgado no encontró elementos para sentenciarme.

¿Que si teníamos una conspiración? ¡No! Tampoco queríamos boicotear las Olimpiadas. Éramos jóvenes que queríamos participar en la toma de decisiones y mayores libertades. El movimiento generó más democracia, afirmó Mangino Lajous, quien ahora colabora en la edición de obras cinematográficas.