África subsahariana y partes de Asia apenas reducen el problema
Miércoles 2 de octubre de 2013, p. 29
Roma, 1º de octubre.
Pese a los avances realizados en la lucha contra el hambre, entre 2011 y 2013 más de 842 millones de personas en todo el mundo fueron víctimas de falta de alimentos y de desnutrición crónica, concluyó la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su informe anual presentado en Roma. Ese dato equivale a 12 por ciento de la población mundial o a que una de cada ocho personas en el mundo sufra desnutrición crónica, según las agencias alimentarias de la ONU.
Sostuvieron que algunas regiones no conseguirán reducir a la mitad el número de personas afectadas por el hambre para 2015. En cambio, citaron que los afectados por el hambre se han reducido en 26 millones respecto del año pasado, pero la cifra de quienes sufren malnutrición se ha mantenido estable en una octava parte de la población mundial. Sin embargo, respecto del periodo 1990-92, la cifra de las personas que sufren hambre de forma continuada en el mundo se redujo en 17 por ciento, según la FAO.
La nueva cifra era menor que la última estimación de 868 millones en 2010-12 y de mil 20 millones en 2009, pero el informe arrojó que los progresos para cumplir el Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad el hambre para 2015 eran desiguales.
Es poco probable que muchos países cumplan el objetivo adoptado por los líderes mundiales en Naciones Unidas en 2000, de acuerdo con la FAO, el Programa Mundial de Alimentos (FFP) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD).
La lucha contra el hambre apenas avanza por ejemplo en el África subsahariana y en amplias partes de Asia, según el informe de la ONU.
La FAO, WFP e IFAD definen la desnutrición, o hambre, en el informe del Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2013 como no tener suficiente comida para una vida activa y saludable
y la incapacidad para cumplir los requerimientos de energía alimentaria
.
Las políticas dirigidas a impulsar la productividad agrícola y la disponibilidad alimentaria eran cruciales en reducir el hambre incluso donde la pobreza estaba extendida, según las agencias. Cuando se combinan con la protección social y otras medidas que aumentan los ingresos de las familias para comprar comida, pueden tener un efecto aún más positivo e incitar el desarrollo rural
, mencionaron.
Las regiones en desarrollo especialmente afectadas por el hambre hicieron progresos en la lucha contra la desnutrición para alcanzar los objetivos del milenio
de la ONU. Sin embargo, las diferencias entre regiones siguen siendo grandes y son necesarios esfuerzos para poder acabar con el hambre y la pobreza en amplias partes del mundo. Al contrario, se produjeron importantes progresos a la hora de reducir el número de personas que no tienen suficiente que comer, o nada, en el sureste asiático y en Latinoamérica.