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Ventilarán cuánto costó contratar a extraños y estiman imponer sanciones

Daños irreversibles y severos a El caballito, según el dictamen

La empresa privada Marina Restauración de Monumentos carece de aval científico; fue la encargada de limpiar y pintar las bancas y las esculturas de la Alameda Central

 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de octubre de 2013, p. 3

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dará a conocer este miércoles un amplio y detallado dictamen acerca de la intervención que tuvo la escultura ecuestre de Carlos IV por parte de la empresa privada Marina Restauración de Monumentos, contratada por Inti Muñoz, director del Fideicomiso del Centro Histórico.

Trascendió que el informe, elaborado por restauradores y especialistas de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía Manuel del Castillo Negrete, y de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH, explica que son irreversibles y severos los daños que sufrió la obra conocida como El caballito.

Además de ofrecer opciones para atenuar las lesiones que sufrió la pieza que se ubica frente al Museo Nacional de Arte (Munal), se detallarán costos y posibles sanciones contra los responsables de los malos procedimientos que incluyeron un pulimiento de la escultura con ácido nítrico a 30 por ciento, lo cual eliminó la pátina.

También se dará a conocer el currículum de Javier Marina, a quien se atribuyen las decisiones en cuanto a las técnicas para realizar la limpieza. De acuerdo con el grupo de restauradores, historiadores y ciudadanos que participan en un foro de discusión en torno a la polémica, abierto en la red social Facebook, Marina no es reconocido en el medio de especialistas dedicado a la restauración de obras de arte en metal.

En contraste, ha sido de los proveedores de servicios favoritos del Fideicomiso del Centro Histórico, quien le ha encargado la limpieza de mobiliario urbano, como bancas y estatuas de la Alameda Central, a las que presuntamente pulió como hizo con El caballito para después cubrir con pintura verde Comex.

Violación a la ley

La confirmación del daño irreversible que sufrió la obra artística realizada por Manuel Tolsá entre 1793 y 1802 se sumaría a la violación a la Ley Federal de Monumentos, pues los responsables de la intervención a El caballito lo hicieron sin el aval del INAH.

La semana pasada, además de detener los trabajos, el instituto informó que el Fideicomiso del Centro Histórico de la ciudad de México, instancia del Gobierno del Distrito Federal, sólo ingresó ante su Coordinación Nacional de Monumentos Históricos una solicitud para intervenir la plaza frente al Munal, la cual consistiría en el mejoramiento de pavimento y mobiliario urbano.

No hay documento que avale o autorice la intervención de la escultura ecuestre. Hasta hace unas horas (del 24 de septiembre) se recibió una solicitud al respecto y de inmediato se le informó al Fideicomiso que el expediente está incompleto y se le explicó las características que tiene que cumplir.

Una primera revisión de un restaurador enviado por el INAH determinó que los tratamientos aplicados a la obra eran “inadecuados. Se llevaba a cabo una limpieza total con un método sumamente agresivo (ácido nítrico a 30 por ciento). Esto elimina la pátina que ha protegido de manera natural al metal original desde su creación.

Foto
Apecto actual de El caballitoFoto Yazmín Ortega Cortés

Las fotografías recabadas durante la visita de inspección muestran numerosas manchas y escurrimientos lo cual refleja una mala ejecución del procedimiento. El método parece estar generando reacciones en la aleación del bronce, que en ningún momento debería tener el aspecto cobrizo que se puede ver en las diferentes imágenes. La intervención hecha probablemente sea irreversible y cubre ya un 35 por ciento de la escultura.

El secretario técnico del INAH, César Moheno, comentó en ese momento, en rueda de prensa, que la conservación del patrimonio cultural de México es una razón de Estado y el INAH actuará con apego a la normatividad.

En días posteriores se pudo observar que incluso el andamiaje construido por Marina Restauración de Monumentos no era el adecuado, al estar atado en algunos puntos de las patas del caballo de bronce, algunas con marcas visibles de rotura. El INAH sustituyó la estructura y ayer cubrió la pieza con otro tipo de mallas, para protegerla del medio ambiente, pues también explicará en el dictamen si el ácido sigue causando corrosión en el metal.

El historiador y cronista de la ciudad Guillermo Tovar de Teresa apuntó en el grupo de discusión El caballito: conservación que fue el arquitecto Vicente Flores Arias quien recomendó a la empresa Marina Restauración de Monumentos, “empezaron con El caballito, sin pedirle permisos y autorizaciones al INAH, institución que es la autoridad, que conoce de monumentos históricos, que otorga la licencia para dar permiso de iniciar las obras. Flores, quien trabajó en el INAH durante años, creyó innecesario realizar el trámite, pues se siente poderoso e influyente ante la Coordinación de Monumentos, por la cantidad de años que estuvo vinculado a ésta.

La Autoridad del Centro Histórico (Alejandra Moreno Toscano), Flores y la empresa se pasaron por el arco del triunfo al INAH y a Inti Muñoz. Este último no puede decir todo esto, y ahora tiene que dar la cara, por razones de su cargo, asumiendo una responsabilidad que le compete, aunque es ajeno a las decisiones del Consejo, la Autoridad, el especialista y la empresa. Si se recurre al órgano de Transparencia del GDF, se podrá comprobar todo esto. Esta recapitulación puede ser útil para saber más acerca de quienes fueron responsables de tal daño. Si no es como lo digo, les pedimos por favor que nos aclaren detalles y nos muestren papeles firmados.

En todo momento, el director del Fideicomiso del Centro Histórico, Inti Muñoz ha señalado que la escultura ecuestre no muestra ningún daño irreversible, tal afirmación es absolutamente imposible, improbable y aventurada.

También afirmó que intervenir El caballito no fue una decisión discrecional de un organismo, sino a través de un cuerpo colegiado e interinstitucional; el equipo de restauradores invitados han tenido experiencia previa la cual había sido exitosa y satisfactoria, además de aprobada en sus procedimientos y técnicas por el INAH, como sucedió en esculturas públicas en la ciudad, como las de la Alameda Central.