Frente a las enormes fisuras que aquejan a México debido a la desigualdad económica y la violencia generalizada, la cultura significa una de las herramientas más poderosas para la transformación social.

De ello tiene plena certeza la titular de la Dirección de Culturas Populares del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), Alejandra Frausto, a quien correspondió organizar el Programa Piloto de Verano para la Transformación Social a través del Arte y la Cultura, el cual concluyó hace unas semanas.

Fueron 46 días durante los cuales se realizaron más de 250 actividades en 100 diferentes municipios de 25 entidades del país y en los que se atendió a una población de 13 mil 596 personas.

Lo anterior sirvió como una especie de diagnóstico a escala nacional que ha permitido la estructuración de líneas estratégicas para integrar un programa cultural de impacto social, explica la funcionaria.

Esto, a su vez, agrega, forma parte de las primeras acciones del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia impulsado por el gobierno federal.

Alejandra Frausto asumió esta encomienda en el CNCA, luego de ocuparse de la dirección del Instituto Guerrerense de la Cultura, el cual fue elevado a rango de secretaría en junio pasado.

Aunque no fueron ni dos años los que estuvo al frente de esa instancia, de abril de 2011 al pasado 28 de febrero, a ella se debe un proyecto en el que la cultura y el arte han sido puestos al servicio de la reconstitución del tejido social en Guerrero.

Sistema estatal de orquestas juveniles, ejemplo visible

Los productos más visibles de tal iniciativa, desde la perspectiva mediática, son, a la fecha, el sistema estatal de orquestas infantiles y juveniles, inspirado en la agrupación sinfónica fundada en julio de 2012 en la colonia Renacimiento, una de las más peligrosas del puerto de Acapulco, así como la Fábrica de Artes y Oficios, abierto en la no menos peligrosa colonia Emiliano Zapata, del mismo puerto.

Replicar, con sus diferentes particularidades, el proyecto de esa entidad sureña a escala nacional es la encomienda con la que la promotora cultural llegó en marzo de 2012 a su nueva responsabilidad en la administración federal.

Para lograr resultados es necesario voluntad política, destaca la funcionaria, quien sostiene que al igual que ocurrió en Guerrero, donde contó con el apoyo total del gobernador Ángel Rivero, ahora está recibiendo la confianza y el respaldo del gobierno federal para enfrentar su encargo.

Cinco son los ejes en los cuales trabaja la Dirección de Culturas Populares. Uno de los primordiales es la atención a jóvenes en situación de riesgo, según explica Alejandra Frausto en entrevista.

Sabemos que ellos son los más vulnerables ante cualquier tipo de actividad; son los primeros que caen. Tienen exceso de energía, ganas de descubrir el mundo, y la aportación de la cultura, en ese sentido, va más allá del sentir que mesiánicamente uno les cambiará la vida. Eso es falso. Nuestra obligación es darles alternativas, que conozcan opciones, apunta.

Una de las principales propuestas para atender a ese sector de la población es a través de la música, por lo que dicha instancia del CNCA trabaja en coordinación con el Sistema de Fomento Musical en el establecimiento de coros, orquestas y otro tipo de agrupaciones comunitarias. A ello se agrega la enseñanza de oficios y la práctica de otras actividades artísticas.

A decir de la funcionaria son varias las enseñanzas que ofrecen una agrupación musical o la práctica de cualquier disciplina artística, y sin duda repercuten en la vida cotidiana tanto en la familia como en el resto de la comunidad.

Entre ellas, menciona la sensibilidad, la disciplina, el respeto por el otro, el sentido de identidad y pertenencia a un grupo, y subrayó que la pretensión de estos proyectos consiste no en hacer artistas, sino mejores personas y ciudadanos, además de prevenir el delito

Los otros cuatros ejes del proyecto retomado de Guerrero consisten en la recuperación de espacios públicos y su empleo constante con actividades artísticas y culturales, así como la generación de fuentes alternas a la economía familiar, destaca Frausto.

De igual manera, agrega, el fortalecimiento de la dignidad personal e identitaria, lo cual debe emprenderse mediante la concientización en los pueblos y comunidades de la importancia de sus tradiciones, costumbres y oficios.

Llama la atención el último de los ejes, el cual es el combate al miedo y la recuperación de la confianza, sobre el cual la promotora cultural aceptó que se trata de algo que suena curioso en una política pública, pero es fundamental atenderlo, porque el miedo es una fuerza que actúa de manera muy poderosa.

Pone como ejemplo el caso de Acapulco, donde el temor por la violencia y los hechos delictivos incidió no sólo entre el turismo nacional y extranjero, sino entre los habitantes del puerto, que dejaron de salir a las calles en la noche, algo muy significativo, porque es un lugar al que estamos acostumbrados ver lleno a todas horas.

Al respecto se programaron conciertos en las playas y espacios públicos, entre ellos el del tenor Plácido Domingo en diciembre pasado, así como otras actividades artísticas y culturales.

A lo anterior se suma la invitación a figuras internacionales, como ocurrió con Sophia Loren y Alain Delon, todo a la par de la instauración del programa Guerrero Seguro, que significó la llegada al puerto de elementos del Ejército y de la Policía Federal Preventiva.

Para concluir, Alejandra Frausto resalta su convicción de que la cultura es la herramienta más poderosa para la recuperación y la transformación sociales.

Claro que hay muchas más, como el deporte; pero el gozo que da la cultura en comunidades, en grandes grupos, en identidad, forja de otra manera y brinda herramientas que difícilmente puede ofrecer otra cosa, concluye.