La escultura ecuestre del rey Carlos IV, conocida como El caballito, ha sufrido “una intervención –de probabilidad– irreversible que abarca 35 por ciento de su superficie”, indicó César Moheno, secretario técnico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El daño a la obra de Manuel Tolsá –que se ubica frente al Museo Nacional de Arte y el Palacio de Minería– se causó durante los trabajos de restauración que realiza personal contratado por el Fideicomiso Centro Histórico de la ciudad de México para el mejoramiento de pavimentos y mobiliario urbanos.

No obstante, en el permiso que solicitó el fideicomiso al INAH para ejecutar esos trabajos no fue mencionada la restauración que ya iniciaron en la escultura El caballito.

Por esta razón y debido a que no existía un permiso, el pasado 20 de septiembre el instituto postergó la autorización para continuar con el proyecto.

En la citada fecha, dijo César Moheno, la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos confirmó que no existe documento que avale o autorice la intervención de la escultura ecuestre fundamentalmente porque no se había hecho ninguna solicitud al respecto.

Hasta hace unas horas, subrayó el funcionario, recibimos una solicitud para intervenir esta escultura tan importante y de inmediato se informó al Fideicomiso que el expediente está incompleto y se les explicó de nuevo las características que éste debe cumplir.

El pasado 20 de septiembre, señaló Moheno, especialistas restauradores de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural inspeccionaron el lugar y los tratamientos efectuados a los monumentos.

Tras esa visita de los expertos, agregó, se confirmó que los tratamientos realizados a la escultura son inadecuados, puesto que se hizo una limpieza total con un método sumamente agresivo (ácido nítrico) al 30 por ciento lo que elimina la pátina que ha protegido de manera natural al metal original desde su creación.

Además, prosiguió, las fotografías y el informe recabado durante esa visita de inspección muestra numerosas manchas y escurrimientos lo que refleja una mala ejecución del procedimiento de restauración.

La escultura del rey Carlos IVFoto La Jornada

Incluso, el método utilizado por personal contratado por el Fideicomiso parece estar generando reacciones en la aleación del bronce que en ningún momentos debería tener el aspecto cobrizo que se puede observar en las imágenes captadas el pasado viernes.

La siguiente acción del INAH involucrará a sus expertos en restauración en metal que comenzarán con los trabajos de tratamiento de restauración y conservación de El caballito.

La conservación del patrimonio cultural de México es una razón de Estado, independientemente del nivel de gobierno que impulse este tipo de proyectos, puntualizó Moheno.

Sin embargo, el INAH está en espera del expediente completo sobre el proyecto y hasta entonces podría dar curso a la solicitud y a la normatividad legal aplicable.

Falta de coordinación

Mediante un comunicado, el Fideicomiso Centro Histórico, que dirige Inti Muñoz, respondió que no hay daños irreversibles y que el proyecto de conservación de la escultura El caballito fue encargado al despacho especializado “Marina, Restauración de Monumentos.

Estamos seguros de que, en coordinación con el INAH y atentos a los planteamientos de los ciudadanos preocupados por el tema, se llevará a buen puerto la restauración de la escultura de Manuel Tolsá, para así asegurar su conservación plena para la posteridad.

También la autoridad del Centro Histórico explicó que tras haberse contratado a Marina para los trabajos, el pasado 19 de septiembre su equipo de trabajo procedió a colocar andamios y a realizar las primeras acciones de limpieza sobre la escultura.

Sin embargo, “Javier Marina –titular del despacho– no esperó a la confirmación de las autorizaciones pertinentes por parte del INAH, ni informó cabalmente a los titulares de la Autoridad y el Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México sobre el arranque de los procedimientos”, señaló el organismo.

Este lamentable problema de falta de coordinación con el instituto es reconocido y asumido plenamente por los organismos del Gobierno del Distrito Federal a cargo de la gestión del Centro Histórico de la ciudad de México.