Afores y minusvalías
Pierden los ahorradores
Guerrero: doble drama
finales de julio pasado los analistas del Grupo Financiero Citi-Banamex documentaron que desde finales de 2008 y principios de 2009, cuando la economía mexicana se encontraba en recesión, el sistema de pensiones en México no había tenido un desempeño tan desfavorable como el observado en mayo y junio de este año
(La Jornada, Israel Rodríguez), periodo en el que los recursos en custodia de las Afore se redujeron 7.5 por ciento.
La noticia cayó como balde de agua fría entre los obligados ahorradores en el genial sistema impuesto durante el zedillato, pero lo peor del caso es que la minusvalía
(eufemismo por pérdida) no quedó allí. Ahora, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados advierte que si se comparan los recursos administrados por las Afore al cierre de abril respecto a los de agosto, se observa que el monto es menor en 139 mil 771 millones de pesos
, todos a cargo de los ahorradores, porque los dueños de las Afore nunca pierden.
Detalla el CEFP que, de acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), al cierre de agosto de 2013 las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore) administraron recursos por un billón 935 mil 639 millones de pesos, monto inferior en 17 mil 760 millones (una caída de 0.9 por ciento nominal) respecto al cierre de julio pasado. “El rendimiento neto real anual (después de comisiones) obtenido por las Sociedades de Inversión Especializadas en Fondos para el Retiro en agosto de 2013 fue inferior en 0.31 puntos porcentuales al registrado el mes anterior. La Consar asegura que las minusvalías mostradas se deben a la volatilidad de los mercados
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El CEFP refiere que la propia Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro dio a conocer los resultados de la encuesta nacional Conocimiento y percepción del sistema de ahorro para el retiro
, la cual estuvo dirigida a los afiliados al IMSS y levantada entre mayo y junio de 2013 en nueve ciudades del país. El 61 por ciento de los encuestados fueron hombres y el 39 por ciento restante mujeres; el nivel socioeconómico más representativo resultó ser el de personas con niveles de ingresos o de vida ligeramente menor al promedio y casi dos terceras partes de los encuestados (74.8 por ciento) declararon ser menores de 46 años.
Entre los resultados destaca que aunque 34 por ciento de los encuestados tienen el hábito de ahorrar, la mayoría lo hace a través de una institución bancaria (36.7 por ciento) y sólo 3.4 por ciento lo hace a través de una Administradora de Fondos para el Retiro (Afore). A pesar de que sólo tres de cada 10 trabajadores que ahorran lo hacen en una Afore 33.3 por ciento de los encuestados piensan que en su vejez vivirá de su pensión, 88.3 por ciento piensan que su pensión será mayor o igual a su salario actual y 87.2 por ciento no ha pensado cuánto tienen que ahorrar para tener una pensión de acuerdo con sus necesidades y estilo de vida actual.
Lo anterior muestra claramente un gran desconocimiento de la población sobre el sistema de cuentas individuales, puesto que no hay congruencia entre su falta de ahorro y lo que esperan obtener de pensión; esto está en línea con que 45.3 por ciento de los encuestados declararon que para mejorar el sistema de pensiones era necesario contar con más información. Las razones por las que los trabajadores encuestados no han realizado aportaciones voluntarias a su Afore son que no sabían que podían hacer dicha aportaciones o desconocen el procedimiento para hacerlo (55.2 por ciento de los encuestados); la desconfianza (25.7) y que no les alcanzan sus ingresos (para ahorrar más) o simplemente que no es de su interés (23)
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Los resultados de dicha encuesta, apunta el CEFP, ponen a la nueva administración desafíos claros en cuanto al brindar información a los trabajadores mediante otras vías de comunicación distintas al Internet, pues sólo 15.3 por ciento de los entrevistados alguna vez ha usado la red para consultar algo relacionado con su Afore
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Las rebanadas del pastel
De la lectoría y la doble tragedia en Guerrero: “mi esposo es conductor de un camión Torton, en el cual llevo mercancía a Chilpancingo para ayudar a las personas damnificadas en el estado de Guerrero; sin embargo, al llegar allá fue testigo del mal manejo de las autoridades ante los desastres naturales. Arribó el pasado día 18 por la tarde a las instalaciones de Protección Civil Estatal: allí se le indicó que debía irse a la Unidad Deportiva localizada cerca de la bodega del DIF, ya que no tenían espacio para descargar; cabe mencionar que la falta de espacio se debe a que todavía existe mercancía pendiente por entregar desde el sismo del mes pasado, además de despensas que se encuentran ya en estado de descomposición porque no se han entregado desde hace casi un año junto con cobijas y bicicletas. El jueves ya en la Unidad Deportiva se encontraban alrededor de 35 camiones en espera de descargar y muchos otros en el aeropuerto, siendo un total aproximado de 60, sin embargo nadie daba instrucciones de cómo se llevaría a cabo la descarga. Cerca de las 21 horas un tal licenciado César, encargado de la bodega del DIF, les indicó a los conductores que se anotaran en una lista para saber el orden en el que pasarían a descargar, lista que originalmente ya tenía Protección Civil. Se inició la descarga respetando el orden que se estableció en el DIF, sin embargo el viernes por la noche llegó el señor Paulino, encargado de Protección Civil, con la lista que se tenía desde un principio originando desorden, caos y confusión, hasta ese momento llevaban sólo ocho camiones descargados de todo el total. Después de casi una semana de estar los camiones esperando ser atendidos, por fin el 21 de septiembre acudieron a las instalaciones representantes de la Segob, quienes aseguraron buscar bodegas con espacio para guardar la mercancía, además de indicar que habría necesidad de enviar algunos camiones a Acapulco, pero mientras tanto se les dijo a los conductores ‘que fueran a echarse una cervecita y que regresaran en dos horas’. Después de 4 horas se iniciaron las maniobras de descarga, mismas que realizaron los conductores de las unidades. La situación que más nos causa indignación es que hay cientos de personas solicitando ayuda, comida, cobijas y se les dice que allí en las instalaciones no se les entregará nada, que esperen a que lleguen las cosas a sus localidades. La pregunta es ¿si hay mercancía desde hace un año, que por ineficiencia no se ha entregado, cuánto tiempo pasará antes de que esta ayuda llegue a quien la solicita y necesita?”
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