Esta semana sería destituida como secretaria general del Panal
Viernes 20 de septiembre de 2013, p. 13
Brinca la senadora Mónica Arriola, hija menor de Elba Esther Gordillo, en breve entrevista tras conocerse –vía trascendidos que algunos atribuyen a ella misma– que este fin de semana será destituida del cargo de secretaria general de Nueva Alianza, el partido creado por su progenitora: “Yo no soy mi mamá. Pido que esto no sea cuestión de apellidos, sino del trabajo que se ha realizado’’.
La suerte de la única representante del Panal en la Cámara de Senadores se selló en una reunión, el sábado 14 de septiembre, en la cual participaron ‘‘todos los factores de decisión’’, a saber: el comité del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el presidente del partido, los principales asesores de Elba Esther Gordillo y Juan Díaz de la Torre y… la familia Gordillo.
Para que no quedaran dudas, uno de los firmantes de la convocatoria al consejo nacional donde se formalizará el acuerdo –en Puebla, al amparo del gobernador Rafael Moreno Valle, que algo debe al elbismo– es el diputado René Fujiwara Montelongo, sobrino de la afectada y nieto de Gordillo Morales.
‘‘La situación era insostenible’’, plantea un dirigente del SNTE que, aunque prefiere el anonimato, desmenuza los ingredientes que llevaron a la cúpula del elbismo –‘‘somos tan elbistas como se puede serlo ahora’’– a tomar la decisión.
¿Motivos?
Son muchos motivos, pero se pueden resumir en uno: Mónica Arriola siguió actuando como si su madre no estuviera en la cárcel. No le dan muchas vueltas miembros de la dirección nacional del gremio: ‘‘Mónica quería quedarse con el Panal, arrebatárselo al liderazgo del sindicato’’.
A Arriola le achacan, así, las infidencias sobre una presunta ‘‘traición’’ de Juan Díaz de la Torre; haber entorpecido la decisión sobre la defensa jurídica de Elba Esther; torpedear las alianzas electorales pactadas por el Panal o la presidencia del SNTE en varias entidades; pretender ‘‘apoderarse’’ de la agenda legislativa del partido vía el parlamento neoaliancista, y aprovechar su cargo para buscar el relevo de consejeros en algunos estados, para cambiar una correlación de fuerzas que no le es favorable.
‘‘Cuando salía de visitar a su madre se dedicaba a soltar golpes a diestra y siniestra y lanzar acusaciones de traición, atribuyendo sus opiniones a la maestra’’, cuenta un dirigente sindical.
Las fuentes del sindicato magisterial afirman que Arriola no tiene ningún apoyo en el comité ejecutivo ni en el grupo de diputados federales (a todos los puso Elba Esther). Que se ganó además la animadversión de los secretarios generales de varias secciones del SNTE y, para colmo, que se ha distanciado de su familia.
Pese al panorama, a los líderes magisteriales les interesa dejar claro que ‘‘esto no es algo contra Elba Esther, pues se trata sólo de Mónica, y además tenemos el visto bueno del gobierno’’.
La versión de la senadora
A pesar de que muchos le atribuyen haber filtrado la noticia de su inminente destitución, la hija del ex tesorero eterno del SNTE, Francisco Arriola, se dice sorprendida de todo lo publicado: ‘‘Decir que ya lo decidieron Juan Díaz de la Torre o Luis Castro es muy delicado. Nos debemos a un órgano interno’’.
–¿Va a asistir al consejo?
–Sí, espero hacerlo. Estamos trabajando, reuniendo los datos que se van a entregar ahí.
–¿Usted era quien mantenía la interlocución con Miguel Ángel Osorio Chong?
–No, no. Yo estoy en el trabajo en el partido, en el Senado, y vean los resultados de Nueva Alianza. El secretario Osorio Chong es una gente que yo aprecio, que estimo bien, pero mi trato es institucional –responde.
–¿Cómo es su relación con el presidente del SNTE?
–Respetuosa. No pertenezco al gremio, él es el responsable y dirige el SNTE, además de ser consejero de Nueva Alianza, pero más allá de eso no ha tenido otro papel.
–Luis Castro decía que usted y él eran ‘‘como uno mismo’’. ¿Qué pasó?
–Es una pregunta que le deben hacer a él. He sido muy respetuosa en torno a las declaraciones de muchos, sigo siendo respetuosa con el presidente del partido. ¿Qué puedo comentar? Estoy muy asombrada de la cantidad de información que sale, de cosas que hice o no hice, que dije o no. Esperemos que esto se resuelva en el consejo, aunque no está en el orden del día.
–¿Su mamá se siente traicionada? –se le inquiere.
–Pues la verdad es un tema que ni siquiera le interesa tocar. Ni siquiera está metida en esto.
–Al menos ya le permiten recibir flores.
–(Risas) Oiga, no me haga hablar de más.
–Se dice que usted no acudirá al consejo.
–Me están diciendo que hay consejo, entonces habrá que ir, salvo que no me dejen entrar. Me preocupa que me diga que ya está planchado, pues ni siquiera se ha resuelto en ese órgano. Yo quiero convocar a la mesura, a la institucionalidad, al respeto a las decisiones de un órgano autónomo.
Electa en fórmula con Luis Castro en junio de 2011, por un periodo de tres años, su arribo a la secretaría general del Panal se acompañó de una reforma estatutaria que amplió los poderes de su cargo (especialmente en materia electoral). Sin embargo, el número de consejeros que podría apoyarla es muy reducido.
Sigue Arriola: ‘‘No me quedan ni siete meses, ¿cuál es la prisa? Ahora, si Luis y yo fuimos (electos) juntos, en pareja, ¿también van a cambiar a Luis? Si quieren que llegue al consejo, llego; si no lo quieren, no; no se me va la vida en esto. La vida es una rueda de la fortuna, ahora estamos abajo, ahora estamos arriba, pero nunca hay que dejar de divertirse. No debemos buscar enconos ni cosas donde no las hay. Si estoy será por decisión del consejo, y si no, también’’.
En la sesión del consejo nacional, en cualquier caso, tendrán que presentarse argumentos contundentes, pues los estatutos del Panal, en su artículo 60, establecen que ‘‘durante el periodo de su encargo, ni el presidente nacional ni el secretario general podrán ser destituidos, sino por causa grave presentada ante la Comisión Nacional de Legalidad y Transparencia’’.
Seguramente Luis Castro y el resto de los elbistas que tomaron la decisión tienen cubierto también el flanco jurídico. Todo planchado, pues, con excepción de una cosa: nadie sabe quién se lo dirá a la huésped de la torre médica del penal de Tepepan.