Mientras el filipino Nonito Donaire prometió que volverá a derrotar al armenio Vic Darchinyan –quien públicamente le declaró su odio–, al aprovechar esa animadversión para vencerlo, el mexico-estadunidense Miguel Ángel Mikey García aseguró que protagonizará una batalla épica para arrebatar el cetro superpluma al costarricense Román Rocky Martínez, en la velada del 9 de noviembre

Será en Corpus Christi, Texas, donde Donaire intentará repetirá la dosis a su rival –como lo hizo en 2007 cuando lo noqueó en el quinto episodio–, porque ahora tiene mucha más experiencia y se ha forjado con los mejores de su categoría para ser uno de los más grandes de su país.

El menudito boxeador, quien se echó a la bolsa los asistentes a la conferencia de prensa al interpretar unas palabras del Himno Nacional mexicano en español, refirió que está preparado para dar la revancha al armenio, como lo ha pedido, para derrotarlo de nueva cuenta, aunque deja a las circunstancias del combate si será otra vez antes del límite o por decisión.

Nonito, quien por entrenar con el mánager nacional Roberto García dice ser el filipino más mexicano que haya, sostuvo que gracias a su corazón de guerrero y a su entrega propias de este país es que ahora tiene la estrategia y los golpes que necesita para salir airoso del próximo compromiso.

Mikey, apoyado en la esquina por su hermano y mánager Roberto, buscará la supremacía sobre el cuadrilátero, esta vez en la categoría superpluma, ante un boxeador muy fuerte y aguerrido, porque se siente en deuda luego de perder su cetro en la báscula, al no dar el peso en junio pasado ante el boricua Juan Manuel López.

Aunque prefirió no anunciar su estrategia, adelantó que buscará lastimarlo desde los primeros instantes: No sé si se vaya a caer pronto, pero lo seguiremos por todo el cuadrilátero hasta menguarlo, porque no escondió que le gustaría noquearlo, aunque tampoco se expondrá.

Aunque sólo piensa en el próximo pleito, el policía de academia con aspiraciones a ser sheriff tiene una deuda pendiente en su antigua división, por lo que le gustaría bajar de peso para saldarla, aunque por su complexión podría subir a ligero, donde también hay rivales de gran cartelera, a los que no tendría temor de enfrentarlos, porque así he hecho mi carrera, ante los mejores de mi peso.

Roberto García, mánager de Mikey y Donaire, se mostró orgulloso de sus pupilos: Pocos tenemos la oportunidad de presentar en la misma función a dos peleadores de gran calidad.