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Armando García de León, de la UNAM, investiga los movimientos de 1900 a la fecha

Ante lo imposible de predecir sismos, se debe crear planes de contingencia por sitio

El estudio abarca una franja sísmica de 500 km2, que comprende Michoacán, Guerrero y parte de Oaxaca

Propone tomar en cuenta las condiciones de los lugares donde las personas pasan más tiempo

 
Periódico La Jornada
Viernes 20 de septiembre de 2013, p. 2

Con la finalidad de analizar la frecuencia de la actividad sísmica que puede afectar a la ciudad de México, el maestro Armando García de León, del Departamento de Geografía Económica del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), realizó un estudio de los sismos ocurridos desde 1900 hasta la fecha, en una franja de 500 kilómetros cuadrados que comprende las costas y el territorio de Michoacán, Guerrero y parte de Oaxaca.

Explicó que los elementos que se tomaron en cuenta para el estudio son que en esa franja ocurren sismos que pueden poner en peligro a la ciudad de México y a sus 22 millones de habitantes, y la magnitud.

Al cruzar esas dos variables, los datos que obtuvimos indican que han transcurrido cerca de 12 años sin que en esta zona ocurra un sismo de más de 7.5 grados en la escala de Richter, dijo el investigador.

El Servicio Sismológico Nacional (SSN) tiene una base de datos de la actividad sísmica en el país desde 1900. Armando García retomó la información que corresponde a la zona telúrica de interés, la sistematizó y eliminó los sismos de magnitud menor a 6.5 grados, para tener una estimación de los que podrían representar una amenaza para la ciudad de México.

La estadística consiste en una serie de métodos basados en las matemáticas que permiten determinar la probabilidad de que ocurra algún evento a partir de un conjunto de datos. Puede haber una probabilidad alta, baja o media, para eso generalmente se plantean escenarios en la misma proporción.

También posibilita hacer pronósticos, relacionados, por ejemplo, con el producto interno bruto (PIB) o con el número de habitantes del país, esto cuando se trata de parámetros con un comportamiento consistente y estable en el tiempo, que no cambian o que lo hacen gradualmente.

El estudio realizado muestra que al someter los datos obtenidos a los análisis estadísticos no se encuentran elementos que permiten hacer predicciones. En el caso de los sismos no se ha encontrado un patrón de la frecuencia con que ocurren; de pronto se concentran en un año y en ocasiones no aparecen en gran cantidad. Desde la estadística se necesita un patrón consistente, que crezca de manera moderada en el tiempo y en el caso de los sismos no existe, explicó el maestro García de León.

Si se observa la actividad sísmica desde 2006 a la fecha, según los datos del investigador, de 71 sismos en la franja de 500 kilómetros cuadrados que comprende las costas y el territorio de Michoacán, Guerrero y parte de Oaxaca, ocho han superado los 6 grados Richter y solo uno los 7.

Concurrencia de agosto

Al ver la concurrencia de sismos registrados en agosto de este año, el investigador estudió la cantidad que ha ocurrido de 2006 a la fecha en la zona de interés para la ciudad de México, y ver cuáles han sido de 5 a 5.9 grados o de 6 y más. Observó que en ese año se registraron 8 temblores de 5 grados o más; en 2007 se presentaron 9; en 2008 y 2009 sólo 5, mientras en 2010 fueron 10. Finalmente, en los tres años pasados los movimientos telúricos de magnitud 5 o más fueron 7, 18 y 12, respectivamente.

Si bien la información estadística no permite predecir el momento en el que va a ocurrir un temblor de magnitud mayor a 7.5 grados Richter, que puede provocar afectaciones estructurales en la ciudad de México, sí se pueden desarrollar planes de contingencia que no sean tan generales, y que tomen en cuenta las condiciones particulares de los lugares donde las personas pasan la mayor parte de su tiempo, insistió el maestro Armando García.