El director, fotógrafo y guionista Rafael Corkidi falleció ayer en Veracruz, según informó la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, la cual le entregó este año el Ariel de oro por su trayectoria de 60 años.

Oriundo de Puebla, Corkidi se inició como fotógrafo en los noticieros Cine Mundial y Cinescopio. A principios de los años 70 fue parte del grupo Nuevo Cine. Su carrera comenzó con la fotografía de la cinta Tajimara, de Juan José Gurrola. Luego llegaron Anticlímax, de Gelsen Gas (seudónimo de Ángel Sánchez) y La mansión de la locura, de Juan López Moctezuma.

También colaboró en tres proyectos fundamentales del cine alternativo en México: Fando y Lis, El topo y La montaña sagrada, de Alejandro Jodorowsky, y en las que destacó su estilo.

Fue asistente de dirección y fotógrafo del documental Olimpiada en México, de Alberto Isaac.

Su opera prima como director es Ángeles y querubines. Le siguieron Auandar Anapu, Pafnucio Santo y Deseos, adaptación libre de la novela Al filo del agua, de Agustín Yáñez.

Corkidi mostró su vanguardismo a inicios de los años 80, cuando comenzó a trabajar en video, lo que impuso un cambio en la realización de cine tras abandonar el uso del negativo de 35 milímetros.

Obtuvo varios premios nacionales e internacionales. Como realizador sus cintas mostraron originalidad e innovación. Ganó el Ariel a mejor fotografía por El topo y fue postulado a ese premio por Pafnucio Santo y Deseos.

En 1983 empezó a trabajar en video, adelantándose a la irrupción de las nuevas tecnologías en el registro de imágenes. Filmó en ese formato Figuras de la pasión.

Nunca dejé el cine, dejé al sistema que nunca me quiso y cuando me dediqué a buscar nuevas herramientas descubrí que todos somos artistas, comentó en el Palacio de Bellas Artes cuando le entregaron el Ariel.

Entre sus últimos trabajos como director están Urbano y Natalia (1994), Rulfo aeternum (1992), Folklor (1991) y Murmullos (1991); como fotógrafo trabajó en Pasajeros de Luvina, en 1993.