Opinión
Ver día anteriorDomingo 15 de septiembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Infancia y Sociedad

Tío Sócrates

¿R

ecuerdas, tío Sócrates, el tiempo en que enseñabas tu filosofía? Sólo por el placer y la alegría de hacer del hombre un hombre y no un jumento.

¿Recuerdas, tío Sócrates, las mariposas griegas y los ocasos ahora milenarios? ¿Recuerdas, tío Sócrates, las terribles refriegas con los tristes sofistas mercenarios?

Recuerda, tío Sócrates, cómo las almas ciegas de tus discípulos y partidarios se abrían a la luz de alfas y omegas.

Vuelve a las mentes tío, vuelve a este mundo mío, que los Sócrates hoy son necesarios… Recuerda, tío Sócrates, el tiempo de burlas, críticas e incomprensiones, y la espina de las acusaciones, la envidia y el odio y el veneno… Recuerda, tío Sócrates, el tribunal de Atenas y ese abucheo bien remunerado… y tus palabras ante el vil jurado… Despierta, tío Sócrates, que tu voz del pasado sea el remedio contra las cadenas que hoy las falsas justicias han forjado… Vuelve a las mentes tío, vuelve a este mundo mío, como un inmenso sol multiplicado…//

En Santiago de Chile, 1980, en plena dictadura, escuché esta canción que al parecer nunca se grabó comercialmente; la he conservado con otras en un viejo casete. Su autor, Eduardo Peralta, tenía entonces 22 años y era cantautor del movimiento semiclandestino Canto Nuevo; algunos de sus mejores integrantes estuvieron en esa reunión de voces y guitarras estudiantiles, aquella inolvidable tarde de verano.

La comparto hoy por el 40 aniversario del golpe de Estado contra Chile y su presidente Salvador Allende, y porque en estos días en que la educación humanista enfrenta en México, y en todo el mundo, una batalla contra la educación pragmática es oportuno recuperar la figura de Sócrates y su mayéutica.

Sócrates amplió el significado médico que tenía la mayéutica, palabra griega, maieutiké, que se refiere al arte de dar a luz a los niños; pero el filósofo la focalizó en el arte de dar a luz el conocimiento y la conciencia. Al ser su madre una partera, Sócrates comparaba su propia actividad con la de ella. Su madre se llamó Fainarate, que a su vez significa ‘dar a luz a la virtud’.

El método socrático consiste en que, a partir de preguntas filosóficamente intencionadas, el interlocutor o alumno encuentre respuestas por sí mismo, construya y dé a luz sus propios saberes.

La mayéutica como método pedagógico es muy relevante en educación, porque asume que los conocimientos no están afuera para ser depositados en el estudiante como si su mente fuera un recipiente vacío. Es a través del diálogo con su maestro y con las ideas como el alumno ejercita su pensamiento y amplia su conciencia, para construir así su propio saber. (Volveré pronto con Sócrates).