Una remembranza que llega con una carga de optimismo se realiza gracias a 40 años, los mismos sueños, que con distintas expresiones del arte y la cultura hace un tributo a tres emblemas latinoamericanos: al ex presidente chileno Salvador Allende, al poeta Pablo Neruda y al músico Víctor Jara, homenaje convocado y organizado por el Centro Cultural El Juglar.

Se trata de llegar con cualquier expresión al corazón y la conciencia, que permita al público reflexionar, con teatro, pintura mural, fotografía, cine, música y mesas redondas, dice en entrevista Hiquíngari Carranza, director de esa asociación civil. Un concierto que reunirá a los grandes representantes de la nueva canción latinoamericana, Quilapayún e Inti-Illimani, es el acto central que se realizará el 30 de septiembre en el Auditorio Nacional.

Hay que congratularnos porque en el continente aún hay voces críticas, grupos organizados, gente trabajando por los sueños. Personas que no se rinden ni dejan de lado sus convicciones, sino que las expresan y las defienden, afirmó.

“Quisimos hacer una jornada completa, en la que cada actividad lance un mensaje. Queremos llegar a los jóvenes, a las amas de casa, a los estudiantes, a los ancianos, a quienes por desesperanza han preferido ocultar todas sus necesidades en un tipo de vida inocuo e intrascendente. Es importante que llegue a todos ellos el mensaje de que hay un futuro por construir.

“Hablamos de un acontecimiento muy triste y doloroso, que marcó la historia de América Latina. Pero también nos muestra el rostro más espantoso e innombrable del humano. Me refiero a los golpistas, este grupo de traidores que fue sádico con el pueblo chileno, que mató a diestra y siniestra niños, jóvenes, mujeres, sin importarle nada, más que justificar su felonía y traición.

Más allá del dolor y la herida que ha significado, tenemos que gritar y mostrarla a las nuevas generaciones, para que no se repita. El gran porpósito es decir en todas las formas, en todos los tonos, que es algo de lo que tenemos que estar avergonzados.

En voz del director de El Centro Cultural El Juglar, el arte entra directo, no hace antesala en nuestro corazón ni en nuestra mente. Es tan hermoso que pasa en automático. A través del arte, de la reflexión y de la música, de las imágenes, podemos sensibilizar a los que se acerquen. Y los que ya estamos sensibilizados podemos hacer un ejercicio colectivo para transmitir este mensaje.

El pasado 11 de septiembre se cumplieron 40 años del golpe de Estado en Chile y la muerte del entonces presidente Salvador Allende. También, el próximo 23 de septiembre, serán cuatro décadas de la partida del poeta y premio Nobel Pablo Neruda.

En el contexto de 40 años, los mismos sueños destacan tres conciertos, en el Auditorio Nacional, en el teatro Metropólitan y uno sinfónico con la música de Víctor Jara. Además, se contempla un homenaje a Pablo Neruda, una mesa redonda en torno a Salvador Allende, una puesta en escena, dos ciclos de cine documental y una exposición fotográfica. Las distintas actividades artísticas pueden consultarse en la página www.eljuglar.org

El magno concierto la noche del 30 de septiembre presentará a representantes de la nueva canción latinoamericana: los chilenos Quilapayún, Inti-Illimani y Santiago del Nuevo Extremo, al cantautor uruguayo Daniel Viglietti, y de México a Los Folkloristas y Gabino Palomares. Un concierto que difícilmente se volverá a repetir.

Los dos primeros grupos, afirmó Carranza, “son sin duda pilares fundamentales del nuevo canto latinoamericano; han dedicado una vida entera con absoluta congruencia a defender los anhelos más grandes de los pueblos de América Latina. Tuvieron que vivir el exilio en Italia, en Francia, pero han seguido a través de todos estos años con sus cantos, con sus presentaciones, su denuncia, en un esfuerzo titánico por defender esos sueños que en aquel momento fueron arrebatados, pero que están ahí, en cada joven que hoy es adulto, abuelo, y obviamente en las generaciones que vienen con mucha fuerza.

Hemos sido enfáticos en decir que a través del arte se pueden mostrar las cosas más dolorosas y terribles. Cuarenta años se dicen muy rápido, pero han sucedido tantas cosas en la búsqueda de cumplir ese sueño. Hoy, lo único que podemos hacer es retomar las consignas de esa época, ahora tan necesarias. Hablamos de justicia social, respeto a los derechos humanos, equidad, educación pública y la nacionalización de los productos naturales.