Reiteran en señalar los daños a la salud de quienes los ingieren cotidianamente
Realizan foro para analizar el tema; plantean promover actividad física y cambiar etiquetado
Jueves 12 de septiembre de 2013, p. 37
Los mexicanos tienen predisposición genética para subir de peso, y el consumo de productos como los refrescos contribuye con la problemática, así como con el riesgo de desarrollar diabetes. Estudios científicos demostraron que la frecuencia de esta alteración metabólica aumenta 83 por ciento en las personas que a diario ingieren este tipo de bebidas, aseguró Juan Rivera Dommarco, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
Ayer se realizó el foro Impuestos a los refrescos: una política fiscal saludable, organizado por la senadora Marcela Torres Peimbert (PAN), donde académicos, legisladores y organizaciones civiles se pronunciaron por que el Congreso de la Unión apruebe la aplicación de un impuesto de 20 por ciento a los refrescos. Ese es el porcentaje que garantiza un impacto en la disminución del consumo.
La propuesta del Poder Ejecutivo en el proyecto de Ley de Ingresos 2014 plantea un gravamen de un peso por cada litro de bebida, lo cual sería insuficiente, coincidieron los participantes en el foro, pues debería ser de dos pesos por litro. Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, comentó que en los próximos días buscarán un canal de comunicación con los legisladores. Se trata, en todo caso, de que en la discusión se retome la propuesta que desde el año pasado presentaron un grupo de diputados y senadores sobre este tema.
Rivera Dommarco resaltó que en 50 años cambió la composición corporal de los mexicanos, hacia la acumulación sustancial de grasas por alimentos con alto contenido calórico y escasa actividad física.
Si bien existe un componente genético que nos predispone hacia la obesidad, es muy importante el ambiente en el que vivimos, en este caso, rodeados de alimentos y bebidas sin aporte nutrimental, así como campañas de publicidad que incentivan su consumo.
Respecto a los refrescos, información del INSP indica que la ingesta per cápita aumentó 60 por ciento entre 1989 y 2006, principalmente en las personas que tienen entre 12 y 39 años de edad.
Rivera Dommarco presentó los resultados de diversos estudios científicos que comprobaron la asociación del consumo de refrescos con la obesidad y las enfermedades que provoca. Resaltó que la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que los azúcares deben representar menos de 10 por ciento del aporte energético diario de una persona. El problema es que un solo refresco contiene ese porcentaje, y de ahí el aumento del sobrepeso y la obesidad, dijo.
De igual forma mencionó que las enfermedades vinculadas al exceso de peso corporal tienen un costo para el país de 67 mil millones de pesos. De no hacer nada, advirtió, para el año 2017 los costos para el sector salud ascenderán a 150 mil millones de pesos.
También señaló que para revertir el problema del sobrepeso y la obesidad se requiere de un programa integral en el que el impuesto es parte fundamental, y se debe complementar con otras acciones como la promoción de la actividad física y cambiar el etiquetado de los alimentos a fin de que aporten información clara sobre su contenido.