Hoy jueves se inaugurará la exposición Hilando la memoria, con la cual iniciarán los festejos del 31 aniversario del Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP) de Coyoacán, fundado un 25 de septiembre. A la par, también será abierta la expo-venta Tápame con tu rebozo, que tiene como fin subrayar la idea de cómo los textiles son un puente entre el pasado y el presente.

En un recorrido, ayer, por Hilando la memoria, mientras se daban los últimos toques a la exhibición de esa riqueza producto de un saber ancestral, de muchas horas de trabajo a fuerza de telares, de paciencia intemporal, de la habilidad de manos y la agudeza de ojos indígenas, el director del MNCP, Rodolfo Rodríguez Castañeda, expresó: “Es una parte de la colección del museo recabada durante 31 años de historia, que en su momento fue parte de diversas exposiciones.

“Ahora, por primera vez, las piezas son presentadas para que los visitantes las conozcan y las valoren. Fueron creadas por autores desconocidos y por personas que obtuvieron premios nacionales.

Hay piezas que fueron adquiridas por los diferentes directores del MNCP. De las creaciones anónimas sabemos el grupo étnico del creador.

Son 240 piezas instaladas en la Sala Guillermo Bonfil Batalla. Uno de los rasgos distintivos más llamativos del patrimonio cultural son los textiles, que constituyen, junto con la lengua, factor de identidad. Cada prenda distingue a su portador, ya sea por su diseño, colorido, iconografía, historia y memoria, y lo hacen con orgullo porque es una expresión profunda de su cultura.

Esta colección de textiles es parte del acervo del recinto y una síntesis de 350 exposiciones; son piezas que cuentan con una manufactura única, desde las elaboradas con un hilo teñido, con tintes naturales o hilado a mano, hasta un hilo industrial, tejidas con telar de cintura o de pedal, brocados o bordados, y confeccionadas a mano con tela industrial o manta.

Se pueden ver trajes tradicionales, algunos de los cuales son ceremoniales, del diario o festivos. En otros espacios hay rebozos, sarapes, gabanes, cotorinas, quexquémetl, huipiles, enaguas, refajos, blusas, fajas, morrales, cintas para el cabello y tlacoyales, entre otras piezas.

Herencia viva

“La producción textil ha vivido diferentes etapas de la historia y es una herencia viva, porque las piezas son producto de técnicas que se usan hoy. Como todo en la vida, las etnias van cambiando colores, texturas, formas, grosores. Como en todas las manifestaciones del arte popular, cada una refleja una idiosincrasia, una cosmogonía, una idea del mundo. Por ejemplo, los trajes de los tarahumaras tienen bordados una especie de soles, que en realidad son tambores; en Chiapas se usan mucho los rombos. La simbología es tremenda.

“Por medio de un video se podrá ver la elaboración de rebozos con técnicas complicadísimas. Llaman la atención a primera vista un mantel, un traje de Guerrero, las gasas con su hilado sutil, delicado. Todas expresan un sentir del mundo. La expo se llama Hilando la memoria porque con las piezas se hace una cadena hacia el pasado. Para el público habrá tablillas con información de lo instalado. Las creaciones provienen de unos 15 estados del país. Los diseños, los dibujos son un reflejo de la geometría de la imaginación.”

La colección de gasas, que son telas que pueden servir de manteles, adornos, muestran un trabajo casi de bisturí. Es para apreciar cada pieza con agudeza. En una visita a México del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su esposa Michel, le fueron exhibidas esas piezas, que son alarde de precisión milimétrica y de aritmética para contar los hilos.

La exposición Hilando la memoria permanecerá abierta hasta el 27 de octubre. La expo-venta titulada Tápame con tu rebozo solo estará hasta el 15 de septiembre.