Nunca hay que olvidar los hechos de la historia. En Chile tenemos el recuerdo de sucesos trágicos y, precisamente, una manera de reconciliarnos es revisar nuestro pasado y hacer justicia, porque cuando nos hacemos de la vista gorda de los crímenes en el fondo damos carta blanca para que estas cosas se repitan, expresó en entrevista telefónica desde Milán, Italia, Horacio Salinas, músico del grupo Inti-Illimani.

El refundador de este proyecto musical informó con emoción del concierto que ofrecerá con sus colegas de Quilapayún el 30 de septiembre en el Auditorio Nacional, donde el programa revivirá días de lucha social, de imaginar un mundo mejor, en los que la propiedad privada es abolida y el trabajo es considerado un medio para vivir con dignidad. También se escucharán las voces de los mexicanos Los Folkloristas y Gabino Palomares, así como del uruguayo Daniel Viglietti. Y se criticará vívidamente a quienes les queda el saco impuesto por el poema de José Emilio Pacheco: Somos todo aquello contra lo que luchábamos hace 20 años...

Un segundo concierto será el 3 de octubre, en el teatro Metropólitan, donde actuarán sólo los dos grupos chilenos. Ambos conciertos llevan el título de 40 años, los mismos sueños.

La denominación alude al golpe militar encabezado por el general Augusto Pinochet, en 1973. Triste efeméride que permitirá recordar a tres chilenos preclaros, hombres de una sola pieza: Salvador Allende, Pablo Neruda y Víctor Jara. En el formato del programa se halla la participación en la lectura de poema y anécdotas de Vanessa Bauche y Luisa Huertas.

Septiembre, marcado para los chilenos

“Este septiembre –agregó Horacio Salinas– está marcado para los chilenos por reflexiones sobre la política y el mundo de la cultura respecto de lo que sucedió en nuestro país. Desde luego, es muy importante hacer un reconocimiento a las personas que han Contribuido a la difusión de la cultura chilena en otros países. Esos son motivos para conmemorar el pasado y proyectar un futuro que tome en cuenta ese pasado.”

–Hay intentos de hacer lo que Carlos Marx llamaba un revisionismo del pasado, para tergiversarlo.

–La humanidad siempre va a tener que lidiar con el cinismo de los que quieren suavizar sus grandes faltas. Detrás de esos crímenes tan grandes hay cobardía. No es de extrañarnos, pero muchas veces se piensa ingenuamente que debemos olvidar y perdonar, para que nos olvidemos de los desaparecidos, para no vivir atados al pasado. Con eso se quieren transformar en personas mejores. ¡Ese es el gran error! Si olvidamos el pasado, éste se puede repetir. Hay que aprender de las tragedias para no repetirlas, para tener un futuro realmente humanizado. Las fuerzas retrógradas están ligadas a la explotación de la gente, al abuso, a mantener privilegios.

–¿Qué le hace pensar la palabra justicia?

–La justicia también tiene que ser aprendizaje. Los jueces tienen que ser inflexibles e independientes, porque si es independiente del poder muchas cosas no volverían a acontecer. La justicia es un campo de la actividad humana, de la cultura, que debe preservar su independencia y actuar con mucho coraje.

–¿Qué y cómo recuerda el gobierno de la Unidad Popular que encabezaba Salvador Allende?

–Los chilenos lo recordamos con un inmenso cariño, porque los de su gobierno fueron tres años de muchos sueños, de desprendimientos en pos de una sociedad más democrática, de una sociedad con valores verdaderamente profundos, donde no fuera el lucro el rector de nuestro mundo, sino la cultura, la solidaridad... todas esas cosas que parecen utópicas, pero en las que radica la gran fuerza y el gran efecto, que perdurarán por siempre como legado de Allende, quien siempre tuvo el coraje para resistirse a las componendas de última hora que le fueron ofrecidas para escapar con vida y traicionar a su pueblo. No las aceptó, resistió, combatió. Ese legado ético, moral, enorgullece a los chilenos.

–El gobierno de Estados Unidos tuvo mucho que ver con el golpe militar. ¿Qué piensa de eso y del espionaje de ese país?

–Bueno, lo de hoy me impacta, como a todo el mundo. Toda esta revolución de la tecnología, de Internet, no deja de ser una herramienta para controlar.

–¿Qué le hacen sentir canciones como Te recuerdo Amanda, de Víctor Jara, cuando las interpreta?

–Es una mezcla de sensaciones. Para nosotros fue perder a un artista, asesinado con más de 40 balazos. Vaciaron toda una metralla en su cuerpo. Era un artista joven, lúcido, riguroso, de gran sensibilidad, de gran conocimiento de las tradiciones populares, de la música. Su muerte... ¡fue una canallada, un acto atroz! Conviví, fui su amigo, trabajamos juntos. Era riguroso y alegre. Fue víctima de la barbarie. Para que no se repita un asesinato como el que se hizo con él, hay que recordarlo, pues era un artista que con su ética hacía reaccionar a los poderosos.

–Le destrozaron las manos a culatazos, para que no volviera a tocar la guitarra.

–Eso... la dictadura chilena, que dio el golpe de Estado, no tuvo escrúpulos. Fue educada para torturar; fue formada por grupos de Estados Unidos; lo mismo hicieron en Panamá. Fue toda una generación de gente bruta que estuvo al mando y que buscó defender sus privilegios. Eso hemos aprendido los chilenos.

–De Neruda se ha dicho recientemente que su muerte no fue natural.

–Se han descubierto cosas terribles; se habla de gases tóxicos, de todo lo que utilizó la dictadura para eliminar opositores. De manera que se especula y hay hipótesis de que a Neruda, quien padecía cáncer, se le habría acelerado la muerte con una inyección, so pretexto de curarlo de dolores que no tenía. En esos días había realizado gestiones para trasladarse a México. No es de extrañarse, porque si bien se conocen muchas cosas del actuar represivo en Chile, tenemos que prepararnos para noticias peores. La justicia no llega.

Canto necesario

Cantarán para estos tres personajes de la historia chilena temas de una época, en la que era muy fuerte el sentido de la solidaridad, precisó. “Este canto era y es necesario. Festejaremos a figuras que estuvieron en medio de nuestras canciones, que las conocimos, que supimos de su entorno sensible. Nos motivaron a hacer música de determinada manera. Ahora bien, este será un espectáculo, un concierto, que debe ser entretenido. Tampoco están los tiempos para hacer un drama permanente, sino para cantar con todo lo hermoso de la música. Esto está presente en lo que hacemos. Sobre todo porque los pueblos son capaces de superar las circunstancias difíciles y hacer de sus fiestas algo generalizado.

Digo esto para que se entienda que no será un concierto nostálgico. La vida puede ser mejor. México fue un punto crucial en nuestra cultura. En Latinoamérica traemos la música en nuestros corazones. Están la Revolución Mexicana y sus canciones y la manera que tienen de conservar el arte y la cultura. Ganarse un espacio en el corazón de los mexicanos es una conquista no fácil. Todos los artistas soñamos con eso y queremos vivir en el Distrito Federal.

Compartir escenario con Los Folkloristas y Gabino Palomares, así como con Daniel Viglietti es unir a la pandilla; nos conocemos desde hace muchos años. Hemos soñado con mundos parecidos y, sobre todo, tenemos a nuestros pueblos en nuestros corazones. Rubén Ortiz, de Los Folkloristas, nos recibió aquí por primera vez en 1972. El arte y la música hacen del tiempo algo muy relativo.

Los boletos están a la venta en taquillas y en el sistema Ticketmaster, al 5325-9000.