Buenos Aires, 7 de septiembre.

Tokio fue elegida sede de la justa veraniega de 2020, al imponerse a Estambul en la votación final de la asamblea general del Comité Olímpico Internacional (COI), luego de la sorpresiva eliminación en primera instancia de Madrid, que tuvo otro despertar amargo de un sueño que se esfumó de nuevo.

La máxima cita del olimpismo regresará a la capital nipona luego de 1964. Japón ya había recibido además los Juegos de Invierno de 1972, en Sapporo, y de 1998, en Nagano.

La candidatura de Tokio, que se postuló por segunda vez consecutiva se impuso en la votación final por 60 votos a favor sobre 36 de Estambul, presumiendo tener 4 mil 500 millones de dólares (3 mil 400 millones de euros) en un fondo especial destinado para la cita olímpica.

Pese a las dudas por la reciente fuga de la planta nuclear de Fukushima, Japón terminó convenciendo a los miembros del COI en un tenso y tormentoso día en la capital argentina con diluvio, protestas y la caída de la Internet en la presentación española.

Los asiáticos recibieron en la primera ronda 42 votos frente a los 26 de Madrid y Estambul, que debieron acudir a un inusual desempate que acabó prematuramente con las ilusiones de la capital española.

Para la ciudad hispana, la de hoy fue su tercera derrota consecutiva en elecciones por sedes olímpicas, tras ser tercera en 2005, en Singapur para los juegos de 2012, que fueron en Londres, y segunda en 2009 en Copenhague, para los de 2016 (Brasil).

Una vez más, el COI dio la espalda y España no podrá recibir los segundos Juegos de su historia tras Barcelona 1992. El país europeo sufre un fuerte recesión económica, además del fuerte temporal que azotó en la región y provocó que parte de la exposición hispana quedara en el misterio al cortarse la transmisión televisiva.

El COI que preside aún el belga Jacques Rogge salió a dar explicaciones: La presentación de Madrid ante la 125 asamblea general del organismo continuó sin inconvenientes y la votación para la elección de la ciudad sede no se verá afectada de ninguna forma.

La sentida presentación del equipo de Madrid, que incluyó a la realeza española, políticos y atletas, no fue suficiente para convencer a las autoridades olímpicas y se retiraron decepcionados de la zona de Puerto Madero, mientras en la Puerta de Alcalá, miles de españoles quedaron asombrados, enmudecieron y lloraron.

Lo que no pudieron frenar las lluvias fueron las protestas. A la marcha del pasado viernes de organizaciones de izquierda contra la presencia de la princesa Ana de Inglaterra en Argentina, se sumó esta mañana una manifestación de la comunidad armenia frente al lujoso hotel donde sesionaba la familia olímpica, para repudiar al primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y las violaciones de los derechos humanos por parte de su gobierno.

Pese a todo, Estambul, que aspiraba a organizar sus primeros juegos de la historia, no lo consiguió tras escándalos de dopaje y protestas sociales en el país que mermaron sus posibilidades.

El COI apostó a la confiabilidad japonesa, luego de unos Juegos de Río 2016 que están generando varios dolores de cabeza, pese a las dudas sobre Fukushima.

El mundo está preocupado por Fukushima. Déjenme decirles que la situación está bajo control. No le hizo y no le hará ningún daño a Tokio, dijo enérgico el primer ministro Shinzo Abe durante la presentación de la candidatura ante el COI.

Tsunekazu Takeda, jefe de la misión, puso el acento en un dato trascendental en la historia de su deporte: Ningún atleta japonés ha dado nunca positivo en Juegos Olímpicos o Paralímpicos.

La ciudad japonesa, en la que el lema es descubrir el mañana, propuso una justa compacta, repartida en dos zonas de competición: una frente al mar y otra, bautizada como patrimonio, que recupera instalaciones que se utilizaron en Tokio 64.

Tocó fibras sensibles y señaló que era una manera de devolver la esperanza a las personas después del terremoto y el tsunami de 2011.