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En La primavera del mal sostiene que el negocio del narcotráfico data del siglo XIX

Haghenbeck aborda la histórica relación entre drogas y poder

En la novela llama a reconocer que temas que parecen nuevos, como la legalización de la mariguana, han convivido con nosotros desde hace tiempo

Con Lázaro Cárdenas había permisos para cultivo y funcionó; pero nadie ha puesto esos datos sobre la mesa, apunta

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La primavera del mal abarca de 1930 a 1960 en la historia mexicana; Haghenbeck requirió de casi tres años de investigaciónFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de septiembre de 2013, p. 2

El negocio de las drogas ha existido en México desde el siglo XIX, su narración también puede ser una historia del poder, con el que siempre ha estado en comunicación; sin embargo, la literatura de la violencia no es una apología, sino un relato de lo que estamos viviendo, dijo el escritor F.G. Haghenbeck en entrevista con La Jornada.

A propósito de su novela negra histórica La primavera del mal, recién publicada por Suma de Letras, el autor llama a reconocer que muchas cosas, efecto de esta guerra moderna, parecen nuevas, pero “nos damos cuenta de que no es cierto, que han convivido con nosotros desde hace tiempo, por ejemplo el tema de la legalización.

Haghenbeck recuerda que en 1937 el presidente Lázaro Cárdenas, asesorado por el famoso doctor Verde, Leopoldo Salazar, controló, no ‘legalizó’… Se dieron pequeños permisos para cultivo, muy parecido a lo que se hace en California”. Ese año hubo una mejoría en la secretaría de Hacienda por los impuestos a la producción y venta del enervante.

Además, en 1940 los adictos fueron tratados como enfermos, no como criminales. Incluso había un ala en el hospital de Salubridad, ubicado por Chapultepec. Así bajó 50 por ciento el número de encarcelamientos.

“Nadie ha puesto todos estos datos en la mesa, nadie ha dicho ‘en México hubo legalización de la mariguana’. Eso es de las cosas que me sorprenden; si ya lo hicimos y vimos que funcionó... Por desgracia se tuvo que echar para atrás, no porque no funcionara, sino porque Estados Unidos no quería que se legalizara y realizó un embargo de medicinas hasta que se volviera a criminalizar la mariguana”.

La novela nace –dice Haghenbeck–, porque parecía que las drogas habían nacido en los 70 y 80 y que de ahí fueron en aumento, cuando en realidad “las drogas las traemos desde el siglo XIX, y platicar su historia es abordar la de México y la del poder, porque han estado en comunicación y han estado presentes en la sociedad desde entonces… Siempre he pensado que la gran novela mexicana es sobre el poder, así como la novela estadunidense es sobre el padre y la tierra, porque el poder venía muy unido a las drogas”.

Señala que los chinos inician el negocio de las drogas en México, pero en 1930 los señores feudales, los gobernadores ven el gran negocio y se lo empiezan a quitar, de la manera que vemos ahorita, a través de matazones y asesinatos, genocidio del que casi no se habla. Entre estos hombres del poder se encuentran nombres reconocibles, como Abelardo L. Rodríguez y Maximino Ávila Camacho.

La primavera del mal, que abarca desde 1930 hasta 1960 en la historia mexicana, requirió una investigación de casi tres años y la revisión de más de 100 fuentes bibliográficas; entre las que destacan los documentos liberados por la OSS, la actual CIA, y el Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos, que desde entonces nos vigilaban refiere el narrador.

Cuatro personajes de ficción llevan la historia, rodeados por sujetos reales como “Miguel Alemán, que estaba metido hasta la cocina, Virginia Hill, Bugsy Siegel, Lucky Luciano. La mafia italiana comenzó a cultivar droga en Sinaloa. Y estuvieron viviendo durante tres años en Reforma, en un caserón que luego Luis Buñuel utilizaría en sus películas.

“No podemos platicar el negocio de las drogas sin la visión estadunidense tan hipócrita e importante. Un personaje que aparece ahí, Harry Anslinger, es el que ha dado la agenda política de las drogas. Hoy día todo el mundo se rige por esa agenda, que él creó en 1930: capitalista, racista, retrógrada, imperialista… Él decía que las drogas las consumían las minorías. Una visión totalmente absurda y racista, porque los grandes consumidores son blancos de Yale, de Harvard, que son los que tienen el poder económico y los que gastan y mantienen vivo el negocio en Estados Unidos.”

Para entender el narcotráfico, afirma Haghenbeck, “hay un ensayo maravilloso, de Luis Astorga, el máximo historiador de las drogas en México, que se llama Las drogas y los reporteros. Después de leerlo yo pensé que ya no se puede decir nada más”.

Adelanta que tarde o temprano va a haber una legalización en México, pero cuando ocurra una en Estados Unidos, donde ahora ya hay siete estados en que es legal. La mariguana era legal en México hasta 1937, la podías comprar en las farmacias como cigarros medicinales.

El autor relata que se le criminaliza no por motivos de salud ni de seguridad nacional, sino porque el magnate William Hearst tenía el dominio del papel y el cáñamo, la planta de la mariguana, que hace un papel resistente. Cuando los mormones empiezan a cultivar cáñamo para hacer papel, Hearst habla con el presidente para que lo prohíba. La mariguana se prohíbe para proteger la industria del papel en Estados Unidos.

La primavera del mal nos sirve para entender el regreso de PRI al poder y el porqué de la liberación de a Caro Quintero. Las respuestas las podemos encontrar en el pasado. Hace un paralelismo sobre Lucky Luciano, a quien liberaron en 1943, porque Sicilia y Marsella estaban fuera de control y lo envían para que ponga orden. Es lo mismo que en Michoacán: soltaron a Caro Quintero, porque ya se les fue de las manos Michoacán. (Felipe) Calderón hizo un trabajo maravilloso al hacer un desmadre allá adentro y ahora alguien tiene que llegar allá a arreglarlo.