Se respeta a minorías, pero éstas deben respetar a instituciones y libertades de todos
El Pacto por México demostró que la pluralidad no es un obstáculo, dice el Presidente
Martes 3 de septiembre de 2013, p. 3
Al rendir cuentas a la nación por primera vez, el presidente Enrique Peña Nieto ratificó su determinación de respetar los derechos de todos, pero también advirtió: ‘‘Estoy decidido a usar todos los instrumentos del Estado democrático para impulsar la transformación que reclama la gran mayoría de los mexicanos’’.
En plena conflictiva provocada por la reforma educativa, se dirigió a los maestros opositores: ‘‘En el México de hoy, la democracia respeta a las minorías, pero en todo momento las minorías deben respetar la democracia, a sus instituciones y las libertades de todos’’.
No fue ese el único sector al cual dedicó mensaje especial. Fue también el caso de las guardias comunitarias. En ninguna parte del territorio –afirmó– deben existir circunstancias que obliguen o justifiquen a los ciudadanos a asumir las funciones de seguridad y justicia que sólo competen a las instituciones públicas.
Dio la bienvenida a una sociedad civil ‘‘organizada, activa y propositiva’’ y enseguida dijo: ‘‘El gobierno de la República no tolerará que nadie pretenda hacer justicia por sus propios medios’’.
Peña Nieto fue recurrente en su agradecimiento al Poder Legislativo por la aprobación de las diversas reformas impulsadas en estos nueve meses y de antemano les pidió continuar así para avanzar en las legislaciones pendientes, debido a lo cual –argumentó– ‘‘decidí no hacer uso de la facultad presidencial de presentar iniciativas preferentes a fin de que el Congreso pueda concentrarse en estas reformas que son prioridad nacional’’.
Los legisladores, resaltó, han procedido ‘‘con profesionalismo y compromiso’’ con el país, con conciencia del momento histórico, firmes y ‘‘asumiendo la urgencia de concretar’’ las reformas necesarias.
Enseguida ubicó al Pacto por México, porque con ese instrumento se demostró que ‘‘la pluralidad no es obstáculo’’, sino oportunidad de lograr cambios de fondo, y en ese contexto anticipó la construcción en marcha de un proyecto político-electoral ‘‘para poner al día nuestras instituciones’’. Sin embargo, el tema educativo atravesó prácticamente todo el mensaje, y una y otra vez regresó a ese punto.
Admitió que ‘‘buena parte’’ de quienes rechazan esa reforma provienen de estados ‘‘donde la pobreza, la marginación y el atraso limitan la vida de las comunidades y la calidad de la enseñanza’’, y anunció –para el ejercicio presupuestal de 2014– un programa de apoyo especial en esa materia para aquellas zonas del país.
Entonces felicitó a los diputados por la aprobación de la Ley del Servicio Profesional Docente, y a los padres de familia les enumeró los beneficios del nuevo esquema: más escuelas de tiempo completo, mejores materiales educativos, computadoras e Internet, acceso a alimentos sanos y nutritivos, así como planteles adecuados y en buen estado.
Y les aseguró: ‘‘La inmensa mayoría’’ de los docentes se encuentra en sus aulas y laborando ‘‘con vocación de servicio y amor a la educación’’. Y de nuevo habló a los educadores: con la reforma no deberán aspirar a ser directores o supervisores para ganar más, ‘‘sólo tendrán que ser mejores maestros’’.
‘‘Optamos por las reformas sin conformarnos con la inercia’’
Peña Nieto convocó este día a personajes con peso económico, político, diplomático y de organizaciones sociales. Llegó en punto de las 10 de la mañana a la enorme carpa instalada en la explanada Francisco I. Madero de Los Pinos. Leyó durante una hora su mensaje, flanqueado en sendos palcos por los gobernadores y los integrantes de su gabinete.
Su administración, dijo, optó por la vía de las reformas frente a la tentación de ‘‘conformarnos con la inercia’’. En el caso de la educación, el dilema era mantenerla estancada o que el Estado recuperara la rectoría para transformarla, y en el tema de política exterior, ‘‘la alternativa era dejar que se siguiera proyectando una imagen distorsionada de México o ir al mundo para reposicionarlo como la gran nación que somos’’.
Se trata –argumentó– de una ruta no sencilla, con obstáculos y desafíos, pues ‘‘las resistencias son consecuencia natural cuando se impulsan las grandes transformaciones’’. Pero este gobierno, aseguró entonces, no pierde de vista sus objetivos, sigue adelante y no se detendrá.
También se refirió a la elaboración de un paquete de iniciativas en materia de derechos humanos y repitió las estadísticas de los días recientes sobre la disminución de delitos y de los llamados homicidios dolosos.
De estos últimos, ubicó como dato a destacar la disminución ocurrida en los estados ‘‘donde se ha requerido focalizar los esfuerzos del Estado’’, como Tamaulipas, con descenso de 36.2 por ciento; Chihuahua, 37.2, y Nuevo León, con 46.5.
En este apartado, el jefe del Ejecutivo hizo el acostumbrado reconocimiento a las fuerzas armadas y a los elementos de la Policía Federal, así como a la Procuraduría General de la República, y él mismo encabezó el aplauso de la concurrencia.
Este gobierno, en lugar ‘‘de seguir usando la fuerza contra la criminalidad’’, optó por ser más eficaz con mayor y mejor información, análisis, coordinación institucional y prevención social del delito, resaltó.
Luego repasó los objetivos y programas de la Cruzada Nacional contra el Hambre, de las acciones de la Secretaría de Salud y de ratificar la existencia de ‘‘paz laboral en el país’’.
Reconoció la ‘‘tenacidad’’ demostrada a diario por los mexicanos. Les pidió entonces confiar en su potencial y ser audaces para ‘‘dar un gran salto en nuestro desarrollo’’. La gran transformación del país es posible y, ‘‘debo decirlo con todas sus letras, está en marcha’’.
Para crecer con fuerza, señaló Peña Nieto, tenemos que impulsar los cambios y las reformas pendientes. Sabíamos de antemano que lograr la gran transformación de México sería complejo, porque hay inercias y resistencias que vencer
, y en este punto se dijo decidido al uso de todos los instrumentos del Estado democrático para lograr los cambios propuestos.
‘‘Tenemos 120 días para que 2013 sea recordado como un año de grandes transformaciones, un año en el que México se atrevió a despegar.’’