Madrid, 29 de agosto.

El conservador Partido Popular (PP) destruyó pruebas que podrían resultar vitales para el proceso abierto por varios delitos contra Luis Bárcenas, quien fue tesorero del partido durante dos décadas y está en prisión desde hace dos meses, acusado de ejecutar una trama de financiación irregular, corrupciones y pago de comisiones ilegales.

El juez instructor del caso, Pablo Ruz, ordenó a la formación política que entregara las dos computadoras asignadas al ex tesorero, pero antes de que ser inspeccionadas por la policía los dirigentes del PP ordenaron la destrucción del disco duro y el borrado de los datos; al menos los introducidos Bárcenas.

El ex tesorero, recluido en la prisión de alta seguridad de Soto del Real, cambió de estrategia una vez que pisó la cárcel y decidió colaborar con la justicia. Confesó algunos de los entresijos más oscuros del PP, de los que la policía ya sospechaba pero que no tenía las pruebas suficientes para continuar con la investigación.

Entre otras cosas, Bárcenas advirtió que el PP se ha financiado de forma irregular en las últimas décadas, que han vulnerado de forma sistemática la ley electoral en el apartado de financiación, pero también que la mayoría de los dirigentes del partido conservador cobraron sobresueldos, algunos ilegales, cuando estaban al frente de alguna dependencia pública. También ha señalado que en el PP es práctica habitual el pago de comisiones por parte de empresarios a cambio de la adjudicación de contratos públicos.

Un escándalo mayúsculo es que también ha dado nombres, incluido el del mandatario español, Mariano Rajoy, y de buena parte de la actual dirección del partido. Así como de empresarios amigos y hasta periodistas que cobraban dinero por promover en sus medios o en tertulias radiofónicas y televisivas los puntos de vista del PP.

Y para ello, Bárcenas dio su testimonio en sede judicial y entregó una serie de pruebas y documentos originales, incluida la contabilidad secreta del PP, la misma que él elaboró con su puño y letra durante 20 años y siempre bajo las órdenes de sus superiores, entre ellos Rajoy y el ex presidente José María Aznar.

Para cotejar los datos, el juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, solicitó las dos computadoras. El PP las entregó pero con la advertencia de que se decidió eliminar el disco duro de una de ellas y borrar toda la información que introdujo el ex tesorero en la otra.

Así rezaba la carta del PP al magistrado: Los discos duros de los ordenadores de Luis Bárcenas fueron destruidos, cumpliendo el protocolo. Según la misiva, la acción se ampara en la Ley de Protección de Datos, que establece que cada vez que un usuario deja de utilizar un equipo que le ha sido asignado, se reintegra al sistema general, es decir, a la empresa y ésta debe borrar la información que contiene, formatearlo y ponerlo a disposición de otro usuario.

El abogado de Bárcenas, Javier Gómez de Liaño, calificó de llamativa la diligencia judicial de apertura de las computadoras, al explicar que cuando se dio a conocer que se había borrado la información hubo cierta perplejidad y sorpresa. Reconoció que su defendido corroboró que en esas dos computadoras había información muy importante para el proceso judicial y para su causa particular.

La coalición Izquierda Unida (IU) tildó de escándalo la destrucción de las pruebas por parte del PP, al sostener que “el PP ya ha perdido la vergüenza y la compostura. José Luis Centella, vocero de Izquierda Plural que es parte de IU, sostuvo que lo ocurrido “es una evidencia más de que el PP tiene mucho que tapar.

Centella agregó: Es hora de que Rajoy dé cuentas de sus relaciones con Bárcenas. Estamos ante un nuevo capítulo de sainete dentro del culebrón en el que los máximos responsables del partido de Mariano Rajoy quieren convertir este caso para sacar partido judicial de ello. A las indemnizaciones en diferido, los sobresueldos convertidos en gastos de representación, las nóminas y el pago de cuotas del PP de Bárcenas ocultas, los secretarios generales desmemoriados y las reuniones con pactos secretos de Rajoy hay que sumarles ahora los discos duros evaporados.