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El antropólogo presentó el libro La palabra fragante: cantos chamánicos... en Casa Lamm

Rescata Pedro Pitarch la conexión oral de los tzeltales con el otro lado

Volumen ilustrado con fotografías de José Ángel Rodríguez que reúne seis rezos recolectados entre 1990 y 2004 en Cancuc, Chiapas

Cuando grababa esto, los indígenas sufrían la competencia de otras iglesias que hacían propaganda con la Biblia y otros textos, comentó

Foto
La palabra del chamán, con su fuerza, con su energía curativa, con su musicalidad es canto destinado a entrar en los otros mundos y dialogar con las deidades, señaló la historiadora Mercedes de la Garza en la presentaciónFoto de José Ángel Rodríguez, tomada del libro
 
Periódico La Jornada
Domingo 25 de agosto de 2013, p. 2

Rescate y muestra de poesía que cura, de la cosmogonía, el vínculo con lo intangible y algunos rituales de un pueblo descendiente de la cultura maya, el libro-objeto La palabra fragante: cantos chamánicos tzeltales, del antropólogo Pedro Pitarch, fue presentado en Casa Lamm.

El volumen, ilustrado con fotografías de José Ángel Rodríguez, plasma en idiomas tzeltal y español seis oraciones recolectadas entre 1990 y 2004 en los valles de Cancuc, Chiapas, de los rezadores Diego Hernández, Extava P’in, Sebastián K’aal y María Ruiz Ijk’al. Este tipo de cantos de protección y de sanación aún hoy se realizan en esa zona.

La historiadora y especialista en los mayas Mercedes de la Garza, encargada de comentar el libro, explicó: “La palabra del chamán, con su fuerza, con su energía curativa, con su musicalidad es canto destinado a entrar en los otros mundos y dialogar con las deidades; pero esa fuerza es la de la sutileza, la de la fragancia de flores y frutos, la de la levedad… a través de la cual una comunidad aprende el universo y descifra los designios de las fuerzas sagradas.”

También leyó algunos fragmentos de los cantos, que es una comunicación con el otro lado. Con el autor, señaló que no proceden del mundo ordinario en el que se desenvuelven los humanos, sino de aquello que en tzeltal se denomina ch’ul (sin sustancia tangible).

Pitarch –destaca la historiadora– nos presenta una excelente apreciación de ese otro lado que se caracteriza por tiempos y espacios fuera del mundo corpóreo, tiempos que son simultáneamente pasado, presente y futuro, porque las regiones del sueño y el éxtasis son siempre actuales.

De la Garza agregó que las comunidades indígenas han recibido una invasión de religiones protestantes, y los nativos han vivido sus textos sagrados como algo negativo. El rechazo a los textos escritos se refiere a que los cantos siempre son distintos, son seres vivos, se ajustan a cada curación, al pulso del paciente y a otras circunstancias.

La editora Margarita de Orellana, directora de Artes de México y moderadora de la mesa, dijo que estas formas de lenguaje son como un imán, porque te agarran y, si los lees en voz alta, son como música, incluso en español, en tzeltal debe ser más hermoso.

En el acto, se informó que en los próximos días se podrá acceder en el sitio www.artesdemexico.com a algunas de las grabaciones sonoras que Pitarch realizó de los chamanes, además de fotos y fragmentos de los textos incluidos en el libro coeditado por Artes de México y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Por su parte, Pedro Pitarch afirmó que el volumen es un “modesto homenaje a los chamanes… yo creo les hubiera gustado mucho saber que sus palabras estaban ahí... porque cuando yo estaba grabando esto, los indígenas de los Altos de Chiapas estaban sufriendo la competencia de todas las iglesias que utilizaban la Biblia y otros textos escritos para hacer su propia propaganda.”

El investigador afirmó que este libro, del que se asumió apenas como compilador, restituye las cualidades sensibles de la tradición oral. No es sólo escritura, es un libro que juega con varios aspectos: la tipografía, los colores, las fotografías, las laminas, el hecho de que aparezcan animales y plantas; esto le da un tono muy distinto.

Al final del acto, como parte del público el poeta Aurelio Asiain estableció un paralelo de los cantos tzeltales con los que se realizan en Japón: Es un lenguaje que es poesía en su nacimiento, a la vez muy refinado y es de uso.