El atletismo le cambió la vida a Daniel Vargas, quien proviene de una familia de zapateros de su natal León. Llegó hace 21 días con la ilusión de hacer un buen papel, al correr por primera vez el Maratón de la Ciudad de México con su hermano Gualberto, para dar pelea a los más de 30 kenianos inscritos que vienen por los premios económicos.

De estatura media, moreno y cabello ondulado, el fondista de 28 años, considerado actualmente el mejor mexicano en la prueba de 42.195 kilómetros, acompañado de su hermano acudió ayer a la Expo Maratón, afuera del estadio Olímpico Universitario, para recoger su número de inscripción en la categoría elite, exclusiva para los corredores con tiempos de 2:20 horas o menos.

No se sonroja cuando habla de las carencias que sufrió de niño con una familia numerosa, en la que su papá le enseñó a hacer zapatos y curtidos con martillo, tachuelas, piel y cuero, y no como ahora que todo lo hacen a máquina.

Se dedicó al atletismo –en particular a las carreras de fondo–, porque es un deporte de gente humilde y pobre. También se dio cuenta de que tenía buena piernas y zancada. En cada competencia mejoraba sus cronos y luego las posiciones hasta que subió al podio para comenzar a ganar dinero y salir de la precaria situación en la que vivía.

Hace un año compitió en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 en maratón. No le fue bien al terminar en el lugar 39 y después se lesionó. Su mejor marca en la distancia es de 2:13.06 que le dio el pase a la cita británica.

No esconde su emoción y sus ojos negros lo delatan porque será la primera vez que correrá el maratón capitalino con su altura, contaminación, su nueva ruta olímpica y contra los africanos, ese contingente que ha dominado en la reciente década pues, según el guanajuatense, la carrera ha sido diseñada para ellos.

Dos medallas de bronce (Nacional de Guadalajara y Campeonato Centroamericano y del Caribe en Morelia), son sus actuales logros, así como participaciones en los maratones de Torreón y de Colomos, donde, para variar, ganan los kenianos.

La falta de figuras como Dionicio Cerón, Germán Silva, Andrés Espinosa, Benjamín Paredes e Isidro Rico ha significado una baja para las nuevas generaciones que “se agüitan” cuando corren contra los africanos y es lo que más le molesta a Vargas Sánchez.

Por eso, correr mañana en la capital mexicana, “para mí es un reto, porque aunque no prometo ganar, voy a pelear un buen lugar con Gualberto y después del kilómetro 25 o 30, el que tenga mejor piernas es el que ganará.

Es un maratón engañoso, el último tramo será duro y difícil. Uno tiene sueños y aspiraciones, uno desea ganar dinero y es lo que nos falta, que motiven a uno, no importa si no ganas, pero si eres el mexicano mejor colocado, pues que den premio como en otros lados. Esto es una profesión, resalta el oriundo de León.

El keniano Christopher Kipyego, ganador del certamen en 2006 (2:17.24), reside en Zacatecas. Se casó con una dentista poblana y desde hace seis años busca naturalizarse mexicano.

Tiene el dorsal 15 y participará por cuarta ocasión en el maratón, en el que el año pasado llegó en sexto lugar.

En la edición 31 de esta justa la bolsa en premios será de 3 millones 199 mil pesos y dará 450 mil al ganador de la rama absoluta.

Hoy se realizará el recorrido de la antorcha proveniente de Grecia y se espera que el primer portador sea el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera.

El recorrido se hará por relevos y comenzará en el Hemiciclo a Juárez de la Alameda Central y culminará con el encendido del Pebetero en el estadio de CU.