Madrid, 22 agosto.

Tres años después de abandonar el Real Madrid, Raúl recibió el homenaje que le faltó entonces, y fue a lo grande: llevó por última vez el brazalete de capitán merengue. Ochenta mil hinchas se rindieron a sus pies. Fue una noche clamorosa para Raúl, que se llevó una ovación de unánime de la hinchada que no siempre lo aclamó en su totalidad.

Sin embargo, la distancia ayuda a valorar con perspectiva los logros y los de Raúl fueron máximos en la historia del conjunto madridista.

Casi lo de menos fue el partido, si es que se puede llamar así. El Al-Saad qatarí dejó hacer y Real Madrid tampoco se empleó a fondo, aunque suficiente para ganar 5-0.

Antes del encuentro se proyectaron por los videomarcadores imágenes de algunos de los momentos más legendarios del siete, goles que dieron copas de Europa y más trofeos.

Luego salieron los equipos, todavía sin Raúl. Él salió al último para recibir la primera gran ovación de la noche. Después posó en el campo junto con los trofeos conseguidos: tres copas de Europa, dos intercontinentales y seis ligas españolas, entre otros. Atrás deja 741 partidos con el cuadro blanco y 323 goles. Nadie ha llegado a esas cifras en la historia del club.

Y como a Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid, le gusta hacer las cosas en grande, pidió al rey de España que acudiera al Santiago Bernabéu a honrar a Raúl. El monarca entregó al jugador una réplica de La Cibeles, la fuente en la que los hinchas merengues celebran los éxitos de su equipo.

El portero Iker Casillas le entregó el brazalete de capitán y Cristiano Ronaldo le cedió el número siete de la camiseta, el dorsal que siempre llevó, para jugar la primera parte con el Real Madrid.

Raúl también acaparó toda la atención en el terreno de juego. Los futbolistas merengues lo buscaron constantemente y el gran clímax de la fiesta llegó al minuto 22. Ángel Di María le sirvió un balón, el siete lo bajó y fusiló a la red. Fue un gol de los de toda la vida de Raúl. Y otra vez: ¡Raúl, selección!.

La segunda parte trajo innumerables cambios y Raúl recuperó la camiseta del Al-Sadd, el equipo en el que presumiblemente acabará su carrera profesional.

Lo mejor de la segunda parte fue Isco, quien marcó un golazo de cabeza. Completaron Benzema, de penal, y el joven Jesé con dos bonitas anotaciones.

Raúl concluyó la noche dando una vuelta al campo y, con un capote de torero en mano, emuló la celebración de sus gestas deportivas dando pases recibidos con olés.