Tiene 23 años y este viernes dirige a la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata, en El conde Ory, de Gioachino Rossini, ópera cómica en dos actos, en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario (CCU).

El director concertador Iván López Reynoso forma parte de una corriente que busca dar una nueva lectura a las partituras de ópera.

“Directores como Maurizio Benini, Fabio Luisi, Antonio Pappano, traen visiones muy acertadas y mucho más humanas a las partituras de ópera. Eso es lo que estamos tratando de hacer con El conde Ory, partitura que al haberla hecho a lo largo de dos años ya es muy nuestra, nos identificamos mucho con ella. Nos ayuda mucho a estar en este proceso de control de medir y equilibrar las emociones con las necesidades del montaje”, dice Iván López en entrevista, antes del ensayo general efectuado la tarde del jueves.

En México, añade, estamos en ese proceso de dar esa nueva lectura a las partituras, y en camino de lograrlo. Hay una oleada de directores que comenzamos a hacer cosas, por ejemplo, Rodrigo Macías. Buscamos siempre estar muy activos en este ámbito especial que es la ópera, porque muchos de los directores mexicanos consagrados no hacen ópera, pero sin duda en el país tenemos al mejor director de voces en América Latina, que es Enrique Patrón de Rueda. Entonces, por un lado sí tenemos una tradición operística muy importante y, por otro, también hay una nueva generación que busca hacer cosas innovadoras”.

Impulso de la UNAM

Como en todo, añade Iván López, “tiene que haber un rejuvenecimiento de la ópera. Esto se comienza a ver con la cantidad de producciones independientes que hay últimamente. Por ejemplo, hace unos 10 años la ópera en México era Bellas Artes, algún par de producciones, pero ahora está Bellas Artes, Pro Ópera (que produce El conde de Ory), la Escuela Nacional de Música hace producciones, el Teatro del Bicentenario, hay una descentralización de la ópera y eso al mismo tiempo abre muchas más puertas, posibilidades y foros para que hagamos todo esto que precisamente buscamos: que la música tenga más apertura, sea más accesible y tengamos oportunidad de aportar un granito de arena”.

En cuanto al público, Iván López hace un reconocimiento a la labor que realiza la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la que se observa “un interés enorme en la creación de públicos, y parte muy importante es la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata, que cada semestre tiene una cantidad importante de conciertos en las facultades y preparatorias de la esa casa de estudios. Son gratuitos, los estudiantes pueden ir a una sala de conciertos y ver a una orquesta juvenil en su escuela. Esto me parece de gran importancia, porque ahí está el público nuevo.

Escena de la obra que este viernes tendrá la primera de cuatro funciones en la sala Miguel Covarrubias del CCUFoto Roberto García Ortiz

“Uno cree que el teatro, por la gran publicidad desplegada, se va a llenar, pero hay que buscar llenarlo, que el público se acerque.

Si nos mantenemos en la idea de que es un acto social, de imagen, que es la ópera y el coctel, nunca vamos a conseguir el público que queremos. Es en este tipo de espectáculos donde lo vamos a lograr, dando una visión juvenil de la música a los jóvenes. Esto no significa que por que sean jóvenes no está bien hecho, al contrario: por ser jóvenes está todo al cien por ciento de energía, tenemos todas las ganas de hacerlo, estamos frescos, no tenemos ningún vicio. Todo es de una manera mucho más natural y orgánica, lo disfrutamos mucho más y el público también. Ese es nuestro principal objetivo.

Las funciones que ofrecen en esta breve temporada de El conde Ory, son la parte final de un proceso que comenzó hace dos años con la orquesta y el taller lírico de Pro Ópera, en el que se realizaron varias presentaciones.

“Son jóvenes todos ellos y ahora interpretan un título que no es de repertorio, pero esperemos que lo sea muy pronto, ya lo es en el mundo y ojalá que en México comience a hacerse más seguido.

Son muchos los retos de la partitura. Es música muy compleja, muy divertida, ligera; entonces, el músico necesita hacerse una costumbre de escucha distinta a la de un concierto sinfónico, pues estar en un foso implica estar pendiente de muchísimas más cosas, como la puesta en escena de los cantantes, de todo lo que ocurre en el escenario. Nos convertimos en un vehículo de la puesta en escena, sin el cual aquélla no puede funcionar, pero al mismo tiempo una parte del espectáculo se es un trabajo muy interesante. Se han logrado ensayos maravillosos, estamos contentos con el resultado y seguros de que el público se va a divertir mucho.

El conde Ory, ópera de Gioachino Rossini se presenta hoy a las 20:30 horas, el domingo a las 18 horas, el miércoles 28, a las 20:30 horas y el viernes 30, a las 20:30. La sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario se ubica en Insurgentes Sur 3000.