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Iberoamérica unida a través
Aideé Balderas Medina Conaculta / DGCP De la película Dos tipos de cuidado, dirigida en 1952 por Ismael Rodríguez, la gran mayoría recordamos la celebre controversia de Pedro Infante, “Pedro Malo”, contra Jorge Negrete, “Jorge Bueno”. Esta controversia dura casi cuatro minutos y aunque es una escena aprendida, porque se trata de una película y tiene un guión, es una pequeña ventana que nos permite asomarnos al luminoso universo de la poesía improvisada. La magia del verso creado al instante está más viva que nunca en México. En el Sotavento, la Huasteca y la Sierra Gorda, hay un sinnúmero de poetas, decimistas y trovadores que, cual si fueran sirenas, seducen con su canto a todo aquel que los escucha. Arte efímero que deleita por su lucidez, ingenio, elocuencia y rapidez. Los músicos en la Huasteca (conformada por los estados de Hidalgo, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Veracruz y Tamalipas), es decir, los huapangueros, siempre son bien recibidos, pero si saben trovar, ¡agárrense!, que la fiesta va para largo. En las bodas en la Sierra Gorda (Guanajuato, San Luis Potosí y Querétaro) es común que para celebrar se haga una topada. Dos grupos de músicos compuestos cada uno con dos violines, guitarra quinta huapanguera y vihuela, tocan durante ocho horas o más. Los poetas hacen alarde de su buena memoria y de su extraordinaria habilidad para hacer versos a los recién casados. Sin duda, esta poesía fugaz es el mejor regalo para los novios. Quizás casi nadie recordará con exactitud qué decían aquellos versos que fueron cantados, pero lo que jamás podrán olvidar será la emoción de ese momento. Un poeta grande de la Sierra Gorda, por mencionar solamente un ejemplo, es don Guillermo Velázquez, de los Leones de la Sierra de Xichú. Juglar y poeta por destino. La tradición de la poesía improvisada está presente en varios países, es la sangre que hermana a diversas naciones de Iberoamérica. En Cuba, les llaman repentistas o poetas; en Puerto Rico son trovadores, en Argentina, Uruguay, Chile y Brasil son payadores. Los músicos y poetas se congregan en guateques, topadas, huapangueadas, cantaderas, canturías, etcétera. Con diferentes nombres, con diferente instrumentación, pero todos coinciden en un mismo fin, el acto de crear poesía al instante. En México ha habido diferentes iniciativas para reunir a los portadores de la poesía oral de los diferentes países. En San Luis Potosí, Armando Herrera impulsó con gran éxito el Encuentro de Decimistas y Versadores de Latinoamérica y el Caribe, donde logró reunir, en sus seis emisiones, a extraordinarios representantes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, España, Uruguay, Italia, Panamá, Perú, Puerto Rico, Venezuela, Ecuador, y por supuesto de México.
Desde hace cinco años, en Jalpan de Serra, Querétaro, el maestro Junipero Cabrera Berrones, director de Museo Histórico de la Sierra Gorda, realiza un intenso trabajo de promoción y gestión cultural. Con el ánimo de fortalecer los talleres de formación de son huasteco y de huapango arribeño, en 2009 impulsó la creación de la Jornada Iberoamericana de Niños y Jóvenes Poetas, Troveros y Versadores. Así como la herramienta del médico es su bisturí, la del poeta es la palabra, por lo tanto el improvisador tiene que saber muy bien cómo usar el lenguaje, conocer todos sus recovecos para poder decir lo que realmente desea. Por lo tanto las cuatro emisiones de la Jornada iberoamericana han permitido que niños, formadores y promotores de diez países se reúnan para compartir experiencias, metodologías, reflexiones, y sobre todo el arte de la poesía. Junipero Cabrera, misionero de la cultura, se ha dado a la tarea de sumar con entusiasmo a instituciones, promotores y estudiosos de la décima y el verso improvisado. Con la participación niños poetas de Argentina, Cuba, Colombia, Chile, España, Puerto Rico, Panamá, Venezuela, Brasil y México, la quinta Jornada iberoamericana, el día de hoy, 17 de agosto, se está realizando en Purísima de Arista, Querétaro, y continuará su itinerario por los municipios de Peñamiller, Toliman, Santiago de Querétaro, Querétaro; Pachuca, Hidalgo, y Huauchinango y Puebla, Puebla. Inició el 12 agosto y concluye en la Ciudad de México, en el Museo Nacional de Culturas Populares el 25 del mimo mes. Va mi más sincero reconocimiento para Armando Herrera y Junipero Cabrera, promotores culturales en serio y de gran talla. ¡Que viva Iberoamérica unida por medio de la poesía y de sus niños y jóvenes poetas que reinventan el mundo con los versos!
El mes del payador Marta Susana Schwindt Mar del Plata, Argentina
Se conoce con el nombre de “payador” al poeta repentista –improvisador– que inventa sus versos en el momento y los canta acompañado de su guitarra. Este término se utiliza en cuatro países de América del Sur: Chile, Brasil, Uruguay y Argentina. Se cree que el vocablo proviene de “pagus”, que significa comarca, pueblo o lugar del interior del país, por lo que “pagueador”, habría dado origen a payador, o sea al cantor que ambula de pago en pago. En Argentina, se celebra el Día del Payador el 23 de julio, en conmemoración a la payada realizada por el máximo exponente de este arte, El Moreno Gabino Ezeiza, con el uruguayo Juan de Navas, en el año 1884. Dicha payada internacional se celebró en la ciudad de Montevideo. Desde 1992, una ley promulgada por el gobierno nacional convirtió a esta fecha en una celebración a lo largo del territorio argentino. Se le debe ese logro a la lucha de los payadores Víctor di Santo, Roberto Ayrala y José Curbelo. Los Encuentros de payadores congregan a los más altos valores del Río de la Plata y de países hermanos en las más importantes salas del país, donde el público se da cita para aplaudir a payadoras y payadores. La misión del payador actual ha variado. En un principio, cuando la Patria nacía, el payador fue el primer grito de desobediencia y quien llevó las noticias de un lado a otro, cuando no existían la radio ni la televisión ni los periódicos. Fue él quien cantó concientizando a su pueblo y denunciando las injusticias. Muchos bardos de aquel tiempo fueron perseguidos y encarcelados, como don Martín Castro y don Luis Acosta García. Con los años, le tocó al payador la misión de interpretar las noticias y transmitirlas en el idioma de su gente, para verter en ellas la realidad de un drama social o denunciar una maniobra política. En su voz reclamante, siguen vivos los 30 mil desaparecidos en los tiempos de la dictadura; los soldados caídos en nuestras Islas Malvinas; los obreros asesinados durante las huelgas, y los peones explotados en los campos, fábricas y talleres. La presencia de la mujer en el arte de la payada ha sido escasa; no hay muchas payadoras, todavía. Pero su aporte agrega una cuota de ternura y una visión femenina de toda la problemática de la que también participan –como protagonistas– las demás mujeres que van a escuchar los espectáculos donde se presentan los payadores.
Es muy importante el intercambio que se ha dado en los años recientes con colegas de países como México, Cuba, España, Panamá, Colombia, Venezuela, Italia, País Vasco, Canarias, Puerto Rico, Francia y otros. En nuestro país se han levantado Monumentos al Payador en las ciudades de Chascomús, Castelli y Tres Arroyos. Se han fundado Casas de Payadores en Tres Arroyos y San Vicente. Actualmente se dictan talleres en las ciudades de La Plata, Monte, Mar del Plata y Quilmes. Los actos centrales del año reciente se realizaron en la Sala Hugo del Carril, en Buenos Aires, donde se contó con la presencia de José Curbelo, Liliana Salvat, Alberto Smith, Emanuel Gabotto, David Tokar, Luis Genaro, Nicolás Membriani, Juan Lalanne, José Luis Ibargüengoitía y Marta Suint. También se realizaron Encuentros en Mar del Plata, Madariaga, Balcarce, Quilmes, Dolores, Tandil, Santa Teresita, Necochea, Bahía Blanca, Pigüé y muchos lugares donde se cuenta con el apoyo de los municipios. El personaje más importante de la literatura argentina es un payador llamado Martín Fierro. El autor de esta obra, José Hernández, nació el 10 de noviembre de 1834 y falleció el 21 de octubre de 1886. En la fecha de su natalicio se conmemora, en Argentina, el Día de la Tradición. Durante muchos años se silenció la obra de este poeta criollo, por considerarla demasiado revolucionaria, ya que denunciaba los atropellos cometidos hacia el gaucho de parte de los gobiernos de turno. En 1919 el poeta Leopoldo Lugones, en una memorable noche en el Teatro Odeón de Buenos Aires, declaró a Martin Fierro la Obra Épica Nacional. Muchos consideran al libro como una payada gigante y en la actualidad ha sido traducido a varios idiomas. Dados los problemas políticos del autor con los gobiernos de turno, el libro fue escrito en tres países, por lo que se lo considera una obra integradora en América Latina: se comenzó en Santa Ana do Livramento, Brasil; se continuó en Montevideo, Uruguay, y se culminó en Buenos Aires. El personaje que encarna las derrotas del pueblo es el legendario payador Santos Vega, quien se dice que “payó con el diablo”. En verdad, es sólo un símbolo y todavía hoy se discute su origen y existencia. Este arte cuenta con una gran vigencia en nuestros países, donde día a día surgen nuevos valores, ocupados y preocupados por defender esta causa, frente a la frivolidad y estupidez que caracteriza a la época actual.
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