El próximo 9 de septiembre, en el teatro Helénico, el actor Manuel Guízar ofrecerá la función mil del monólogo La vida inútil de Pito Pérez, de José Rubén Romero, personaje que llegó a mí y al que yo llegué: nos cruzamos, afirmó en entrevista el histrión, quien hizo por primera vez el papel del hombre libre y beodo hace 30 años.

Añadió que la pieza teatral se escenificará el 19 y 26 de agosto, y 2 y 9 de septiembre. La verdad, siento algo así como el deber cumplido, como un llegar a lo que soñé. Esto lo digo como trabajador del arte escénico, porque trascender por medio de una obra como esta no es muy común.

Con orgullo, citó que el autor es su paisano, de Morelia, Michoacán, quien desapareció de este mundo allá por 1952. Fue diplomático. La primera película es de 1938, con la actuación de Manuel Medel, quien impuso la primera figura fuerte de este personaje, que data de 1932.

Después de un largo camino, este montaje, que se estrenó en 1982, en el teatro Ocampo de Morelia, resultó triunfador en seis festivales internacionales: Cervantino 1983 y 2010, Albuquerque 1985, La Habana 1987, Bulgaria 1987 y Puebla 2011. Ha recorrido casi toda la República Mexicana y está a punto de cerrar su ciclo y ya no se representará.

Obra cumbre de la literatura mexicana

La vida inútil de Pito Pérez es considerada una de las obras cumbres de la literatura mexicana; refleja, con gran exactitud, la vida provinciana del México posterior a la Revolución, por medio de un personaje real que sufrió las vicisitudes de esos años confusos, y no pudo encontrar su lugar en el nuevo país que se forjaba. Pito Pérez es un revolucionario a su modo, rebelde, pícaro; un poeta ebrio, más lúcido que todas las buenas conciencias de su tiempo.

José Rubén Romero, escritor de altura, construyó a partir de hechos y personajes históricos, una novela de dimensiones universales, pues plantea el eterno conflicto entre el individuo y la sociedad, entre los desheredados y los poderosos, entre la realidad y la utopía. Pito Pérez es, según lo han calificado muchos estudiosos de la literatura hispánica, un personaje de la talla de Don Quijote. Sus ideales incumplidos, el drama de su vida –un derroche inútil de talento e inteligencia–; su carencia absoluta de amor, su desamparo radical, su existir a la intemperie, contrastan con el humor más ácido e ingenioso y la integridad moral de un hombre apasionado por la verdad y la justicia.

La novela ha sido llevada al cine en tres ocasiones, pero la versión teatral se presentó por primera vez en 1982, interpretada por Manuel Guízar. La forma de monólogo que se eligió permite poner de relieve el pensamiento, la vitalidad y la gracia del personaje, así como exponer su gradual proceso de deterioro, con gran animosidad.

Manuel GuízarFoto cortesía del actor

–¿Quién llegó a quién? ¿Usted al personaje de Pito Pérez o él a usted?

–Creo que nos deseábamos mutuamente. El encuentro fue afortunado, por todo lo que implica de dolor, emociones, risa, recuerdo, desamor; con todo lo que digiere de la sociedad, de la familia, del gobierno de su época, de la Revolución, todo en los inicios del siglo pasado.

El hermano de Manuel, Ignacio Guízar, compuso la canción Caminante de los sueños, que dice: Caminante de los sueños, cuenta tus sueños de ayer... José Luis Almada, el tema Un pueblo adonde llegar.

–A casi mil representaciones, ¿qué significa para usted esta obra, como reto?

–La calidad de la obra es importante. El personaje tiene un reto enorme, porque hay que saber qué siente, qué piensa; él lanza su verdad al mundo entero; es un pícaro que cree que las injusticias pueden y deben castigarse; se ríe de su propio dolor y cree que tiene derecho de reírse de todos los demás. El solo se cuenta la historia de Jovita Jaramillo, la esposa del boticario, a quien pretendía como su amor. Hay que representar a cada uno de los personajes a los que se refiere y vencer esa soledad escénica, esa cierta dosis de locura para poder estar ahí.

“Que yo sepa, en teatro sólo se han hecho estas casi mil representaciones del monólogo. En cine se han hecho tres versiones: la primera de Manuel Medel, la segunda de Germán Valdés Tin Tan y la de Ignacio López Tarso. Mi propuesta es diferente, porque se recrean las ideas del autor. Llega mucho más al sentir, a la emoción. El dolor, por ejemplo, lo plantea más profundamente que en el cine.

Pito Pérez habla como un ser consciente del pueblo. Es un caminante; viaja, pasa hambre, se refugia en el alcohol.

Trayectoria artística

Guízar estudió arte dramático en el Instituto Michoacano de Arte; forma parte de grupos como el del IMSS y el de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Participó en el taller de actuación con Virgilio Mariel y obtuvo un diplomado en artes teatrales con Luis de Tavira, José Caballero y Alejandro Luna. Se inició como actor profesional con la obra Frank V. Poco después se incorporó al movimiento Teatro Popular de México, en el que el jurado le otorgó el premio a la mejor coactuación por El gesticulador. Su currículum es extenso y refleja mucho trabajo y fidelidad al teatro.

Ha participado en más de cien obras de teatro, programas de radio y radionovelas, cuatro películas, teleteatros, programas unitarios en Televisa y en telenovelas como Los ricos también Lloran, Mundo de juguete y Rina.

La cita será a las 20:30 horas, en el teatro Helénico, sito en avenida Revolución 1500, San Ángel Inn. Boletos en Ticketmaster, al 5325-9000 y en taquilla.