La ciencia y las artes son elementos de la vida cotidiana, la explican, y sólo de forma artificial están separadas, coincidieron el escritor y periodista cultural José Gordon y el ilustrador Ricardo García Micro, a propósito de su libro-historieta La oveja eléctrica y la memoria del universo, con el que intentan acercar a sus lectores a los maravillosos relatos derivados de la investigación científica actual y que será presentado el jueves 15 en el Centro Cultural Elena Garro.

“Ciencia, literatura y cine forman parte de la cultura popular, el problema es que a veces los vemos desvinculados. En este sentido me han interesado mucho los momentos, por ejemplo en Los Simpsons o en Rius, donde el conocimiento de otras disciplinas entran en el habla popular... Lo que tenemos que buscar es que nuestras obras de arte reflejen cada vez más esos discursos que están presentes también en lo cotidiano”, dijo José Gordon, acompañado por Micro, ambos en entrevista con La Jornada.

El también conductor del programa La oveja eléctrica, de Canal 22, refirió unas conversaciones entre la escritora y colaboradora de este diario Elena Poniatowska y el Nobel de Literatura Octavio Paz, publicadas en el libro Las palabras del árbol. Ahí, el poeta cita Los tres primeros minutos del universo, de Steven Weimberg, ganador del Nobel de Física.

Con ello, te das cuenta de que hay aspectos en el mundo de la ciencia que son fascinantes y nos tratan de explicar qué está pasando a nuestro alrededor y dónde estamos; y sentía que necesitamos conocer estos relatos.

Por la divulgación científica

Micro afirma que su intención es “usar la cultura popular, sus formas y lenguajes, para comunicar cosas que parecieran inentendibles o difíciles de captar. Bosón de Higgs o el colisionador de hadrones. Muchos lo comentan incluso con el taxista, pero realmente nadie tiene idea de qué va eso... es tratar de poner las bases para comenzar a entender estos temas, antes tan lejanos.

Ricardo García Micro y José Gordon charlaron con La Jornada sobre su libro, el cual será presentado en el Centro Cultural Elena GarroFoto María Luisa Severiano

“Soy muy fan de la divulgación científica, las cuestiones literarias y la cultura populares. Me entusiasmé mucho con el proyecto porque son las cosas de las que me gusta hablar”.

Gordon destaca el ambiente urbano del volumen coeditado por Sexto Piso/CNCA/INBA: “Un lugar donde encuentras las instalaciones de la UNAM, del Cinvestav o vas a ver la estación del Metro, y ahí se están dando estas historias donde nos volvemos a conectar con los misterios del universo tratando de saber qué es el Big Bang; de qué se trata la aventura del Bosón de Higgs; qué son las neuronas espejo y qué es nuestro cerebro, el instrumento con el que nos comunicamos con la realidad, y la realidad misma.

El libro plantea que debemos combatir el virus de la ignorancia; cómo se pueden establecer puentes para que esa maravilla del mundo retratada en una historieta lleve también a crear diálogos con profesores, libros; aquí y allá despertar alguna vocación científica... no todos van a ser científicos, pero por lo menos saber que no se necesita ser novelista para disfrutar de una buena novela o de un buen relato que capture los sueños de la tribu. Tampoco necesitamos ser científicos para participar de las aventuras y de los relatos que nos cuenta la ciencia hoy día.

Dirigido a niños de 10 hasta 120 años y sus alrededores, el sueño de la oveja eléctrica no está lejos de la literatura, que no está lejos del sueño de la ciencia ni de la poesía, que es tratar de sondear y explorar lo más lejano, lo más pequeño de lo pequeño y en el intermedio ver que ese conocimiento nos ayude a modificar nuestras condiciones. Pienso que hoy, como nunca, es indispensable la ciencia, la cultura y el arte para enfrentar la crisis que vivimos, resume Gordon.

El libro será comentado por Jorge Volpi, Fernando Rivera Calderón, el científico Gerardo Herrera, la artista Maris Bustamante y el autor desde las 19:30 horas del 15 de agosto en el Centro Cultural Elena Garro (Fernández Leal 43, La Conchita, Coyoacán).