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Por la globalización, se está perdiendo, alerta el rector de la Universidad de Oriente

Necesitamos una política de Estado para fortalecer la lengua maya: Carlos Bojórquez

Tampoco se trata de que el idioma y la cultura se preserven como si fuera un museo

En Yucatán apostamos por una educación que privilegie el elemento cultural, afirma

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Carlos Bojórquez, rector de la Universidad de Oriente, durante la entrevistaFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Viernes 9 de agosto de 2013, p. 5

La lengua maya se está perdiendo dentro del proceso de globalización, pero se puede tener una política de Estado para fortalecer, toda vez que el fenómeno de la cultura más dinámico es el de la lengua, señala Carlos Bojórquez Urzaiz, rector de la Universidad de Oriente, localizada en Valladolid, Yucatán.

En dicha zona, 70 por ciento de la población habla en maya, por lo que en esa institución se imparten clases de y en esa lengua, y cuenta con un centro de evaluación de la lengua maya en Balantún.

“En español hay palabras que usamos en mi generación y ahora ya no se escuchan. Lo mismo pasa con el maya, es un proceso muy dinámico. El que ya por ejemplo haya gente hablando maya por generaciones, una generación lo habla con mayor nivel de pureza, otros ya lo mezclan con español, o en San Francisco, que tuve la oportunidad de visitar, hay muchos mayas yucatecos que ya lo mezclan con el inglés.

Tampoco se trata de que la lengua y la cultura se preserven como si fuera un museo, sino de revalorar lo que tenemos y ponerlo en primer plano sin negar la universalidad de las cosas, y que sea funcional, añade Bojórquez, quien asistió a la presentación del programa del Festival Internacional de la Cultura Maya.

Por revalorar elementos culturales

La Universidad de Oriente (UNO) participa en ese encuentro, que se realizará a partir del 17 de octubre, como uno de los espacios en los que habrá presentaciones de libros, por ejemplo, además del proyecto de rescate de un sacbé o camino vecinal entre las comisarías de Kanxoc y Xocen, estrechamente vinculadas a la guerra de castas.

Hay una tendencia a la globalización y la influencia de los medios de comunicación. Es un fenómeno abrasivo que difícilmente se puede detener, pero sí es necesaria una política de Estado en defensa de los valores lingüísticos de nuestra identidad. Lo otro significa exponer a la población a todas las vicisitudes que trae consigo esta globalización, cosas diferentes al bienestar cultural. ¿Por qué hacerlo ahora? Porque Yucatán es uno de los estados más seguros de la República, y le apostamos a una educación que privilegie el elemento cultural maya, que revalore sus elementos culturales, como su agricultura, y a que se haga un diálogo con ellos, que el estado dialogue con ellos, que la universidad sea un foro para que puedan expresarse, explica en entrevista con La Jornada.

La universidad se fundó hace seis o siete años, la mayoría de sus más de mil estudiantes de licenciatura y de maestría, así como su plantilla académica, son hablantes del maya. El presupuesto con el que cuenta es de 20 millones de pesos, otorgados tanto por la Federación como por el gobierno local.

Valladolid es el área donde 70 por ciento de los habitantes son maya hablantes y, por ello, la universidad tiene un proyecto orientado precisamente a establecer un diálogo, no sólo con los conocimientos académicos convencionales de Occidente, sino también para tratar de recuperar y dar espacio a las voces tradicionales de conocimiento de la población maya.

Por ejemplo, añade el rector, cuenta con la cátedra Alfredo Barrera Vázquez en la que participan los curanderos. Ofrecen cátedra sobre enfermedades, enfermedades del maíz, las cosmovisiones que ellos dan a eso. Es un espacio que requiere la población para garantizar una educación por lo menos equitativa donde cada individuo tenga la posibilidad de expresar sus verdades. La universidad es eso, no es otra cosa que un centro donde convergen todas las verdades.

Formación comunitaria

Las licenciaturas que se imparten en la UNO son Lingüística y cultura maya, Gastronomía, “ya que –prosigue Bojórquez– es uno de los elementos fundamentales para la recuperación del patrimonio culinario”; Mercadotecnia, pero como una manera diferente de ver el mercado; Desarollo turístico, con un enfoque en turismo sustentable y solidario, y Administración pública, la cual trata de formar jóvenes para la administración pública de las pequeñas comisarías y municipios con población indígena de la región.

Las maestrías son en Biblioteconomía y Educación intercultural.

El objetivo es profesionalizar a los alumnos para que permanezcan en sus comunidades, y para que los beneficios de la formación de capital humano, con perspectiva indígena, sea en beneficio de las comunidades, explica el rector y antropólogo.

Además de la instrucción escolar, está la formación comunitaria. “Tenemos no solamente la formación escolar, también la comunitaria. Tenemos dos campus, uno en Valladolid y otro en Balantún. Éste es un antiguo internado de los niños indígenas en la época cardenista que nos cedió el gobierno del estado. Era una hacienda azucarera del siglo XIX, que Cárdenas hizo internado, se convirtió en nada hasta que el estado lo donó a la universidad para que sea un campus experimental. Ahí está el centro de evaluación maya, un espacio para evaluar la lengua maya a quien deseé hacerlo con un sistema de multimedia. Tenemos un museo y aparte el edificio que es muy bonito, con dormitorios y una importante reserva ecológica, donde los estudiantes desarrollan proyectos relacionados con la preservación del paisaje.

“También desarrollamos actividades comunitarias en dos pueblos, dos comisarías, que son herederos de la mejor tradición de la guerra de castas, Kanxoc y Xocen, donde estamos recuperando un sacbé, un viejo camino que se usó durante la guerra, para que regrese a lo que fue un sendero vecinal. En esta área se hacen una serie de actividades educativas vinculadas con la conservación de la flora, la fauna y la integración comunitaria, porque el proyecto no es sólo de la universidad, sino de la comunidad”.

La Universidad de Oriente no es una universidad intercultural, sino inspirada fundamentalmente en los principios de Carrillo Puerto, esa es la idea. Antes de estar ahí trabajé muchos años en la Universidad de Yucatán, fui formado en la Universidad de La Habana y tengo una idea diferente que mezcla la tradición yucateca con la tradición cubana.

La UNO, subraya, pretende ser un espacio abierto a la cultura maya, y dar énfasis a las carreras que se ofrecen. Que lo maya tenga un espacio privilegiado. No es una universidad intercultural, es universidad en el sentido de universalidad de conocimiento. Pienso como pensaba José Martí: el mundo debe injertarse en nuestras repúblicas, pero el tronco ha de ser de nuestras repúblicas. Es una universidad abierta al entorno universal.