En el Museo Nacional de San Carlos, hoy se inaugura la exposición Los disparates, que reúne 18 de los 26 grabados de la serie que con ese título realizó el pintor Francisco de Goya.

Se trata de una serie de imágenes en las que el artista representa un mundo al revés al subvertir los valores y las funciones tradicionales de la sociedad. Escenas nocturnas carnavalescas y relacionadas con lo grotesco, así como escenas violentas y oníricas, con un señalamiento satírico hacia la iglesia o el Estado, son parte de la temática que se distingue en la muestra.

Aunque la datación de esas obras ha sido difícil, se piensa que los grabados –creados al aguatinta y aguafuerte– fueron realizados entre 1815 y 1824, y permanecieron inéditos hasta 1864, cuando la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando publicó 18 de las 22 obras.

Al igual que Los desastres de la guerra, la serie Los disparates no fue publicada en su momento. Las láminas de cobre permanecieron, junto con las de la Tauromaquia, guardadas en un cajón de la Quinta del Sordo, olvidadas por Goya, tras su partida a Burdeos en 1824.

En 1877, cuatro grabados más, con las mismas dimensiones y misma temática, fueron publicados en la revista francesa L’Art, completando la serie como se conoce hasta la fecha.

Se ha dicho que esta serie de grabados es la más desconocida y difícil de entender, ya que no presenta una línea temática ni un orden. Diversas investigaciones, han intentado ahondar en el aspecto sicológico del artista y muchas posibles interpretaciones se han dado sobre esta serie.

El crítico de arte Valeriano Bozal señala que en estas estampas Goya expresó, mediante alegorías, la situación que le tocó vivir. “Una realidad que abarca los aspectos sociales, políticos y personales, estrechamente vinculados a Pinturas negras, en las que se representan hechos o dichos fuera de razón y propósito”.

Bozal relaciona la serie con la estética de lo sublime, de lo terrible y amenazante que tan en boga estuvo a finales del siglo XVIII.

Los disparates dan muestra de la imaginación, la libertad y las primeras manifestaciones del carácter moderno del pintor.

Con la curaduría de Andrea Bustillos Duhart y la proyección de un video, en el cual el artista Roberto Hernández explica y elabora una obra al aguafuerte y al aguatinta, para que el público conozca esas técnicas, será inaugurada la exposición.

La cita es en el Museo Nacional de San Carlos.