Nuevo comunicado sobre la osadía
de enseñar
exentosde la Escuelita zapatista
Martes 6 de agosto de 2013, p. 18
Cómo es que el objeto de la limosna, la lástima, la pena y esos otros nombres tras lo que se oculta el racismo, la discriminación y el desprecio, es decir, los indígenas zapatistas, cometen la osadía de declarar que tienen algo que enseñar y para eso erigen, como antes un barco absurdo en plena selva, una escuelita tan grande que abarca el mundo entero.
Con este tipo de preguntas, el subcomandante Marcos caracteriza, en un nuevo comunicado, a los posibles alumnos que se encuentran exentos
de la Escuelita que iniciará la semana próxima en las comunidades zapatistas de Chiapas.
“Cómo es posible que personas de los cinco continentes, de la más variada nacionalidad (ese truco barato de banderas, fronteras y pasaportes), de grandes o pequeños conocimientos, decide que sí tiene algo que aprender de personas catalogadas en los grandes libros y los discursos gubernamentales como ignorantes, retrasadas, marginadas, pobres, analfabetas y los etcéteras que puede encontrar usted en los ‘estudios’ del Inegi, los manuales de antropología y las palabras y gestos de asco de quienes dicen gobernar el mundo”.
Y abunda: ¿Por qué gente de renombre o sin nombre toma de su tiempo y lo emplea en escuchar, y en la mayoría de los casos también viajar, para aprender de los pueblos zapatistas?... ¿Acaso intuyen, saben, conocen, que la luz no viene de arriba, sino que nace y se crece desde abajo? ¿Que no es producto de un líder, jefe, caudillo, sabio, sino del común de la gente? Tal vez saben que los mundos nuevos se nacen con los más pequeños
.
El vocero rebelde admite: Hemos tenido la fortuna de contar con el oído, la palabra y la mano compañera de hombres y mujeres a quienes vemos hacia arriba por su altura moral. Algunos de ellos no han dicho nada directamente sobre nosotros, pero sus palabras sobre el rodar del mundo lo hacen
.
Algunos aceptaron la invitación a la escuelita zapatista por generosidad; en el alargado camino de su digno andar siempre mantuvieron los puentes
. Otros que también nos apoyaron
, después “demandaron sumisión y sujeción al nuevo ropaje que vestían nuestros perseguidores de siempre, pero ahora de ‘izquierda’”. Y aunque los primeros no pocas veces
tuvieron o tienen mirada crítica con nuestro andar, siempre fue y es compañera
. A ellos los invitan los zapatistas, no como alumnos, sino para hacerlos partícipes de la alegría de ver que nuestro paso, aunque pausado y desconcertante, sigue y va hacia un solo destino, que también es el de ellas y ellos
.
Marcos escribe algunos nombres, no todos
. Pero al citarlos, dice, nombramos a quienes deberían aparecer a nuestro lado y, también, a quienes no están ya porque la muerte se plantó en su camino. Nos harán falta la actividad incansable de la compañera hermana Chapis; la firmeza de la compa Rosa de Querétaro; la mirada-puente de Beverly Brancroft; la risa alegre de Helena; la empecinada lucha de Martha de los Ríos; la palabra clara de Tomás Segovia; el sabio oído de José Saramago; los sentimientos hermanos de Mario Benedetti; el ingenio de Manuel Vázquez Montalbán; la serena consecuencia de Adolfo Sánchez Vázquez; el profundo conocimiento de Carlos Montemayor
.
Algunos, aunque aparecen en la lista de invitados como alumnos, no lo son, pues están, “para usar la jerga escolar, exentos del curso ‘La Libertad según los zapatistas’”: Las queridas abuelas y madres
de Chihuahua, Sinaloa y Plaza de Mayo en la Argentina digna
, y María Luisa Tomasini, nuestra abuela en Chiapas
. Y entre muchos más, Pablo González Casanova, Luis Villoro, Adolfo Gilly, John Berger, Immanuel Wallerstein, Gilberto López y Rivas, Noam Chomsky, Bárbara Zamora, Víctor Flores Olea, Magdalena Gómez, Marcos Roitman, Gustavo Esteva, Armando Bartra, Raúl Zibechi, Eduardo Galeano y Bárbara Jacobs, así como el mayor insurgente honorario Félix Serdán, el obispo Raúl Vera, Paulina Fernández, Óscar Chávez, María Luisa Capella, Brigada Callejera Elisa Martínez
, la banda tuitera
y la de medios alternativos.