o cabe duda que el movimiento por la despenalización de la mariguana ha llegado a su punto más intenso y las voces en favor de una nueva política en torno a las drogas se multiplican desde las más insospechadas trincheras. Mientras en Uruguay es prácticamente un hecho la despenalización de la yerba, en México se organizan foros y debates en lugares tan disímbolos como el rancho de Vicente Fox o la fundación Miguel Alemán, en la que hace unos días se manifestaron en pro personalidades como el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Juan Ramón de la Fuente; analistas políticos, como Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda, y hasta ex funcionarios, como Pedro Aspe y Fernando Gómez Mont.

Simultáneamente, a través de la prensa, se han pronunciado algunos legisladores como el senador perredista Mario Delgado, quien apuesta por la figura de los clubes cannábicos como alternativa para romper el paradigma prohibicionista. Se sabe que cuenta con el apoyo de reconocidos expertos como los integrantes del Colectivo por un Política Integral hacia las Drogas.

Ya en noviembre pasado en esta columna dimos cuenta de la exitosa dinámica de los clubes cannábicos en varias ciudades españolas, como Barcelona, donde los recintos de manera muy civilizada se han organizado para romper definitivamente el corrupto entramado del mercado negro que en nuestro país continúa vigente con toda impunidad. Todas estas estrategias consideran paralelamente la necesidad de ofrecer información profesional e incluyente en torno a la cultura de las drogas.

En este contexto, los próximos 7, 8 y 9 de agosto se celebrará un nuevo foro internacional que se propone como un espacio para la situación actual de las políticas de las drogas y sus implicaciones en materia de derechos humanos. Este encuentro cuenta con el respaldo de instituciones de reconocido prestigio, como la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, el Centro de Investigación Aplicada en Derechos Humanos, CUPIHD y Open Society Foundatins.

Se abordarán los siguientes temas: cultura, libertad, seguridad, responsabilidad, reducción de riesgos y de daños, tratamiento y autonomía. En el cartel promocional aparece una botella, como las que usaban en las boticas de antaño, en cuya etiqueta se mencionan todos los temas aquí señalados. El foro tendrá lugar en la Sala Digna Ochoa de la Comisión de Derechos Humanos del DF (Av. Universidad 1449, col. Florida, pueblo de Axotla, delegación Álvaro Obregón) para mayor información: drogasdh.cdhdf.org.mx/piensadh.cdhdf.org.mx o el teléfono 5229-5600, extensiones 2203 y 2204.

Se inicia ofensiva oficial

Se ha advertido que la administración del presidente Enrique Peña Nieto emprendió esta semana una ofensiva en contra de las posturas en favor de la despenalización de la mariguana. En varios medios han comenzado a difundirse informaciones que coinciden en señalar daños de salud y vinculaciones delincuenciales a causa del consumo de la yerba. Desde luego que estos argumentos resultan poco sustentados en la realidad y no se comparan con los resultados generados por la prohibición. Es importante resaltar dos elementos fundamentales al respecto: la despenalización no significa estimular el consumo e incluso se puede estar en contra de toda adicción (legal o no) y en favor de la despenalización. Por otro lado, no debe perderse de vista el gran daño que ha propiciado la prohibición, con una desproporcionada cantidad de muertos, en relación con los que anualmente pierden la vida por el consumo de sustancias prohibidas.

Uruguay y la opinión de López Obrador

Lo que ocurre en estos momentos en Uruguay es un referente imposible de eludir para el debate mexicano por la despenalización de la mariguana. El periodista Andrés Oppenheimer escribió esta semana que 63 por ciento de los uruguayos se oponen a la despenalización; sin embargo, advierte que la apuesta coincide con diversas iniciativas de otras latitudes: “Los partidarios de la ley dicen que muchos gobiernos ya regulan la industria de la mariguana, incluyendo Holanda, Portugal y el estado de Colorado. ‘Siempre hay peligros, como el de crear una mayor burocracia y sobornos’, dice Bruce Bagley, conocido experto en políticas de drogas de la Universidad de Miami. ‘Pero hay muchos gobiernos que ya están involucrados en la regulación y la inspección de drogas recetadas. En Massachusetts, el Estado vende alcohol por medio de tiendas estatales…’”

Finalmente, habría que considerar muy desafortunadas las declaraciones de Andrés Manuel López Obrador al señalar que el debate por la despenalización es una cortina de humo para distraer a la opinión pública de temas prioritarios. Esta descalificación de una apuesta, que durante muchos años han defendido algunos de los sectores más comprometidos de la sociedad, resulta por lo menos infundada, ya que se trata de un problema tan prioritario, o más, como la defensa de petróleo; en primera instancia tiene que ver con la seguridad, la salud y la dignidad de nuestros jóvenes.

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