Veracruz, Ver., 30 de julio.

En el teatro de La Reforma de esta ciudad se rindió homenaje a La Negra Graciana Silva, quien yacía en un ataúd de colores rosa y plata. En el recinto se congregaron sus hijos, nietos y seguidores.

Ahí estaban todos los hijos de la emblemática arpista: Imelda, quien enjugaba las lágrimas del biznieto más pequeño de la familia, Braulio Flores Moreno; Raúl, Rosa, Micaela, Casimiro, Roberto, Guadalupe y José. Raúl agradeció al gobierno este pequeño tributo.

La bruja, canción favorita de la sonera, abrió la ceremonia. La interpretaron los músicos que la acompañaron en sus giras. A los más viejos las coplas les salieron con voz quebrada por la emoción.

Alejandro Mariano Pérez, director del Instituto Veracruzano de Cultural, en nombre del gobierno del estado de Veracruz dijo: Este día empieza el mito.

Agregó que La Negra ya está al lado de luminarias como Toña La Negra y María Félix y lamentó que el IVEC no pudo darle el homenaje que la arpista siempre deseó que fuera en Los Portales de Veracruz, donde la conocieron muchos, debido a su quebrantada salud.

Luego del homenaje, por la tarde La Negra Graciana fue llevada al panteón La Esperanza, su última morada.

Al sepelio, en este pequeño panteón a orillas del tren, en el municipio de Medellín, vecino de Boca del Río y Alvarado, asistieron sus familiares, los músicos del Son Ventura, que la acompañaron en su gira por Canadá, y alrededor de una centena de personas, que le dieron el último adiós a esta artista de talla internacional.

El sepulcro de Graciana Silva está al lado de las tumbas de sus padres, como fue su voluntad.

Al son de Señora, señora, la famosa artista de Los Portales del puerto de Veracruz fue despedida. Sus amigos tocaron sus sones predilectos. No hubo funcionarios del gobierno ni representantes de medios de comunicación.