Viernes 26 de julio de 2013, p. 8
Alrededor de 20 por ciento de la población puede experimentar la formación de un nódulo tiroideo
y la cirugía para remover la tumoración
es de mediano riesgo, debido a que hay que intubar y que por la zona pasan vasos sanguíneos importantes que irrigan el cerebro y nervio que regulan la voz, pero en manos expertas no hay mayor problema
, aseguró el endocrinólogo Jorge Yamamoto Cuevas, integrante de la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología, al ser consultado por la cirugía a que será sometido el presidente Enrique Peña Nieto.
En entrevista con La Jornada, el egresado del Hospital General de México detalló que existen tres tipos de nódulos: el hiperfuncional, es decir, en una parte de la glándula tiroides se forma un pequeño tumorcito que produce hormona de manera autónoma y genera hipertiroidismo
; el otro es un nódulo hipofuncional y el tercer tipo es un tumor maligno
.
Explicó que un nódulo se extirpa cuando los análisis no son contundentes y por lo tanto la biopsia o el estudio de imagenología no proporcionaron un diagnóstico definitivo
o no es contundente lo que arrojen, respecto a si la tumoración
es benigna o maligna. Entonces hay que operar para averiguarlo
.
Apuntó que otro criterio para efectuar la cirugía es que sea un nódulo cuyo crecimiento esté comprimiendo nervios, vías respiratorias o digestivas y por lo tanto a medida que crezca es más perjudicial
.
Yamamoto indicó que una operación para retirar un nódulo tiroideo puede durar aproximadamente una hora y que cuando no se sabe si la estructura es o no cancerígena, durante la misma intervención el nódulo extirpado se envía a análisis en patología. Cuando se tiene el diagnóstico el cirujano determina si es suficiente con haber quitado el nódulo o bien extirpa media tiroides o toda la glándula si sale alto riesgo de malignidad”.