Madrid, 25 de julio.

Al menos 80 muertos y 178 heridos es el más reciente balance emitido por las autoridades de Galicia como consecuencia del accidente ferroviario del miércoles, a sólo dos kilómetros de Santiago de Compostela. El gobierno local decretó siete días de duelo, mientras Mariano Rajoy declaró tres a nivel nacional por las víctimas.

Alrededor de las nueve de la noche, un tren Alvia que circulaba a 190 kilómetros por hora, más del doble de la velocidad permitida en la zona del siniestro, se descarriló en una curva poco antes de llegar a la estación de Santiago de Compostela. Para las autoridades el exceso de velocidad parece la principal causa del trágico percance.

Aunado a la hipótesis del exceso de velocidad y el hecho de que el tren tomó una curva cerrada, definida como difícil por los técnicos unos meses antes, también se fallaron los sistemas de autofrenado que suelen tener las vías de alta velocidad en los tramos con riesgo de descarrilamiento.

Las autoridades españolas le tomaron declaración al maquinista que sobrevivió al impacto. Se trata de un conductor con 13 años de experiencia y 30 de laborar en la empresa Renfe. Además, analizan la caja negra del tren y los videos que existen sobre el suceso, uno de los cuales fue filtrado a la prensa.

Algunos medios han identificado al maquinista como Francisco José Garzón Amo, de 52 años. Entre otros datos que circulan sobre los dos conductores, ambos ilesos, destaca una fotografía en la cuenta de Facebook de uno de ellos, en la que muestra orgulloso el velocímetro del tren a 200 kilómetros por hora y bromeando sobre una posible multa por exceso de velocidad.

El gobierno gallego, presidido por el conservador Alberto Núñez Feijoo, informó al mediodía que la cifra de los muertos se había incrementado a lo largo del día hasta 80, mientras que el número de heridos es de 178. Por lo que se convirtió en el peor accidente ferroviario en las últimas cuatro décadas en España y uno de los más graves de Europa.

Existe el temor de que la cifra de víctimas mortales aumente, debido a que hay varios heridos en estado crítico y otros en estado de coma irreversible. Entre los heridos graves hay 32 adultos y cuatro niños. Las autoridades han identificado, hasta ahora, a 67 de las 80 víctimas mortales, entre las que estaba la estudiante mexicana e hija de un funcionario de Veracruz, Yolanda Delfín Ortega, de 22 años.

El tren, con 13 vagones que iba repleto de pasajeros en viaje para celebrar el día de la patria gallega o del apóstol Santiago, se partió en dos y al menos cuatro de los vagones de la parte central quedaron destrozados, el último resultó totalmente calcinado. Viajaban más de 200 pasajeros, a los que hay que sumar la tripulación de 35 personas.

El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, acudió este jueves al lugar del siniestro en Santiago de Compostela, de donde es oriundo, para expresar el pésame y solidaridad del gobierno y su pueblo ante las víctimas y sus familiares. Dijo que este era el día del apóstol más triste de mi vida, un día difícil que permanecerá mucho tiempo en nuestras memorias.

Rajoy fue muy criticado en redes sociales y algunos medios de comunicación por su mensaje de pésame hecho público por la presidencia del gobierno, que se limitó a cortar y pegar un mensaje que había escrito con antelación con motivo del terremoto de Gasne, en China, un detalle que no quitaron del mensaje que dedicaron a los familiares de los muertos en el tren de Galicia.

El rey Juan Carlos y el príncipe Felipe, heredero de la corona española, suspendieron sus actividades en señal de duelo y expresaron su apoyo y solidaridad a las familias de las víctimas. Por la tarde, el rey y la reina Sofía visitaron Santiago de Compostela, donde cientos de personas efectuaron una misa en honor de Santiago Apóstol y las personas que murieron.

Numerosos gobiernos de Europa y América Latina emitieron mensajes de condolencia tras el accidente. El presidente estadunidense, Barack Obama, dijo estar muy conmocionado y entristecido por el trágico accidente, en el que también murió al menos un estadunidense.