Dicen que los viajes ilustran. Pero para algunos conforman el imaginario de la conciencia.

Es el caso de Ernesto Che Guevara, quien se definía a sí mismo como: “Socialudo y viajero”. Los viajes fueron esenciales en la vida de este entrañable personaje.

Esto lo tiene muy claro el realizador Jorge Denti –quien ha producido unas 150 películas para cine y televisión–, autor de La huella del doctor Ernesto Guevara, documental que el próximo viernes 2 de agosto se estrenará en Cineteca Nacional y las tres sedes de Cinemanía: Plaza Loreto, LaCasadelCine.Mx y Parque Huayamilpas; a partir del 4 de septiembre, en el Centro Cultural Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México, así como en otros cines más.

De Guatemala a México

La cinta se basa en los periplos realizados por el joven médico Ernesto Guevara entre 1952 hasta 1956 junto a su inseparable ladero Alberto Granado (a quien está dedicado este documental) y Calica Ferrer, otro de sus inseparables compañeros de aventuras por Latinoamérica, por la cual viajaron durante varios años antes de que se gestaran sus ideas revolucionarias, primero en Guatemala y luego al conocer a Fidel Castro, a quien se unió en México, antes de ser efigie de la Revolución cubana.

La película representa el alma de ese extraordinario viajero audaz, investigador, fervoroso lector, amante de la poesía, humano, que comenzaba a vislumbrar la idea de una revolución que brindara igualdad a los pueblos latinomericanos, infectados por las dictaduras.

El largometraje se apoya en los diarios íntimos del Che, la correspondencia que mantuvo con su familia y amigos, y en los testimonios de quienes lo acompañaron y conocieron en ese recorrido. A través de la reconstrucción del itinerario, Jorge Denti muestra el aprendizaje y la transformación de uno de los hombres más importantes de nuestra historia contemporánea.

Exhibe enriquecedores testimonios que dan cuenta de un retrato a primera mano de aquel joven médico, los alterna con material de archivo y fotos, e introduce fragmentos de ficción.

Muestra la intención del Che en su trabajo sobre las alergias, además de la aguda observación que tenía sobre los modos de vida en los pueblos de la región.

Guevara, joven galeno que había aprendido en las aulas de la universidad los secretos y curas del cuerpo humano, se enfrenta a heridas nunca cicatrizadas, como los dolores de los pueblos jamás consolados.

Si en la Guatemala de Jacobo Arbenz no logró en 1954 consolidar su revolución en la que el joven Che había participado con todo entusiasmo, es en México donde trabaja como fotógrafo en las calles de la ciudad, velador en una editorial, así como en el Hospital General, en el que ejerce su profesión y realiza investigaciones sobre las alergias y la alimentación.

Es en este país donde se casa, tiene a su primera hija (Hilda) y donde un día, en la colonia Tabacalera, conoce a los hermanos Raúl y Fidel Castro, con quienes se suma como médico a ese grupo de expedicionarios del Movimieno 26 de Julio, que parte desde Tuxpan en el yate Granma para liberar a Cuba de la dictadura de Fulgencio Batista.

La producción de la cinta es de Jorge Denti y Hugo Rodríguez. La fotografía de Gerónimo Denti Generali, la edición de Juan Manuel Chávez; el sonido es de Tomás Bauer, y la música de Alberto Núñez y Federico Bonasso.

Las productoras son TVAL y el Instituto Mexicano de Cinematografía, con la participación de Agua Dulce Films (Perú), Entera Postproducción, Ediciones Pentagrama, Estudio Yubarta, Bias Post (México), entre otros. Participan en los fragmentos de ficción: Licia Tizziani, Valeria García Ferreiro y Emmanuel Lover.