El árbitro Arturo Yamasaki, de origen peruano y naturalizado mexicano, quien participó en tres Copas del Mundo, falleció ayer a los 84 años de edad.

Yamasaki brilló en sus intervenciones en los Juegos Olímpicos de 1968 y 1972, así como en los Mundiales de Chile 1962, Inglaterra 1966 y México 1970. En este último dirigió la semifinal entre Alemania e Italia, conocida como el juego del siglo.

La Federación Mexicana de Futbol (FMF), en una misiva, recordó: Joseph Blatter, presidente de la FIFA, en alguna ocasión habló de él, refiriéndose así: Yamasaki es un hombre de toda entrega, persona de vasta experiencia como árbitro internacional y referente en la historia del arbitraje mundial.

Puntualizó además que en su momento, don Arturo fue considerado uno de los mejores árbitros del mundo y la FIFA lo reconoció con la insignia Special Award por su labor como instructor. Igualmente, la Concacaf lo galardonó, induciéndolo al Salón de la Fama.

Nacido en Perú el 11 de mayo de 1929, Yamasaki trabajó desde los años 60 del siglo pasado en México.

Su debut en el campeonato nacional lo hizo en 1968. La última vez que pitó fue en 1975, en un partido entre Toluca y Unión de Curtidores.

Don Arturo se retiró en 1975 y comenzó su andar en la enseñanza de las reglas que tanto amó y comprendió; Yamasaki fue desde entonces instructor de silbantes, fue presidente de la Comisión de Árbitros y asesor de la FMF, resaltó la institución en su misiva.

Al lamentar su muerte, la federación lo calificó de un excelente ser humano, entrañable amigo del arbitraje y del futbol mexicano.

Por su parte, el ex silbante Armando Archundia expresó su pesar por el fallecimiento de Yamasaki. Es una dolorosa partida de mi estimado profesor, uno de los grandes árbitros que tuvo México y el más grande instructor que tuve en mi carrera, dijo.

Comentó que desafortunadamente sufrimos esta irreparable pérdida; siempre lo admiré, respeté y me enseñó muchas cosas.

El también árbitro mundialista dijo que Yamasaki sin duda dejó escuela. (Aunque) desafortunadamente no se supo aprovechar en los últimos tiempos por gente que se siente con demasiada capacidad.