Opinión
Ver día anteriorSábado 20 de julio de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Domo arigato, Mr. Roboto
S

i alguien tenía que hacer una película sobre robots gigantes peleando contra monstruos, más vale que fuera Guillermo del Toro (y no algún mamarracho a destajo como Michael Bay). Titanes del Pacífico es básicamente eso. Pero tal es el entusiasmo del cineasta por los géneros japoneses del anime y tokusatsu, que esa energía ha contagiado al proyecto, por muy convencional que resulte (sin duda, se trata de la película más convencional de Del Toro, a la fecha).

Así, se plantea que en un futuro cercano enormes monstruos (kaiju en japonés) empiezan a emerger de un abismo en el fondo del Pacífico. Tras muchos esfuerzos por combatirlos –incluyendo un inútil muro –como el de Israel en Guerra Mundial Z– se recurre a sofisticados robots llamados jaegers (cazador, en alemán), pilotados por dos individuos que logren conectar un enlace neuronal, para poder controlar cada mitad de la máquina. Considerados obsoletos por los líderes del mundo, le toca al mariscal Stacker Pentecost (Idris Elba) demostrar su eficacia para acabar con la amenaza. Para eso cuenta con un personal variopinto, de nacionalidades surtidas, en el cual la pareja más disímbola es formada por el gringo Raleigh (el británico Charlie Hunnam) y la japonesa Mako Mori (Rinko Kikuchi), ambos seriamente traumados por eventos del pasado.

Una vez establecida esa simple premisa, Titanes del Pacífico procede a escenificar los madrazos entre kaiju y jaeger con el virtuosismo técnico habitual en el realizador. Experto en dirigir secuencias de acción, Del Toro representa los combates con toda su furia épica, dejando poco campo para el detalle humorístico (según ocurría en Hellboy, de 2004). Los monstruos en sí son como los primos cabrones de Godzilla, todos de aspecto reptiloide, con raras crestas que sirven de armas y múltiples ojos. Es difícil diferenciarlos en la acción fundamentalmente nocturna, salvo en el caso de un kaiju que, con alas y todo, parece inspirado en el demonio del episodio de Noche en la árida montaña (Fantasía, 1940). Eso sí, a diferencia de los monstruos de Hellboy, estos sí son creaciones digitales.

Mayor problema representan los personajes humanos, pues el guión de Travis Beacham y el propio Del Toro se conforma con cumplir los clichés del heroísmo Salvo la japonesa Kikuchi, los demás combatientes son poco memorables. Hunnam da la impresión de ser intercambiable por cualquier otro güero similar (¿Channing Tatum? ¿Chris Evans?), mientras Elba se concreta a gritar órdenes e inanes arengas (¡Hoy cancelamos el Apocalipsis!). No podía faltar la aparición de un par de científicos tecnonerds, Newton (Charlie Day) y Gottlieb (Burn Gorman), cuyos excéntricos manierismos son más irritantes que graciosos. La breve presencia de Ron Perlman, el actor fetiche del director, como traficante de órganos kaiju, es apenas un guiño de ojo.

Siendo la película un destructivo round robin, escenificado sobre todo en el mar, aunque hay instancias en que se aprovecha para pulverizar ciudades, Del Toro tampoco encuentra oportunidad para ejercer su aliento poético. Si acaso se salva una escena, la de un anciano y su nieto en una playa, bajo la nieve, y atestiguando la llegada lastimosa de un jaeger deshecho. (Por cierto, las escenas urbanas bajo la lluvia denotan la inescapable influencia de Blade Runner.)

Sin embargo, para los fanboys, aquellos cultistas entusiastas del género, Titanes del Pacífico debe significar la respuesta a sus plegarias. Guillermo del Toro se ha conectado con su niñote interno y ha escenificado la más vigorosa pelea entre juguetes jamás vista.

Titanes del Pacífico

(Pacific Rim)

D: Guillermo del Toro/ G: Travis Beacham, Guillermo del Toro, basado en un argumento de Beacham/ F. en C: Guillermo Navarro/ M: Ramin Djawadi/ Ed: Peter Amundson, John Gilroy/ Con: Charlie Hunnam, Idris Elba, Rinko Kikuchi, Charlie Day, Burn Gorman/ P: Warner Bros., Legendary Pictures. EU, 2013.

[email protected]

Twitter: @walyder