Se trata de apertura, no privatización, explica Madero; bajaría la gasolina, plantea
Se concesionaría a empresas nacionales o extranjeras exploración, producción, refinación y más
Viernes 19 de julio de 2013, p. 7
El Partido Acción Nacional (PAN) propone modificar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución para concesionar a empresas privadas –nacionales o extranjeras– la exploración, explotación, producción, transportación y refinación de hidrocarburos, así como la industria de la petroquímica básica.
Gustavo Madero, dirigente nacional del partido blanquiazul, argumentó ayer que no venderán ‘‘un tornillo de Pemex, ni una refinería ni un pozo’’, los cuales seguirán siendo de los mexicanos, pero la paraestatal competirá con empresas privadas o asociaciones público-privadas en actividades cerradas hasta ahora para ellas.
Sin tener lista la redacción de la iniciativa –será enviada al Congreso de la Unión el 31 de julio–, señaló que la renta petrolera será de los mexicanos y se privilegiará el capital nacional sobre el extranjero en un porcentaje superior a 50 por ciento, sin determinar aún cuánto.
Con ello, el PAN se adelantó al presidente Enrique Peña Nieto –quien ha deslizado propuestas similares– y a otros partidos políticos en empujar cambios.
Previó que Andrés Manuel López Obrador, ex candidato presidencial de las izquierdas y opositor a la privatización de Pemex, no podrá oponerse a estos cambios, porque implican ‘‘apertura, no privatización’’. Además, se traducirían en la disminución de los precios de la gasolina y de la electricidad, ya que en este punto se permitiría también la participación privada.
Para ello plantearon crear dos instancias autónomas: la comisión nacional de hidrocarburos, responsable del otorgamiento de las concesiones y, por otro lado, el fondo mexicano del petróleo, como responsable de la administración de la renta petrolera, con la condición de que nunca más podrá usarse la renta petrolera para financiar el gasto corriente.
Promueven gasolineras que no sean de la paraestatal
En la conferencia de prensa, a la que acudió una decena de panistas, Jorge Luis Preciado, coordinador de los senadores, explicó que la idea del blanquiazul consiste en abaratar el precio de la gasolina. ‘‘Ahora no habrá una sola gasolinera que se llame Pemex. Un ciudadano común ya va a poder ir a una gasolinera que se llame A, B, C o D, donde le den el precio más barato’’.
Aunque PRI y PAN pueden aprobar juntos la reforma, Madero anunció que buscarán negociarla con el PRD para alcanzar una ‘‘intermedia, ojalá lo más audaz posible’’, pero no ‘‘conservadora’’ como la perredista.
‘‘La aritmética es una sola y las sumas sí alcanzan. No es el propósito ir en contra de la participación de los aliados en el pacto, como es el PRD’’. Rechazó que el grado de apertura del sector energético vaya a ser un factor de rompimiento del Pacto por México, sino de construcción de mayorías. Y consideró que en esta discusión hay prejuicios más que posiciones ideológicas.
Luis Alberto Villarreal, coordinador de los diputados panistas, declaró que su partido no es mezquino, al considerar los costos políticos como ‘‘sinónimo de vanidad’’. A diferencia del gobierno federal, el cual –dijo– se quedó en el diagnóstico, el legislador catalogó la reforma panista como nacionalista, ambiciosa y no cosmética.
Mientras hay quienes viven políticamente de portar el ‘‘no’’ como bandera, de sembrar la duda y el miedo, señaló que los panistas dicen sí a quitar lastres a Pemex, a promover la transparencia, así como acotar la corrupción y los excesos.
Al adelantar algunos detalles de su propuesta, el diputado Ricardo Anaya aseguró que se traducirá en inversiones adicionales de 20 a 30 mil millones de dólares cada año y en la generación de 100 mil empleos.