“El monólogo teatral Agonía y éxtasis de Steve Jobs utiliza a este personaje como mero pretexto. El es el ícono de la tecnología, pero en China es donde realmente se hace todo: refrigeradores, celulares y computadoras, por ejemplo, pero nadie habla de la explotación laboral e infantil que hay en torno del auge de la computación”, expresó en entrevista el actor Alfonso Dosal, quien, dice, desarrolla el papel más exigente de su carrera.

Hoy será el estreno de este monólogo en el teatro del hotel NH Zona Rosa. Previo al momento de inicio de la temporada, Dosal añadió: “La expectativa de la función de este martes es mucha, porque es el estreno para la prensa, ante los amigos, los familiares. Es una responsbilidad, por hablar de Steve Jobs, por trabajar para Ocesa, con César Riveros, etcétera. Tener todo eso encima me prende.

“Quiero contar esta historia para que la gente se lleve esta información. Debo dejar claro que no interpreto a Steve Jobs, sino que juego con él. Sí lo saco a veces como personaje, pero hago el papel de fanático adicto a las Apple que termina yéndose a China a hacer una investigación. Hace unas entrevistas a los obreros chinos y cambia su forma de ver a Apple. Si bien no juzga, sí le baja un poquito al fervor, porque se da cuenta de que la situación es muy dura.

En el centro temático se halla Jobs, una de las figuras más polémicas de finales del siglo XX. Murió el 5 de octubre de 2011, con apenas 56 años de edad, y ese mismo día nació su leyenda.

Así, llega al teatro la vida, la obra y el mundo de este hombre polémico. El texto fue escrito por Michael Daisey y la dirección escénica es de Claudia Romero. La producción es de la División Teatro de Ocesa, Morris Gilbert y Federico González Compeán.

La historia se desarrolla en un espacio que emula las presentaciones de los productos Apple; un actor-conductor hablará –en historias paralelas– del carrusel que fue la vida de Jobs, el genio-villano a quien se deben los avances tecnológicos que hoy tenemos en nuestras manos: los dispositivos electrónicos que conectan con el mundo; también hará un recorrido sui generis por ciudades de China, cuya actividad económica está en manos de las grandes empresas de la electrónica.

El texto en ningún momento santifica o sataniza nuestra relación con estos dispositivos, sólo da datos duros, cuenta anécdotas, informa de cifras, para finalmente preguntar al público y ponerlo frente a frente con dichas herramientas, muchas veces producto del abuso, corrupción y la ceguera, no sólo de las grandes trasnacionales y los gobiernos, sino de todos.

Las anécdotas que se relatan cobrarán vida en presente, gracias a pantallas y efectos que buscan recrear una realidad a través de video/fonía (video y sonido unidos) para introducir al público a una realidad que en esos momentos sucede y se narra.

La obra se mueve entre la comedia y el melodrama. El autor, Michael Daisey, es un monologuista estadunidense conocido por su trabajo como autor y actor de sus textos.

Un mundo desconocido

Dosal agregó que esta pieza reforzó su idea de Internet, de la cual no ha sido muy aficionado. “Tengo una computadora que no he conectado en dos años. Tengo un iPhone y me basta. La obra me dio un espectro más amplio y me hizo preguntarme qué onda con la tecnología.

“Steve Jobs fue un genio que juntó genios, pero quien desarrollaba los proyectos y hacía las cosas era su equipo creativo. Conocer eso es muy padre, porque me empapé de un mundo que desconocía. Como actor, este es el privilegio: conocer más allá. Sin embargo, hago más conciencia al saber que todo es hecho a mano, la mayoría en la misma fábrica.

Sí, ha cambiado un poco la forma en que me relaciono con esos aparatos. No me hacen sentir mejor, simplemente cumplen con su misión, pero para que los tengamos, muchos niños chinos se suicidan. El de la sangre es un precio muy alto y no lo vale.

Sobre el uso extendido de los teléfonos celulares en México, dijo: “Los procesos mentales están cambiando, los chavos ya no deducen, ya no saben usar la lógica, van a Google y ahí lo resuelven. ¿Cuál va a ser su límite? Su cabeza. Porque van a ser muy buenos para investigar en Internet, con sus pros y contras. Hay que cuestionar la inmediatez y derrumar a ídolos, como Steve Jobs. A los grandes ídolos de la humanidad hay que criticarlos, porque sólo así vamos a desarrollar nuestra cabeza.

“Lo maravilloso es que los chavos se pueden comunicar. Tienen que saber que esos aparatos los hicieron niños de su edad, o un adolescente, que no tienen las oportunidades que ellos tienen. Eso es injusto, y a nadie le importa ni hace algo. Si no hay procesos mentales, no sé a dónde vamos a llegar. Me es difícil juzgar y digo que no le crean nada a nadie.

El gobierno mexicano acaba de sacar su reforma en telecomunicaciones, donde Internet y la tecnología son un derecho humano, pero ¿dónde está el derecho humano de los chinos?

Con seguridad afirmó que este monólogo le exige toda su capacidad como actor. “El monólogo implica contar una historia y tener al público pegado durante una hora y media, sin que se les haga pesado. Si ocurre esto será porque la historia les duele.

Esta obra desmitifica. Un ídolo es en sí un mito y hay que humanizarlo, porque Steve Jobs era un güey igual que todos, solamente que él se creía el elegido y, bueno, consumía drogas, mariguana, LSD y defendía que éste le había cambiado su forma de pensar; se tapó los ojos ante la explotación infantil. Desmitificar a este personaje y decir que todos somos villanos y tiranos y genios es importante; no se trata de juzgar a Steve Jobs, al contrario, lo usamos nada más como pretexto, porque hablamos de otra sempresas además de Apple.

Trayectoria

Alfonso Dosal es un joven actor que avanza con paso firme en su carrera, la cual arrancó hace poco más de un lustro con pequeños trabajos televisivos. En teatro ha actuado en la obra El knack; luego, desarrolló el personaje de Ken en la obra Rojo, al lado de Víctor Trujillo. Recientemente terminó su temporada en la obra infantil El viaje de Tina. Actualmente forma parte de la serie televisiva Cásate conmigo.

El Hotel NH se encuentra en Liverpool 155.