En foro auspiciado por La Jornada, presentan su libro Terrorismo mediático
Jueves 11 de julio de 2013, p. 4
La forma en la que opera el terrorismo mediático en México es el eje del nuevo libro del ensayista Carlos Fazio, pues señala que son los jóvenes los que tienen la posibilidad de hacer frente a la alianza entre el poder y los medios de comunicación. También la sociedad, los mexicanos, hombres y mujeres
, tienen la posibilidad de transformar la realidad si se informan y organizan, dice a La Jornada.
El libro Terrorismo mediático: la construcción social del miedo en México (Debate) será presentado hoy a las 19 horas, en Casa Lamm, dentro del Foro La Jornada. Analiza el uso histórico de la información con fines de propaganda y cómo se empleó en el siglo XX en varios conflictos, desde las guerras mundiales hasta Vietnam e Irak y el papel que jugaron medios de comunicación como CNN o The New York Times.
Información controlada
La revisión que hace el articulista de La Jornada en su libro en cuanto a lo que ocurre en México comienza en 1999 con dos sucesos: la huelga en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el caso Paco Stanley. En los dos casos se da una campaña mediática. Estamos en 1999, año previo a las elecciones de 2000 con Cuauhtémoc Cárdenas como candidato a la Presidencia y a partir de esos dos casos hay una campaña de desestabilización. La parábola termina pasando por 2006, toda la guerra sucia mediática de ese año y culmina con la imposición de Peña Nieto y la República de Televisa. Hay como un círculo, digamos, que revela justamente el poder de los medios
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–¿Las redes sociales sirven como contrapeso?
–Las redes sociales tienen una función, pero no creo que sea la democratización de la información, es decir, como sabíamos desde antes, desde que se inventó la computadora, y desde que aparecieron las redes, son inventos del Pentágono, de la NASA. Toda esa información está controlada.
“Lo que vemos es una emergencia sobre todo de jóvenes que a través de un celular, de la computadora, establecen una red de redes, como lo que ocurre en Egipto, en Siria o en México. El movimiento #YoSoy132, justamente, fue una experiencia muy rica y los muchachos de la Ibero y de los jóvenes que se sumaron al movimiento, en tres o cuatro días a partir de la ida de Peña a esa universidad pudieron identificar que Peña era un instrumento de los grandes grupos de poder, que había sido creado por Televisa y por eso los chavos pidieron la democratización de los medios bajo control monopólico y dijeron: Peña no es el nuevo PRI es el viejo PRI y realizaron grandes manifestaciones.
Eso está en pañales, pero hay que apostar a que los jóvenes utilicen todas las herramientas a su alcance, no sólo para conocer cómo funciona el sistema en nuestra sociedad, sino que si concluyen que esta sociedad no funciona así, lo lógico es que quieran cambiarla
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Hay resistencia
Frente al terrorismo mediático se encuentra la información que permite crear conciencia política, pero ésta sola no sirve si no se organizan y una organización no nos sirve para nada si no actúa para transformar la sociedad
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Sí, la apuesta son los jóvenes, que por la vía pacífica, si se puede, desmonten a través de los medios que tienen cómo funciona realmente el sistema y se organicen para cambiarlo
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Y esto se aplica no sólo para los jóvenes, también para las personas comunes, de las escuelas, de las fábricas, añade Carlos Fazio, catedrático de la UNAM y de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. La gente en general, necesita informarse y organizarse. Debe informarse de manera colectiva, construyendo a nivel barrial, de la cuadra, del centro de trabajo, esa es una tarea política. Sí, es tarea de los partidos políticos, pero entonces nos encontramos que hay una crisis de éstos
a la que se suma el tema de la corrupción.
Lo que digo suena muy fácil: hay que informarse, organizarse y transformar. La construcción de eso lleva tiempo. Sin embargo, en México hay muchos Méxicos y muchos bolsones de resistencia donde hay gente que se organiza en defensa de sus territorios, contra las represas, la explotación minera a campo abierto, el caso de los maestros contra la contrarreforma educativa. Hay resistencia
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Falta articular esas distintas formas de resistir y pasar a una ofensiva contra estas políticas de los de arriba, agrega Fazio. Y “esto pasaría por articular un grupo de personalidades que pudiera sacudir sus rivalidades, los moños que cada quien se pone, y estuvieran de acuerdo en impulsar un proyecto alternativo de país que no dependa de un individuo.
“El papel de los medios es clave, pero de medios de un proyecto colectivo alternativo al hegemónico. Medios como La Jornada y otros que son minoritarios nos dan otros elementos, dan a la gente elementos que sirven para la reflexión y como instrumentos si se organizan para transformar la realidad”.