Gaza, 3 de julio.

Una película de animación en 3D recientemente producida en Gaza sobre una huérfana en busca de su espantapájaros confiscado por el ejército israelí intenta mostrar, según sus realizadores, una simple foto del sufrimiento de los palestinos.

El espantapájaros, primera película comercial de animación en 3D palestina, según sus autores, narra en 40 minutos la odisea de Rima, de 9 años, apegada al espantapájaros que le dejaron sus padres, fallecidos en un accidente de tránsito, que simboliza a los fieles guardianes de la tierra.

El drama se desata cuando un soldado israelí elimina el espantapájaros del campo de la familia en un pueblo cerca de la frontera con Israel. La niña empieza con sus compañeros de clase la búsqueda para encontrarlo, lo cual despierta muchos recuerdos, evocando los sufrimientos de los refugiados palestinos, según el director Jalil al Mazen.

El mundo está acostumbrado a ver a los niños de Palestina en medio de la muerte, la destrucción y la guerra, pero esta película se centra en sus sueños y se apoya en la imagen y las reacciones, dice.

Queremos mostrar al mundo el sufrimiento de los palestinos, especialmente de los niños, en una dimensión humana y creativa, insiste este licenciado en dirección de cine de la Academia de San Petersburgo (Rusia), productor de varias películas.

El equipo, compuesto por 12 artistas y diseñadores, recibió una formación de nueve meses para la producción y realización, con el apoyo financiero del Banco Mundial por unos 147 mil dólares, de los cuales 40 mil fueron para la producción.

Usaid Madhi, de 23 años, quien creó algunos de los personajes y dirigió la iluminación del filme, dijo querer trasmitir la brutalidad de la ocupación, que no perdona a los niños.

Zainab Bakri, que diseñó el escenario, y su colega Aya Abu Hamra, diseñadora de los personajes, coinciden en que “la imaginación es una maravillosa manera de transmitir el mensaje. Es última tiene la esperanza de que la cinta llegue algún día a Hollywood.

Trabajamos para difundir la película, dijo Nur al Jodari, directora de la Fundación Zeitun. Pero aún queda mucho por hacer. A falta de salas de cine en Gaza –destruidas por las facciones islamistas radicales– la animación no pudo ser exhibida.