Nutrir el alma del maestro artesano es una acción directa de los concursos a los que convocan el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart) y Fomento Cultural Banamex (FCB), que este año contarán con un estímulo de 4 millones 164 mil pesos y de los que resultarán premiados 151 artistas populares.

Se trata de la edición 38 del Gran Premio Nacional de Arte Popular, para 36 categorías, dentro de 18 ramas artesanales, con una bolsa total de 2 millones 538 mil pesos; las décimas ediciones del certamen Nacimientos Mexicanos, con 61 premios, cuya bolsa es de un millón 168 mil pesos, y de Grandes Obras Maestras del Arte Popular Leyendas vivientes, con 13 premios y un monto de 458 mil pesos. La convocatoria se lanzó el pasado lunes.

Para Cándida Fernández, directora de FCB, la relevancia de los concursos es que logran incentivar la creación artesanal, la conservación de técnicas ancestrales, la difusión de su conocimiento, así como la incorporación de nuevos saberes tanto de técnicas como de diseños, y la formación de nuevas generaciones que garantizan que los conocimientos ancestrales no se pierdan.

Además de las aportaciones pecuniarias para los premios, FCB compra piezas ganadoras y no ganadoras, que en 2012 superó un millón de pesos, señaló Liliana Romero, titular del Fonart.

Fernández apuntó que de la nómina de premiados cada año, muchos de ellos ya forman parte del grupo con que solemos trabajar anualmente, alrededor de 300 en todo el país, por medio de distintas acciones, algunas directas en sus talleres, la participación en ferias, la publicación de sus piezas y su incorporación a nuestras colecciones. También tratamos de apoyar la comercialización con un porcentaje mínimo de incremento de costo del artesano, para que sus piezas lleguen con facilidad al público.

En el Fonart los artesanos son proveedores de nuestras tiendas, acotó Romero, quien dijo que en este momento la institución tiene un proyecto para trabajar con universidades; ya suscribieron convenios con cinco: “Queremos trabajar proyectos integrales, productivos, que arrancan con la capacitación. En la elaboración del proyecto ejecutivo deseamos que participe el antropólogo, el administrador de empresas, el diseñador, el mercadólogo, para que podamos llevar esta capacitación a los grupos artesanales que así lo requieran.

“Solicitamos a las universidades –prosiguió la titular del Fonart– que al menos un módulo lo den nuestros maestros artesanos, ya que ellos conocen toda la dificultad que enfrenta el sector y además han tenido muchos discípulos, conocen cómo transmitir la enseñanza, conocen, aunque de modo empírico, muy bien al mercado. Es una forma de trabajar con los maestros artesanos porque a veces las habilidades físicas se pierden con la edad”.

Respecto del programa con las universidades, Romero señaló: Necesitamos maestros con compromiso social, porque de pronto las universidades tienen académicos de altísimo renombre, pero están en un nivel conceptual diferente al de las comunidades y no logran transmitir su conocimiento y esta visión de lo nuestro. Las técnicas ancestrales podrían estar en riesgo. No se trata de llegar y sustituir, sino de que juntos se pueda saber cuál es la demanda del mercado.