Fue de las Madres de la Plaza de Mayo-Línea Fundadora
Miércoles 3 de julio de 2013, p. 19
La Casa Refugio Citlaltépetl se convirtió en un territorio de recuerdos de las huelgas de hambre, de las manifestaciones, de los encuentros con familiares y amigos, de la lucha por la vida y la justicia con los que se volvió a dar vida, simbólicamente, al corazón, formado con pétalos de rosa y rodeado con pequeñas veladoras, a Laura Bonaparte, de las Madres de la Plaza de Mayo-Línea Fundadora.
La noche del lunes, el pequeño espacio en la colonia Hipódromo Condesa se convirtió en un refugio para algo más de un centenar de personas, entre ellas la escritora Elena Poniatowska, el poeta Juan Gelman, Rosario Ibarra de Piedra (fundadora del Comité Eureka), Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe, quienes fueron recibidas con sonrisas, vino y mezcal por Natalia y Malena Bruchstein, nietas de Laura Bonaparte, y su nuera Shula Eremberg.
La abuela tenía una vitalidad impresionante; era una fiesta constante
, la describió Natalia, quien presentó parte del documental que realizó en homenaje a la luchadora argentina. No queríamos una cosa solemne ni triste sino que todos expresaran lo que Laura les dejó, que mi abuela sea recordada con alegría
, dijo. Adelantó que con la fiesta de despedida
de la noche del lunes cerrará su filmación sobre la defensora del derecho a la mujer, la vida, la justicia.
Todos los presentes alzaron sus copas de vino o mezcal para brindar por quien luchó incansablemente por la memoria, por los derechos humanos, por la militante de toda la vida y que contribuyó a lograr que en Argentina se comenzara a transitar por el camino de memoria, verdad y justicia, expresó Patricia Vaca Narvaja, embajadora de dicho país en México.
Una pañoleta, ícono de las Madres de la Plaza de Mayo, se llenó de firmas, otros escribieron sus anécdotas y recuerdos en pequeños papeles, que los familiares de Laura Bonaparte llevarán a Argentina. Salud Laura, nuestra Laura
, asentó la escritora Fernanda Navarro en el breve texto que inició con: “Quienes tuvimos la fortuna de tenerte cerca, de conocer toda la luminosidad y belleza de todo tu ser, las que incluso antes de conocer tu historia, tu lucha, tu fuerza, tu capacidad de amor reflejadas en tus ojos, algo nos decía que tú perteneces a esa estirpe que nunca se va (…) simplemente porque las necesitamos para seguir adelante en nuestro diario caminar”.
La gran fotografía de Laura Bonaparte sonriendo y sus palabras: “No deben quedar dudas en la justicia, que la apropiación ilegal de las vidas y de los cuerpos de las personas es un crimen sin nombre. Esto es lo desaparecido. El nombre de tamaña crueldad. Me niego a llamar a mis hijas e hijo, nuera y yernos y al padre de mis hijos, como la nominación de los genocidas, ‘desaparecidos’”, se recogieron, junto con el corazón de pétalos de rosa, bajo los acordes de las jaranas y guitarras del grupo musical Operación Jarocha.