Soy de Tamaulipas, tierra de muy buenos compositores, como Cuco Sánchez, Jaime López y Rigo Tovar. Algo tiene... quizá la frontera, tal vez el mar, expresó en entrevista el músico Lazcano Malo, quien se presentará este sábado 29 de junio en el Lunario del Auditorio Nacional, con motivo de sus 15 años de trayectoria, de noches, bohemia, romanticismo, de viajes y, por ahora, de estabilidad emocional que, dijo, es algo nuevo para él.

No todo ha sido miel sobre hojuelas, pero su vocación profesional le hace dar un balance positivo: “Estoy más firme que nunca y espero no darle nunca la razón a mi mamá, quien me decía que me dedicara a otra cosa, como medicina. No me arrepiento ni me voy a arrepentir, porque es lo que elegí en la vida. A lo mejor no tengo el apoyo de las grandes disqueras ni de los medios de difusión masiva, pero creo que voy logrando mi objetivo pasito a pasito.

Me he enfrentado a una falta de apoyo, pero eso también me ha ayudado a madurar. A base de fregadazos he aprendido a administrarme y no sólo a preocuparme por la cuestión creativa, de ser artista.

No lleva la cuenta del número de canciones que ha escrito, admite, aunque ha tenido periodos en los que las musas rondan su alma. En un principio hice canciones para agradarle a las chicas, pero a final de cuentas la canción me ha llevado a conocerme a mí mismo y la música es un excelente terapeuta; puede ser una manera de expresar sarcasmo. Esto último es un rasgo distintivo de Lazcano y su obra. Con la música puedes sacar todo lo que tienes escondido, los tabúes, los miedos. Toda la sicología que alguien busca está en la música y ayuda a crecer sicológicamente. Me ha ayudado a ser una mejor persona. Eso se nota en los discos.

Hacedor de canciones

Nunca, dijo, le ha gustado que lo metan en el saco de trovador, pero el término de cantautor ya lo asimila. Cuando estuve en Sony Music me decía hacedor de canciones. No es fácil ver pasar el tiempo y ser un cantautor, pues es una carrera dura a la que hay que ponerle mucho tesón, ponerte las pilas. He tocado puertas y todo cuesta, pero al final vale la pena.

Presentará su más reciente disco Mis 15Foto cortesía del artista

En su concierto en el Lunario dará a conocer su nuevo disco, titulado Mis 15, que contiene 12 de sus composiciones, que el público ha hecho suyas, y tres inéditas. Es conocido en los círculos trovadorescos por sus inspiradas piezas, como Caballito de mar y Huitzilopochtli.

Como tantos otros guitarristas, Lazcano se graduó en la escuela que significan los bares, noche tras noche, desde que pisó el escenario de El Sapo Cancionero, peña de gratos recuerdos pumas, ceceacheros y preparatorianos. Pasó veladas en Los Íntimos, de la Roma. Eso es su currículum, pero el futuro no lo arredra, aunque la situación económica es difícil y ha hecho que algunos de sus colegas duden de seguir en la batalla, guitarra al hombro.

“Por la música he ido a España, Venezuela, Colombia, Cuba y otros países. Hasta donde nos ha llevado el destino. Me sorprendo de que vivo una estabilidad inédita para mí. Estoy emocionado con la situación de pareja, y eso lo voy a expresar en este concierto, con Rayito de sol, Mi materia prima y Mon petite amour. Esta está en francés, pero no canto en ese idioma. El amor, para mí, es una complicidad; es cuando puedes hablar de todo con una persona, y convivir con ese alguien en tus mejores y en tus peores momentos. Es amistad, pasión. Es como el teatro, que quién sabe cómo es, pero es así.”

Lleva 20 años viviendo en el DF y a Tamaulipas ya no regresará, entre otras razones, porque la familia ya no está.

El concierto, bromeó, en tanto que quinceañero, será como su presentación en sociedad. Habrá una chambelana, espero.

La cita es a las 21 horas en el Lunario del Auditorio Nacional.