En México, todo el sistema legal está basado en la apropiación o no de las ideas creativas a través de la Ley Federal de Derechos de Autor (LFDA) y su Reglamento, que a partir de 1997 permitió el despojo a los autores. Afortunadamente, las sociedades de autor lograron frenar parte del despojo ideado e impulsado por los grandes grupos nacionales y trasnacionales de la comunicación, expresó el pasado martes Víctor Ugalde, director de cine, guionista, escritor e investigador, así como presidente de la Sociedad Mexicana de Directores-Realizadores de Obras Audiovisuales, en el primer día de actividades del segundo Encuentro Iberoamericano de Escritores Cinematográficos, que concluirá mañana en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El ponente participó en la mesa El marco jurídico, económico, político y cultural del oficio del escritor cinematográfico en relación con la dramaturgia y la literatura en Iberoamérica.

Limitado

Agregó: “Este sistema jurídico está limitado y apoyado y, a su vez, garantizado por convenios internacionales, como los de Berna, Roma, Viena y el Tratado de la Diversidad Cultural. Es necesaria una regulación al respecto, de entrada, para recuperar lo invertido por escritores y creadores. Invertimos muchísimo para crear y todo lo que generamos alguien se lo apropia, con o sin derecho.

Para no ser despojado en estos tiempos neoliberales, donde ya no hay o no interesan los equilibrios que permiten convivir en paz, son necesarias las leyes, leyes equitativas, y no como las de ahora, que son instrumentos que protegen del despojo.

Aconsejó a los asistentes (unos 200 inscritos) al encuentro, organizado por El Garfio AC, revisar los contratos, pues lo que está en juego es el futuro de los derechos de la obra.

Añadió que en México los investigadores de la comunicación, en un afán de democratizar las telecomunicaciones, han planteado que Televisa ha utilizado el derecho de propiedad intelectual, en tanto que empresa, y ha perjudicado a los autores. “Los despoja (de sus derechos de autor) para no permitir que se retransmitan (en tv de paga) los programas que produce. Acapara la televisión por cable. (Los creadores) estamos porque se retransmitan en todas las cadenas; la LFDA, en su artículo 25, sobre las regalías por transmisión pública, señala que se debe pagar a los creadores, que somos personas físicas, no empresas. Entonces, nos tienen que pagar. Es un derecho decir que una obra no se retransmita si no lo permito, en tanto que creador.

Cuando uno firma autoriza al productor a vender en todos los medios, y cada vez que se transmita tenemos derecho a una regalía. Nos pagan 6 mil pesos por cada vez que pasan una película. Comparen lo que eso significa respecto del cobro por el número de comerciales durante la transmisión de la obra. No obstante, esa cantidad para un creador puede ser su seguro de vejez, sin pedirle frías a nadie. Pero si una película no conectó con el público, un creador no tendrá ese dinero.

Sobre la nueva ley de telecomunicaciones, Ugalde dijo que los creadores propusieron que todos los que operen señales de televisión deben cumplir con los derechos de autor. También, si una empresa de televisión después de 50 años de tener la concesión no ha dado buen servicio, que se le retire. Es plan con maña la de las empresas, que hacen una mala transmisión para que las personas adquieran los derechos de Cablevisión o de cualquier sistema de señal. Todo mundo compra las señales de Cablevisión, Sky o Dish, no por ver ver Fox, por ejemplo, sino por ver el 2, 4, 5, 6, 7, 9 y 13, que bajo estos sistemas dan un buen servicio, una buena señal. Lo que necesitamos es un país de creadores, no de consumidores de señales extranjeras, lo que deberán considerar los senadores.

Unos cuantos pesos en muchos casos

José Luis Maldonado Morales, de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), precisó que cuando alguien va a adquirir un servicio de televisión de paga, le ofrecen 100, 150 o 500 canales, ¿pero quién va a ver 500 canales? Si pido sólo 20 responden que no se puede, que sólo en paquete. Es un tema muy complejo de regular, pues tiene que ver con los derechos de los auditorios.

Sobre lo que se paga de regalías, lamentó que en muchos casos sean unos cuantos pesos. A veces van por un cheque de 10 pesos. En un caso, alguien iba por 400 pesos y resultó que le dieron 40 mil.

Ugalde acotó que en México los salarios de los escritores de cine están, más o menos, homologados, dependiendo del tipo de fondo que haya apoyado la película. “Andan entre 2 y medio y 5 por ciento. Antes, pensar en un salario de 300 mil pesos era imposible. Hoy es algo cotidiano. Si no existe ayuda del gobierno, el salario mínimo en la sección de autores de la STPC es de aproximadamente 150 mil pesos. Este derecho no anula el de la percepción de regalías por exhibición pública.

Ahora bien, lo que ganamos los autores lo usamos para volver a escribir. Nos vamos a un sitio a trabajar, como a Nayarit, para hacer una obra que vamos a ofrecer a un productor, pero todo eso no es deducible de impuestos, por lo que se requiere un régimen especial en materia de impuestos para las industrias culturales.

También participaron en la mesa Thaelman Urgelles, de Venezuela, y Agustín Ramírez, de Amedi-México. Arturo Tekayehuatzin fue el moderador.