Belo Horizonte, 25 de junio.

El pueblo brasileño es tan sufrido que todo lo que reivindica es justo. Con esta frase, el delantero Fred anticipó el escenario político y social en el que su selección se enfrentará hoy a Uruguay en el estadio Mineirao, para definir al primer finalista de la Copa Confederaciones, en una nueva edición de uno de los grandes clásicos del futbol mundial.

Será una semifinal en un ambiente tenso por el temor a protestas violentas y disturbios en las inmediaciones del estadio donde se realizará el partido.

Para la nueva verdamarela de Luiz Felipe Scolari, una victoria es esencial para confirmar el repunte del equipo, que inició el torneo rodeado de escepticismo, pero que tras las victorias sobre Japón, México y el tetracampeón Italia parece haber encontrado la formación y el estilo de juego con que buscará el hexacampeonato en 2014.

Pese a que Brasil es en teoría el favorito, por ser local, Uruguay aspira a revivir en el Mineirao el fantasma del Maracanazo del Mundial de Brasil 1950, cuando derrotó a los anfitriones en la final.

“Es una situación linda por todo lo que significa enfrentar a la canarinha, especialmente en su casa. Para nosotros, será como una final”, anticipó el zaguero celeste Diego Godín.

Preocupación en la verdeamarela

Scolari y sus pupilos no ocultan su preocupación frente al rival de mañana, que, según Felipao, es uno de los mejores de este torneo. Conozco al técnico de Uruguay desde hace muchos años y sé cuál es la clave de su trabajo.

El delantero Fred señaló: Un duelo contra la celeste será muy duro. Ellos tienen un cuadro organizado defensivamente y adelante cuentan con jugadores capaces de definir un partido.

A su vez, el guardameta Julio César expresó: La tensión será enorme porque ellos pueden definir un encuentro en segundos, y agregó que el de hoy será un clásico sin favoritos, pese a que la última victoria uruguaya sobre Brasil fue en 2001.

Neymar, pieza fundamental de la selección brasileña, será el jugador más acosado por los uruguayosFoto Ap

El hecho de que les hayamos ganado en los recientes partidos no nos hace favoritos. En la Copa América de 2004 los derrotamos en penales; también el triunfo de 2007 fue así. Siempre han sido duelos difíciles que se definieron por detalles, precisó.

Pero más allá del fantasma del Maracaná y la emoción que convoca uno de los clásicos históricos, prevalece el temor de que las protestas se desborden en los alrededores al estadio Mineirao.

La situación tensa, que obligó a las autoridades a dictar día feriado para mañana, preocupa a los jugadores de la verdeamarela, que han expresado su apoyo a las demandas de los manifestantes por mejores servicios de salud, educación y transporte público.

Fred expresó: Yo estoy completamente en favor de las manifestaciones. El pueblo brasileño es tan sufrido que todo lo que reivindica es justo, pero sabemos que romper la ciudad, los vándalos y todo eso no es parte de algo legal. Esperamos que sea una movilización pacífica, sin destrozos ni enfrentamientos con la policía expresó el atacante.

Según la gobernación de Minas Gerais, los servicios de inteligencia temen que las protestas lleguen a la puerta del hotel que hospeda a la selección brasileña, el lujoso Ouro Minas, donde hoy se detectó un aumento de la presencia de uniformados.

El Ministerio Público, aliado a políticos y movimientos sociales, propuso al gobernador del estado de Minas Gerais, Antonio Anastasia, cancelar el partido para evitar disturbios atribuidos a grupos de vándalos que se infiltran entre los manifestantes.

El alcalde socialista de Belo Horizonte, Mario Lacerda, afirmó que recomendó a la policía militarizada tolerancia cero ante actos de vandalismo y cualquier intento de los manifestantes de traspasar la zona de exclusión definida por la FIFA alrededor del estadio.

Según el jefe de la policía civil de Minas Gerais, Cylton Brandao, hay indicios de que las protestas de este miércoles serán más violentas.