La zona conurbada del valle de México se ha convertido en una de las regiones más inseguras del país para mujeres, niñas, niños y adolescentes, pues en distintos momentos de los últimos 10 años ha ocupado el segundo lugar de violencia sexual contra las mujeres en espacios comunitarios o públicos; el primero en feminicidios; el quinto en número de infanticidios; el primer lugar en proporción de mujeres maltratadas a lo largo de su relación de pareja, entre otros delitos.

Esa región, la más pobladas del país y el mundo con más de 11 millones de habitantes distribuidos en 59 municipios, registró en cinco años un aumento de 106 por ciento en el número de homicidios de género. Así lo consigna la investigación Riesgos de explotación sexual de adolescentes usuarios de las nuevas tecnologías, segundo lugar de la cuarta edición de premios que otorga el Unicef-México.

El estudio se centra en el acoso de que son víctimas menores de edad por parte de adultos usuarios de Internet y de las redes sociales (Facebook, Twitter y otras) para engancharlos, someterlos y retenerlos en la explotación sexual comercial infantil.

Los autores, Rafael Gutiérrez, Leticia Vega y Abraham Rendón, señalan que la mayoría de las víctimas son mujeres adolescentes de 14 y 17 años de edad, obligadas por organizaciones criminales a permanecer en la industria sexual a través de la privación de la libertad, violencia, consumo de alcohol y otras sustancias adictivas.

Por las circunstancias a las que son sometidas, están en riesgo de padecer enfermedades de transmisión sexual y varios problemas de salud mental: alcoholismo, tabaquismo, fármacodependencia, depresión e intentos de suicidio.

La zona está conformada por los municipios conurbados al DF; destacan: Valle de Chalco, Nezahualcóyotl, Ecatepec, Naucalpan, Tlalnepantla, Chimalhuacán, Toluca, Tultitlán e Ixtapaluca y otros del estado de México. En ellos, excepto Chalco, se registró la mitad de los asesinatos de género de 2005 a 2010, que pasaron de 97 a 200 en ese lapso.

En las principales avenidas de la zona se asientan varios negocios de la industria sexual; incluyen loncherías, billares, cantinas, bares, restaurantes, moteles y otros. En sólo cuatro municipios se ubicaron 2 mil giros negros, en los que enganchan a los menores con el uso de Internet, entre otros medios.

El enganchamiento es practicado por adultos depredadores: abusador, pederasta, proxeneta o enganchador que trabaja en la industria sexual; éstos suelen construir  una relación de confianza on line con el niño, niña o adolescente; posteriormente reducen las inhibiciones de la víctima para llevarla a conversaciones y acciones íntimas.

Al final, los enganchan para explotarlos sexualmente en línea o en la industria sexual (pornografía infantil, prostitución en bares, casas de cita, agencias de escorts).

El amplio estudio informa a detalle las observaciones obtenidas a partir de 147 cuestionarios aplicados a alumnos de secundaria de cuatro municipios de la zona.

Destacan, entre otras: 100 por ciento de los adolescentes usan Internet; a 79.6 por ciento les gusta chatear; 64.1 por ciento lo hacen con desconocidos; 68.8 por ciento de niños y 30 por ciento de niñas suben fotos reales de su persona y dan información verídica de sus actividades.