Opinión
Ver día anteriorMartes 25 de junio de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Cosas del futbol

Pep

I

nsólita e inusitada presentación de un entrenador de futbol. Más si hablamos de la austera y rigorista Alemania, país enemigo de lo superfluo. Pero llegó el catalán Pep Guardiola y la prensa enloqueció. El ex del mágico Barcelona aterrizó finalmente en el histórico Bayern de Munich y con ello disparó las escondidas pasiones teutonas.

Presentado cual estrella de rock and roll, Pep habló en alemán, quitado de la pena, con una seguridad pasmosa. Ya desde ahí se ganó a la parroquia del club más rico de Alemania, y por supuesto uno de los más poderosos del mundo.

Falta que, cuando menos, iguale lo hecho por su antecesor, Jupp Heynckes, sabio del futbol que hizo ganar a su equipo la Champions, la Bundesliga y la Copa de Alemania en un solo año.

Guardiola se parece más a Heynckes que José Mourinho a su propia sombra. El catalán y el portugués acapararon la atención de los medios durante casi tres años. Comedido el culé, histriónico y pagado de sí mismo el lusitano, ambos chocaron casi sin querer por representar filosofías opuestas en materia futbolera. Por si fuera poco, representaban al Barça y al Madrid, enemigos hasta la muerte en combate.

Mourinho no logró desembarcar en su soñado Manchester United y debió aceptar regresar al Chelsea de su mecenas ruso Román Abramovich, con quien se peleó durante su primera etapa en el club londinense. Guardiola se dejó querer, y todos querían con él. Es la distancia que hay entre la crispación permanente y el buen sentido como estilo.

¿Cuál será su suerte?

Imposible vaticinar la suerte de Pep en Alemania. El futbol tiene secretos guardados en el balón que nadie hasta ahora ha sido capaz de descifrar. Eso, para la gente que disfruta y padece los vaivenes del juego, es una pócima adictiva que no tiene vuelta de hoja.

Nadie podrá quitarle a Pep Guardiola el sello de la revolución futbolera que inició el holandés Johan Cruyff en el mismo Barça. Pep es hijo de esa maravilla que fue el alma sobre la cancha de la naranja mecánica tulipana.

Al final, todo es escuela. Todo es fidelidad y lealtad hacia lo que es creencia.